Ensayo de “La física del futuro”

Ensayo de “La física del futuro”

Por Michio Kaku

Capítulo tres: El futuro de la medicina. Más allá de la perfección.

El autor comienza narrando una historia emblemática de la mitología griega, que muestra a pequeños rasgos como el hombre, no siendo más que un mortal, está destinado a enfermar, envejecer y, debido a nuestro ciclo vital, morir; señalando como en creencias de tiempos antiguos los Dioses contaban con el poder de evitar este desastroso fin y haciendo comparación a estos comentando que a partir de este siglo tendremos cierto poder sobre la vida y la muerte, que va desde curar enfermedades, hasta hacer cierto tipo de modificaciones genéticas gracias a la biotecnología, y hace énfasis en que nada tendrán que ver las plegarias a seres omnipotentes.

Hace mención a Robert Lanza, un biólogo egresado de la Universidad de Pensilvania, ensimismado con el ADN (Adenosina Trifosfato) al grado de tener la idea de clonar un pollo en su propia habitación, que fue a asesorarse a Harvard, llamando la atención de los investigadores candidatos a Premio Nobel que se encontraban ahí; lo elogia en su estándar de científico en el campo de la tecnología celular avanzada, y podemos notar como espera que personas como Lanza nos ayuden a acelerar un futuro con descubrimientos y cambios genéticos.

En su apartado “Tres etapas de la medicina” desarrolla las fases de ésta, históricamente.

En la primera etapa nos encontramos con creencias y supersticiones, hallazgos pobres guardados recelosamente por los doctores y ningún avance en particular más extraordinario que la aspirina, ya que no había forma de continuar una búsqueda sistemática de nuevas terapias. Esperanza de vida: 20 años.

En la segunda etapa con la llegada de la Primera Guerra Mundial, los doctores se dieron a la tarea de experimentar con soldados heridos métodos funcionales que los llevarían a ser publicados en revistas. Así pues, se dieron los avances en antibióticos y vacunas. Esperanza de vida: 70 años o más.

Estamos viviendo en la tercera etapa de la medicina, que comenzó en 1940 con el libro ¿Qué es la vida? de Erwin Schrödinguer, uno de los fundadores de la teoría cuántica, que mencionó su particular creencia de que “el secreto de la vida” estaba guardado en una molécula; así Watson y Crick, dos físicos inspirados por este libro, se dieron a la tarea de colaborar en equipo y dar paso al descubrimiento de la doble hélice compuesta por adenina, timina, citosina y guanina que compone al ADN, con estos avances se creó así el Proyecto Genoma Humano, que consiste en guardar en un disco duro toda la información molecular de una persona.

“Lo que está impulsando esta increíble explosión de avances médicos, es, en parte, la teoría cuántica y la revolución informática” – Michio Kaku.

Con el paso del tiempo hemos visto que las ciencias han cambiado el paradigma de como estudiar el cuerpo humano desde diferentes enfoques científicos, pero todos llegando a la misma conclusión, y desde estas perspectivas se permiten el manejar a un ser vivo como un todo, desde una base tan minúscula como un átomo, a partir de la nada.

Estimaba el autor que para el año 2030 todos pudiéramos tener un disco con nuestro genoma, reduciendo el precio continuamente hasta llegar a los casi 100 dólares, ya que se estaría utilizando maquinaria automática y robots para crear estos, descubriendo nosotros mismos si padecemos de alguna enfermedad hereditaria, conociendo nuestra ascendencia, gracias a la bioinformática. Esto en lo personal me pareció algo sumamente interesante y sobresaliente, ya que hace mención a un punto muy importante, diciendo que en podríamos, gracias a la investigación del genoma de miles de personas, conocer el origen de alguna enfermedad, determinar la ubicación precisa del ADN dañado. Y a partir de este momento habla de los cambios con los años que sufriría la humanidad con la ciencia genética hasta el 2100

Resume como estos avances podrían hasta implementar sensores en nuestros hogares permitiéndolos reconocer nuestras células para mostrarnos cualquier anomalía y como podría la ciencia ayudarnos hasta a hacer crecer otro órgano en caso de que uno ya existente no funcionase como debiera, por medio de la medicina regenerativa.

A partir de este subtema, todo es sumamente fascinante, habla de las células madre y sus funciones en cuanto a la generación de tejidos y demás, como estas son difíciles de producirse, y que tan valiosas son siempre y cuando se cuide en demasía su uso, por ser un arma de doble filo; pueden ser también dañinas y peligrosas, menciones a la ciencia de la clonación e incluso terapias génicas para la curación de enfermedades.

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