La máquina de Turing y el dilema si hay pensamiento real en una computadora.

La máquina de Turing y el dilema si hay pensamiento real en una computadora

La máquina de Turing es un modelo matemático abstracto que formaliza el concepto de algoritmo. Fue introducido por Alan Turing. Es un dispositivo que consta de unos cabezales que leen y escriben la información y de una cinta bidireccional dividida por celdas. Cuando cada celda entra a la máquina, ésta, según el estado interno en que se encuentre, tendrá que escribir un nuevo dato de información, cambiar o mantener su estado interno y moverse a la derecha o a la izquierda para leer un nuevo dato.

En un artículo en la revista “Mind” en 1950, se publicó el “Test de Turing”. El objetivo era demostrar que si una computadora daba señales de inteligencia entonces se la debería considerar como inteligente. La técnica consta en realizar una prueba a una computadora y un hombre, donde la máquina debe hacerse pasar por un hombre. El resultado se determinará si el interrogador no puede distinguir quién es quién y comprobar así que la computadora logró emular la inteligencia humana. Una variante de este test es la “sala china”, la ejecución del algoritmo la realizan personas encerradas en una habitación, se requiere que las personas de la habitación no conozcan el idioma en que se realiza la conversación.

¿Las máquinas pueden pensar como los humanos? ¿Llegará el día en que no podremos diferenciar entre lo uno de lo otro? Estas preguntas sin respuestas definitivas hasta ahora siguen siendo tema de fuerte discusión. La tecnología de hace años no es la misma que ahora por lo que las ideas que se tenía sobre la posibilidad de inteligencia artificial ya no son las mismas. Sin embargo, el hecho que una máquina logre emular perfectamente la inteligencia humana por ahora es una irrealidad. En el test de turing, la máquina opera usando los algoritmos que previamente se le han instalado, pero ¿podrán los algoritmos resolver la complejidad de la mente humana? Somos un ser “complicado” nosotros no actuamos de una manera autómata (aunque a veces lo parezcamos) también tenemos contradicciones internas, trabajamos a base de la creatividad y la imaginación, cometemos errores. El comportamiento humano es demasiado complejo, actuamos de diferente manera en una infinidad de circunstancias y la computadora no podría saber todas esas formas de actuar. Pero ¿qué sucedería si consiguiéramos a través de la observación científica algún principio que resuma la conducta humana y convertirlo en algoritmo? Sin duda estaríamos ante un extraordinario hallazgo. Pero, si la máquina hace solo lo que le ordenamos, nunca tendría consciencia propia, pero eso no significa que no se llegue a elaborar un dispositivo electrónico que lo haga posible. Mi punto es que todas estas posibilidades se harán realidad hasta que la tecnología y la ciencia se lo permitan. Cuando Alan Turing presentó su test dijo que dentro de 10 años, el hombre no tendrá más del 70 % para distinguir entre hombre y máquina. Parece ser que su predicción se está volviendo realidad, actualmente nos cuesta más distinguir y nos cuesta creer. En internet hay muchos programas de diálogo con computadoras que si no nos avisan con quien conversamos podríamos creer que estamos en un chat humano, un ejemplo sencillo es el programa “Cleverbot”. La Psicología tiene mucho que tratar en este campo con relación a procesos cognitivos y conducta pues los progresos que se consigan se podrán aplicar en las computadoras y crear pruebas que se sometan tanto a máquinas y humanos.

...