Por qué la mujer era considerada una amenaza cuando tenía los conocimientos de medicina?

1. ¿Por qué la mujer era considerada una amenaza cuando tenía los conocimientos de medicina?
2. ¿Cómo ha sido la evolución de las prácticas de cuidado en las mujeres?
3. ¿Cómo es visto en el capítulo el cuerpo (dentro de la práctica del cuidado)?
4. El valor económico de los cuidados.

1. ¿Por qué la mujer era considerada una amenaza cuando tenía los conocimientos de medicina?

Las mujeres desde hacía siglos habían sido quienes llevaban a cabo el cuidado por lo que poseían no solo conocimientos de dichas prácticas, sino también de la utilización de plantas, lo que supone una gran amenazada para la doctrina cristiana impuesta, convirtiéndose así en el blanco de los ataques y de la represión de la Iglesia. El simple hecho de ser mujer suponía una amenaza en sí misma.

El cristianismo, fuertemente influenciado por la visión platónica del cuerpo como prisión del alma, va a despreciar todo lo carnal. Como menciona Colliére en su libro: “Las Hermanas trabajarán todos los días para alejar sus corazones de las inclinaciones hacia los bienes terrenales, y poder consagrarse a Dios de la mejor manera posible.” (Statuts et Règlements de l´Hôpital de Lyon- 1777 Archieves de l´Hôtel-Dieu de Lyon) Este rechazo a lo carnal supone desestimar la sexualidad, de la que la mujer es símbolo y asiento en una sociedad patriarcal como la cristiana. Por consiguiente, la mujer es pecado y ello supone una amenaza.

Por otro lado, el hecho de haber experimentado en primera persona acontecimientos como la maternidad, el nacimiento y el estar este ligado a la fertilidad, ha favorecido el desarrollo de un amplio conocimiento sobre las prácticas de cuidados por parte de las mujeres; cuidados basados en la no separación del cuerpo y del espíritu. Todo ello hace parecer a la mujer un vehículo de creencias y ritos paganos. Estos conocimientos alejados de la filosofía cristiana y ligados a los cuidados de conservación de la vida, eran desempeñados por las mujeres, cuando únicamente debían ser “obra y gracia” de Dios; por ello suponían asimismo una amenaza.

Por último y debido a la responsabilidad cotidiana de los cuidados alimenticios en el hogar, las mujeres desarrollaron, como hemos mencionado al principio, un amplio conocimiento sobre el poder terapéutico de las plantas, mucho antes incluso que los monjes cristianos. La medicina europea se convertirá en una ciencia enseñada ex cátedra y en una profesión, sometida a la Iglesia. “Toda mujer que ose dispensar cuidados sin haber hecho estudios médicos, es declarada una bruja y debe morir” (Ehrenreich B., ap, cit., p.1661 cita de un extracto de “Malleus Maleficarum”, tratado de la lucha contra las brujas. Como menciona Colliére: “Durante siglos el único médico del pueblo fue la bruja. Pero cuanto más experiencia adquirían estas mujeres, menos dependían de la Iglesia y de Dios.”

1. ¿Cómo ha sido la evolución de las prácticas de cuidado en las mujeres?

Como hemos mencionado anteriormente, las mujeres desde hacía siglos habían sido quienes llevaban a cabo el cuidado y quienes poseían el conocimiento de dichas prácticas y de la farmacopea. Con la aparición del cristianismo y posteriormente de la Iglesia como institución con gran poder, se empieza a perseguir los antiguos cultos paganos, relacionados con la mujer. De esta forma, bajo la influencia de la Iglesia y la doctrina agustiniana, los cuidados se centraran en el espíritu. El desinterés por el cuerpo dará lugar a un desprecio hacia los cuidados tradicionales basados en la unidad del cuerpo y el alma.

El movimiento de profesionalización de los cuidados se reafirma con la aparición de la profesión médica, al principio exclusiva de monjes. Más tarde se impartirá su enseñanza en las universidades, bajo el control de la iglesia. La entrada en la Escuelas de Medicina estaba prohibida para las mujeres, también para las “Míresse” (mujeres que ejercían un tipo de medicina en las ciudades hasta el siglo XIV) Las mujeres eran perseguidas por la iglesia y tachadas de brujas.

Los campesinos tenía a su disposición infinidad de remedios utilizados durante años a base de hierbas  de propiedades curativas, y durante todo este tiempo el único medico del pueblo fue la bruja. Pese a la persecución,  estos conocimientos se fueron transmitiendo en el medio rural  y gracias a ello, han llegado hasta nuestros días, sobre todo el conocimiento en los partos y el cuidado de los recién nacidos.

Al principio con los primeros conventos, las mujeres no se dedicaban al cuidado, ya que la clausura no se lo permitía, más adelante con la proliferación de las guerras y peregrinaciones aparecen los hospitales-hospicio para enfermos y peregrinos. Las mujeres podían llevar a cabo alguna actividad curativa en iglesias u hospitales, pero sin llegar a administrarla, como en el caso de Las Agustinas del Hospital de Paris.

También aparecieron organizaciones como las Beguinas, que se dedicaban a promulgar servicios entre los más humildes. Más tarde con la Contrarreforma nacen las Hijas de la Caridad, Hijas de la Cruz de Puy, Hermanas de Saint-Paul de Chartres y las Hijas de la Sabiduría quienes entran en el medio rural de tal forma que se convierten en la figura de referencia y consejo y serán las grandes proveedoras de cuidado hasta la aparición de las enfermeras a domicilio en 1950.

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