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Modos de pensar la imagen contemporánea:


Enviado por   •  30 de Agosto de 2018  •  Ensayo  •  2.217 Palabras (9 Páginas)  •  122 Visitas

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Modos de pensar

la imagen contemporánea:

una aproximación a la forma

de ver la imagen y sus fenómenos culturales en la sociedad actual

 

Resumen

 

Hoy en día analizar la imagen supone un problema porque está tan arraigada a nuestras culturas y formas de vivir, que se considera como un fenómeno normal, común y corriente, dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, tomarla como un hecho social, sin conocer su origen, su papel en los procesos y estructuras de nuestras sociedades y la forma como las transforma es un gran error. Por esto, analizaremos la imagen como concepto, teniendo en cuenta su papel en el desarrollo cultural de los seres humanos.

 

Es de conocimiento público que no existe una solo cultura que no haya utilizado la imagen como simplificador del mundo. La imagen siempre ha sido una herramienta que permite al ser humano dar sentido al mundo, transformándola según los avances tecnológicos a la que se ha visto expuesta. Es por esto por lo que necesitamos entender las dinámicas culturales en donde la imagen determina y manifiesta la existencia de los seres humanos y su papel en el mundo.

 

De esta manera estudiaremos los movimientos teóricos que han dado protagonismo a la imagen, a tal punto de permitirle ocupar un papel protagonista dentro de los estudios sociales contemporáneos, buscando siempre desarraigarla de disciplinas que se centran en su estudio como la historia del arte o la estética y llevándola a otros niveles y posibilidades analíticas de la sociedad contemporánea, viendo cómo se transforma en una herramienta que permite enfrentarse al origen de nuestras prácticas culturales a las que hacen parte la publicidad y la comunicación.

INTRODUCCIÓN

 

Con este artículo se pretende introducir al lector en el análisis de algunos de los fenómenos asociados a la imagen hoy en día, como por ejemplo la fotografía, la pintura y la pornografía. Trabajando desde una perspectiva multidisciplinar, se abordarán problemas a partir de la antropología, la historia del arte, la sociología, el diseño gráfico para construir un panorama general sobre las características de la imagen como proceso histórico y sus relaciones estructurales en la sociedad actual.

FOTOGRAFÍA

LA FOTOGRAFÍA COMO INTERMEDIADOR SOCIAL

“Como que la Fotografía es contingencia pura y no puede ser otra cosa (siempre hay algo representado) - contrariamente al texto, el cual, mediante la acción súbita de una sola palabra, puede hacer pasar una frase de la descripción a la reflexión-, revela enseguida esos «detalles» que constituyen el propio material del saber etnológico” (Barthes, 1990)

En el mundo existe algo que me define como ser humano. Comparto con Barthes la idea de sentirme capaz de adorar una imagen, una pintura o una película. Esta hipersensibilidad a la imagen me ha permitido mirar las cosas y los hechos, definiendo la importancia y el significado que estas puedan tener para nosotros y para nuestros semejantes. Pero es la fotografía el detonante emocional que despliega en mi mente un sin fin de emociones catárticas, siempre desde un punto de vista como espectador y productor, como un canal de la imagen.

 

Cada imagen que producimos y descubrimos por medio de un objetivo es al final del día, una búsqueda, un deseo, una carencia o una representación de nuestra propia existencia. Cada uno de esos instantes capturados, esos pequeños cortometrajes de nuestro paso por el mundo son materializados para transformar el mundo real, para dibujar una huella de nuestro mundo interno. Pero ¿Cómo se materializa un momento en un objeto?

 

A diario, deseamos determinadas imágenes y de una alguna manera, estas son “objetos” que no poseemos. Trabajamos constantemente en encontrar los momentos, sensaciones y emociones precisas que puedan viajar a nosotros a través de imágenes. Pero la imagen fílmica es etérea, sin eternidad, sin memoria, es un presente en continuo. Más que ser un objeto, un instrumento que facilita la memoria y el recuerdo de hechos o circunstancias, la imagen capturada pertenece a algo que ya está predeterminado, es un dictado de nuestra realidad interna porque cada vez que se captura un lugar o una circunstancia en particular, no sólo se está llevando a cabo un acto externo, sino también uno interno, algo así como una fotografía exterior de nuestro propio interior.

 

Es por esto que la Fotografía es testigo subjetivo de un instante que continúa, que no se detiene, que va más allá en un futuro que no conocemos, pero que sigue. De esta manera, la Fotografía es definida como una imagen situada en el tiempo sin espacio. Pero más que un capricho estético de parte del fotógrafo, lo fotografiado define el comienzo y final al mismo tiempo de un proceso de deseo interno con cualidades catárticas, semejantes a las que describen los escritores literarios, en el preciso momento en el que deben tomar la decisión de asesinar los personajes de sus relatos.

 

“La Fotografía también nos permite tomar posesión de nuestros objetos de deseo y definir la forma como nos presentamos al mundo, sin duda podremos compararla con las vitrinas y escaparates de los centros comerciales” (Morales, 2005) Significa, ponerse a sí mismo en una relación con el mundo que se siente como conocimiento y, en consecuencia, como poder. Desde este punto de vista, la Fotografía se redefine como un intento de controlar, encuadrar y empaquetar nuestras vidas (generalmente idealizadas) para su presentación a los demás y para nosotros mismos. Esta transformación subjetiva de la imagen, constituida por la manipulación intencionada de la realidad a través de la imagen fotográfica idealizada se desarrolla con mucha más agresividad en la práctica fotográfica moderna definida como “selfis”, la cual no es más que lo que practicamos cuando nos auto-retratamos en Facebook, Snapchat o Instagram.

 

Es por esto que la fotografía se transforma en un acto inconsciente, convertido en una actividad de entretenimiento, practicada mundialmente como el sexo y el baile, y con cualidades de una forma de arte de masas, es decir, que la mayoría de quienes la practican no lo hacen como un arte. De esta manera, la fotografía muta a un rito social, como una herramienta de defensa y de poder sobre nuestras propias dinámicas culturales. La cámara fotográfica se transforma en un arma depredadora, automatizada para que sea fácil de utilizar, invisible y totalmente autónoma, tan fácil de utilizar como el gatillo de un arma de fuego.

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