Seminario de practica pedagógica III

DIEGO GRANADOS MOJICA

2007272017

U.P.N. Lic. En Artes Visuales IX Semestre

Seminario de practica pedagógica III

Al  releer "De la esterilidad de la Certeza a la fertilidad de la Incertidumbre",  charla que dio Manfred Max-Neef en la Universidad Javeriana en Colombia hace ya bastantes años, no me queda otro remedio que pensar en algo que me ha trastornado desde hace un tiempo, (tal vez exagero un poco con lo de trastornado, pero sólo un poco) con respecto a mi desarrollo profesional como educador. He observado y en cierto punto experimentado (hasta donde me acuerdo) la ruptura radical que existe entre el mundo lúdico que vivimos en la fase inicial de nuestra formación, me refiero puntualmente al preescolar; en esta etapa los maestros y maestras se desviven por hacer de la formación de cada uno de los sujetos a su cargo un hecho divertido en el que la lúdica haga parte fundamental de la necesidad de descubrirse como sujetos y descubrir también su entorno y su lugar en la sociedad hechos que son fundamentales en la formación del sujeto con responsabilidad social.

Después de esta fase inicial de formación pasamos a un nuevo lugar, al de la castración de sensaciones y emociones o como diría una profesora que tuve en algún semestre anterior en esta licenciatura, entramos a la ortopedia de la formación. Pero  por supuesto que no está cargada de gratuidad esta transformación, es justificada, mejor aún muy bien justificada por certezas en las que se afirma que el éxito de una formación depende de la forma de sentarse, de la forma de tomar un lápiz para escribir, de las formalidades que dicta en este caso la llamada “educación formal”. Podría enumerar muchas otras situaciones que hacen para algunos individuos que esta etapa fundamental en su vida sea incomoda y despreciable, pero no quiero sonar un tanto resentido por la educación que me tocó, quiero mejor dejar enunciado aquí tal vez una posición propositiva.

Pienso y me pregunto entonces ¿Vale la pena tantas certezas si estas son tan estériles? ¿No es mejor asumir la incertidumbre como lugar fértil para construir nuestras propias y auténticas salidas? Pues como diría Manfred Max-Neef  la única posibilidad de ser poeta es no haber cortado el cordón umbilical con los mundos paralelos. El poeta es creado verdadero, es aquel que nos revela verdades que nos parecen sorprendentes, que nos dejan atónitos, que nos dan respuestas profundas, porque no son sólo de aquí. Son de aquí y de allá. Es aquí en donde creo que la educación artística (y no solo lo creo yo), debe apuntar a una concepción que apueste por la transformación sociocultural. Desde esta perspectiva, proporcionará a los niños el ejercicio indispensable de pensar la práctica (reflexionar su realidad) les facilitará la comprensión crítica de la sociedad en la que viven. Cuanto antes y más se ejerciten así, tanto antes y más comenzarán a entender los mecanismos culturales -impuestos y heredados de los adultos- generadores de opresión o encaminados en el sentido de la mediación.

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