La tabla periódica, La tabla periódica moderna se le atribuye a Dimitri Ivanovich Mendeleyev
Enviado por Valeria Ruiz • 4 de Abril de 2017 • Documentos de Investigación • 2.179 Palabras (9 Páginas) • 437 Visitas
Ruiz Santos Diana Valeria
LA TABLA PERIÓDICA
Desde tiempos antiguos, el ser humano ha sentido la necesidad de conocer su entorno y una manera efectiva fue a través de la observación y experimentación que sin saberlo, años más tarde formarían parte de una serie de pasos estructurados o método, (lo que hoy conocemos como método científico) dicha necesidad inherente va acompañada de nombrar y categorizar lo conocido y si es posible lo que aún se puede conocer. Esta cualidad del ser humano es lo que ha impulsado el pensamiento científico y lo ha llevado más allá, al tratar de explicar lo conocido y desconocido también.
La ciencia de la química no fue una excepción, y aunque ésta es basta, el tema que atañe este escrito es: la tabla periódica. Hablaremos sobre su historia, incluso desde antes de que fuera llamada así, de qué, y cómo está conformada, cuáles fueron sus propiedades y quiénes contribuyeron consciente e inconscientemente y finalmente en dónde recae su importancia.
La alquimia fue una antigua práctica o disciplina que fundó las bases pre-científicas, practicada por grandes civilizaciones como la mesopotámica, egipcia, griega, romana, persa, china y el imperio islámico. Su fundamento estaba en el manejo y aprovechamiento de los las “sustancias naturales” y posteriormente la composición de todo a partir de ellas; las sustancias variaron entre civilizaciones y épocas, pero el pensamiento alquimista perduró varios siglos antes y después de Cristo.
La visión expansionista de Alejandro Magno lo llevó hasta la cuna del alquimismo occidental: Egipto, y así la fundación de Alejandría en el año 331 a. C, se convertiría en un templo para el conocimiento y por lo tanto para la ciencia antigua, la alquimia. Estas ideas fueron llevadas hasta Grecia y después adoptadas por los romanos que con la caída de su imperio darían fuerza al imperio islámico.
En el siglo VII a. C, el filósofo y matemático griego Tales de Mileto bajo la pregunta ¿de qué está formada la materia? Planteó que todo está formado por agua en diferentes estados de dureza y que todo se producía a través de ésta. En el siglo VI a. C Anaxímenes agregó el aire, sumándose Heráclito con el fuego, quedando como sustancias elementales el agua, aire y fuego. Un siglo después (V a. C) Empédocles agregó la tierra como sustancia elemental; posteriormente Aristóteles agregó el éter como sustancia elemental que formaba las cosas fuera de la tierra como las estrellas, los planetas, etc. Además agregó propiedades a estas sustancias elementales: frío, caliente, húmedo y seco.
En el siglo VIII d. C Geber (Abu Musa Jabir Ibn-Hay-Yan), intentó modificar la doctrina griega, explicaba que esas sustancias se combinaban para formar dos sólidas, el mercurio y azufre. Pretendía la creación de oro a partir de sustancias más comunes con un elixir (parecido a las ideas chinas). A él se le atribuyen la invención de diversos instrumentos de laboratorio. Su proposición sobre la formación de sus elementos dio lugar a la ambición y a la práctica errónea de la alquimia, las cuales no conformes con llegar a conseguir oro, buscaron incansablemente la creación de una piedra filosofal que permitiera convertir plomo en oro y concediera propiedades extraordinarias; esto condujo a un considerable número de muertes por envenenamiento con mercurio.
El siglo XVII había llegado y con él “las luces”, el alumbramiento de ideas trae avances en diversas áreas marca una nueva era. El nacimiento de la “química moderna” y uno de sus fundadores, el primer químico moderno: Boyle, publica “The Sceptical Chymist” en donde se da por primera vez una definición de elemento; el elemento como una sustancia que no puede descomponerse en más simples, de hacerlo sería un compuesto y no un elemento. Esta definición dará un parteaguas en lo que conforma la tabla periódica: los elementos.
Alrededor del año 1669, a solo nueve años de la firma del tratado de Copenhague que pondría fin a la guerra de treinta años entre Suecia y la alianza del Reino de Dinamarca, Noruega y Polonia-Lituania; y que le permitirían a un oficial de bajo rango y alquimista regresar a casa, Hennig Brand, aprovechó el dote de su segunda esposa para poner en marcha sus experimentos en busca de la piedra filosofal. Estos intentos resultaron fatuos, sin embargo, al intentar diferentes procesos en la orina como calentamientos, decantaciones, filtraciones, etc.; encontró un sólido blanco que además brillaba en la oscuridad, fue bautizado como “portador de luz” en griego o como lo conocemos comúnmente: Fósforo.
Un siglo después (1789) y bajo la definición de Boyle, Lavoisier incluyó una tabla conformada de 33 elementos donde agrupó los elementos en los gases, los metales, no metales, y las tierras. La explicación que Dalton a las leyes de Lavoisier, fue el que cada elemento químico está formado por unidades indivisibles denominadas átomos.
En 1817 el químico alemán Johann Wolfgang Döbereiner hace su primer intento por ordenar y agrupar los elementos por criterios químicos y relacionarlo con los pesos atómicos, exponiendo gran parecido que existía entre las propiedades de ciertos grupos de tres elementos, con una variación del primero al último. Algunos ejemplos de estas tríadas eran: el calcio, estroncio y bario; cloro, bromo y yodo; azufre, selenio y teluro; litio, sodio y potasio.
En 1858 Stanislao Cannizzaro definió lo que es el peso atómico. Antes de esto, los pesos equivalentes eran utilizados, sin embargo para muchos elementos tenían diversos pesos equivalentes dado que presentaban varios estados de oxidación.
En 1862 Alexander Emile Beguyer de Chancourtois, envió a la Academie de Sciences de Paris una representación gráfica donde proponía una clasificación de los elementos químicos colocados sobre un cilindro. Los elementos se disponían sobre una línea diagonal, dibujando una espiral y estaban ordenados según su peso atómico creciente (expresados en números enteros), de manera que los que tenían propiedades parecidas se situaban en una misma línea vertical. El sistema incluía compuestos (óxidos, amoníaco,) y aleaciones; demás, resultaba complicado técnicamente de imprimir, probablemente este hecho influyó en que su propuesta no fue demasiado conocida. Posteriormente en 1864 en conjunto con Newlands proponen la ley de octavas, la cual enuncia que sin tomar en cuenta al hidrógeno, las propiedades se repiten cada ocho elementos. Pero esta ley no puede aplicarse a los elementos más allá del Calcio.
La tabla periódica moderna se le atribuye a Dimitri Ivanovich Mendeleyev y algunos autores consideran también a Meyer co-autor de la ley periódica (establece que las propiedades químicas y físicas de los elementos varían en una forma periódica con su peso atómico), ya que sus trabajos fueron publicados casi a la par, sin embargo fue Mendeleyev quien trabajó con las dificultades de las adaptaciones al descubrimiento de nuevos elementos. Por otra parte fue Mendeleyev el que se atrevió a asegurar que podía predecir a partir de los espacios en su tabla no solamente la existencia de tres elementos nuevos (Galio, Escandio y Germanio), sino de algunas propiedades.
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