Geografía de la Población
Enviado por marialejperalta • 11 de Septiembre de 2021 • Documentos de Investigación • 3.379 Palabras (14 Páginas) • 119 Visitas
La Geografía de la población es una rama de la Geografía Humana que estudia los patrones o estructuras espaciales de los fenómenos demográficos de la población humana y los procesos de variación de los mismos a través del tiempo. Entre estos fenómenos demográficos se pueden señalar:
- Distribución espacial (geográfica) de los seres humanos.
- Crecimiento de la población tanto a escala mundial como regional o local.
- Estructuras de la población (Composición según edad y sexo, composición socio-profesional de la población, estructura educativa, etc.)
- Movilidad de la población (Migraciones) en el espacio y a través del tiempo
- Demografía y Geografía de la población
La Geografía de la población se encuentra estrechamente relacionada con la demografía en cuanto a los contenidos, métodos y objetivos, pero con una diferencia importante en cuanto al enfoque, ya que la demografía estudia la población desde el punto de vista cuantitativo y estadístico mientras que la Geografía de la población, también llamada algunas veces Demogeografía1 , la estudia desde el punto de vista espacial o geográfico. La concepción de la demografía como una ciencia estadística está recogida en la clasificación decimal Dewey de las bibliotecas, en la que la demografía aparece a continuación de las obras de estadística; en cambio, la geografía de la población está entre los temas geográficos. Se podría considerar a la demografía como una ciencia auxiliar de la geografía de la población, tomando en cuenta que los conceptos demográficos más importantes como sucede con los censos, registro civil, crecimiento demográfico, tasa de natalidad (y también de mortalidad, mortalidad infantil, analfabetismo, etc.), se emplean con el fin de analizarlos geográficamente para determinar semejanzas y diferencias entre las distintas áreas o regiones geográficas.
Evolución histórica de la Geografía de la población
La Geografía de la población es una disciplina relativamente reciente, aunque tiene precedentes bastante antiguos, en el siglo XVIII y aún antes. Los escritos de geografía durante la época clásica de Grecia ya hacían referencia a los pueblos que habitaban la superficie terrestre y a lo numeroso de sus pobladores. También los cronistas de Indias se encargaron de levantar una especie de censos de población indígena con el fin de establecer los repartimientos de tierra y las encomiendas de indígenas: las encomiendas más ricas eran las que mayor número de indígenas tenían. Y en el siglo XVIII aparecieron numerosas enciclopedias geográficas que sólo servían para incorporar datos diversos, fueran de la población de cada zona, región o ciudad, o bien de las características de dicha población: tal es el caso de la obra cumbre de Antonio José Cavanilles, las Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Población y Frutos del Reino de Valencia y, ya en el siglo XIX, obras de Humboldt, Madoz[2] y muchas otras. La idea de que el país más rico era el más poblado continuó hasta el siglo XIX, como puede verse en la Gaceta de Madrid, la precursora del Boletín Oficial del Estado (B.O.E.) cuando se refiere a la población de Cuba, destacándose su superioridad con respecto a algunos estados norteamericanos, por el hecho de que Cuba tenía una densidad de población superior, en uno o dos habitantes por milla cuadrada, a la de dichos estados[3]
En el campo de la demografía se habían escrito obras que se pueden considerar como las iniciadoras de dicha disciplina, en especial, la obra más importante de Malthus, su Ensayo sobre el principio de la población, pero que no se podían considerar como obras que desarrollaron el campo de la Geografía de la población. Se podrían citar como excepción a la regla los dos ensayos de E. G. Ravenstein en Inglaterra que denominó Las leyes de las migraciones, en las que estudia comparativamente los patrones geográficos de las migraciones (desde dónde se emigra más, cuáles son las zonas que reciben más inmigrantes, cuál es el sexo que predomina en las migraciones cortas y largas, de dónde proceden la mayor cantidad de inmigrantes según la distancia de su desplazamiento, etc). Como vemos, estos ensayos pueden ser calificados como netamente geográficos o demogeográficos ya que enfatizan más los movimientos geográficos de la población que los datos estadísticos de la propia población.
Pero no es sino hasta el siglo XX cuando aparecen estudios de Geografía de la población con este mismo nombre. El propio Clarke[4] ha señalado como la obra inicial más importante en el campo de la Geografía de la población a la de Zelinsky,[5] que señala una importante bibliografía inicial para desarrollar el estudio de dicho campo.
Distribución geográfica de la población
La población humana jamás ha estado uniformemente repartida sobre la superficie terrestre, en primer lugar, porque el medio natural no ofrece las mismas cantidades de recursos naturales y por lo tanto, las mismas condiciones de habitabilidad en todas partes, y en segundo porque el progreso tecnológico, que tampoco se distribuye por igual sobre la superficie terrestre, tiende a originar una creciente concentración de la población en las áreas urbanas. Es por ello que la población de las sociedades primitivas, con un nivel tecnológico más bajo, se distribuye mucho más equitativamente sobre el territorio donde viven, que en las sociedades más avanzadas. Y lo mismo se puede decir con respecto a las sociedades primitivas del pasado: los grupos de cazadores y recolectores de la antigüedad, por ejemplo, necesitaban un espacio determinado donde conseguir alimento, por lo que tenían una necesidad de repartirse mucho mejor en el territorio y controlar el número de habitantes y su crecimiento. De hecho, en muchas especies animales y en algunas sociedades primitivas, la lucha por el territorio constituye una forma de control de la población. Es la tesis de algunos demógrafos que ha sido planteada en el libro de Robert Ardrey The territorial imperative y que se refiere a la necesidad que tenían los animales y, por extensión, los habitantes de las sociedades primitivas de repartirse el territorio para obtener los recursos que necesitaban para su subsistencia. Este proceso de dispersión de la población, cada vez más raro con la creciente escasez de áreas poco pobladas, se viene repitiendo en la ocupación de nuevas tierras con fines agrícolas, ya que los ocupantes tienen que repartirse el terreno para cultivar sus parcelas. El proceso de ocupación del territorio brasileño con los bandeirantes, especialmente durante los siglos XIX y XX, fue un movimiento progresivo de ocupación de nuevas tierras que podría señalarse como ejemplo.
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