Sistemas del cuerpo humano. Los sistemas de órganos.
Enviado por andrealemoigne • 9 de Octubre de 2016 • Monografía • 6.542 Palabras (27 Páginas) • 398 Visitas
I.E.S. SANTA ROSA.
-Sede Los Altos-
Profesorado de Educación Secundaria en Biología.
Asignatura: Biología General.
Los sistemas de órganos.
Alumnos:
- Cordero, Milagros Norali.
- Lemoigne, Andrea Michelle.
- Ponce, Gabriela Alejandra.
- Ortega, María Antonela.
-2015-
Introducción
Uno de los fines esenciales de la educación es la integración del ser humano en la sociedad, mediante el conocimiento de las pautas culturales que le son propias. Esta responsabilidad ha descansado desde siempre en la escuela, aunque resulta cada vez más extendida la idea de que la educación es un proceso dinámico y permanente en el cual debemos involucrarnos todos. En este contexto es indispensable que los docentes cuenten con los conocimientos necesarios y actualizados para concretar dicha práctica.
Con este trabajo de investigación se pretende, por una parte, adquirir conocimientos sobre los tejidos, órganos y sistemas de órganos del reino animal teniendo en cuenta su función; por otra parte, cumplir con el requerimiento académico de la asignatura biología general.
En nuestra pretensión se trató de crear un texto en el que se incluyó la mayor información del funcionamiento de los sistemas de órganos abarcando el reino animal con la intención de aportar a nuestra formación como futuros docentes.
ÍNDICE.
- Introducción…………………………………………………………… 3
- Sistema tegumentario………………………………………………... 4
- Sistema Esquelético………………………………………………….. 6
- Sistema Linfático…………………………………………………….... 8
- Sistema Endócrino……………………………………………………. 9
- Sistema Excretor…………………………………………………….. 10
- Sistema Reproductor………………………………………………... 12
- Sistema Circulatorio…………………………………………………. 14
- Sistema Digestivo……………………………………………………. 17
- Sistema Nervioso…………………………………………………….. 19
- Conclusión…………………………………………………………….. 21
- Bibliografía…………………………………………………………….. 22
MARCO TEÓRICO.
SISTEMA TEGUMENTARIO:
Se trata de tejidos especializados, que desempeñan principalmente una función, proteger a un organismo frente a la acción del medio exterior, pero que revisten el cuerpo del animal tanto exteriormente (como la piel) como interiormente (como el epitelio de revestimiento de los órganos internos).
A estos tejidos se los conoce con el nombre genérico de epitelios, y pueden estar formados por una única capa de células o bien por varias capas, distinguiéndose entonces los monoestratificados, en el primer caso, y pluriestratificados, en el segundo. Además, atendiendo a las células que los constituye, pueden ser a su vez lisos (células aplanadas), escamosas (aplanadas pero de bordes irregulares), cúbicos (en forma de cubos), en empalizada (células cilíndricas).
Hay también epitelios especializados en determinadas funciones, lo que depende del predominio de las células que lo forman. Cuando presentan células secretoras, se convierten en epitelios glandulares, mientras que si contienen cierto número de células nerviosas capaces de captar estímulos del entorno, constituyen entonces los epitelios sensoriales.
El conjunto de todos estos elementos es lo que conocemos como piel, que es un sistema tegumentario presentes en todos los animales, aunque con diversos grados de complejidad.
LA PIEL: este sistema tegumentario consiste en un epitelio más o menos simple, que muchas veces presenta transformaciones adicionales con funciones muy diversas. En los invertebrados inferiores consta de una única capa, denominada epidermis, mientras que en los restantes invertebrados y en todos los vertebrados posee además una capa adicional, la dermis.
LA EPIDERMIS: es una capa uniestratificada de células tegumentarias, a veces con otras células de distintos tipos intercaladas. En los animales que tienen únicamente epidermis, ésta desempeña un papel muy importante en los procesos de respiración, excreción y osmorregulacion.
LA DERMIS: es un tejido auxiliar de tipo fibroelástico cuya función principal es servir de apoyo y mantenimiento de la epidermis. En su interior se encuentran también los pigmentos que proporcionan al animal su colorido característico. Constituye a si mismo, en los animales superiores, el soporte de glándulas exocritas y de distintos receptores nerviosos, como los de ciertos sentidos.
EXTRUCTURAS AUXILIARES DE LA PIEL: las más simples son los cilios y flagelos, que surgen como prolongación del citoplasma hacia el exterior de la célula. Desarrollan distintas funciones como por ejemplo: defensa de materias extrañas, movimiento, entre otras.
Las cutículas son secreciones de las células epiteliales, con que éstas se recubren, están constituidas principalmente por quitina o queratina. En los invertebrados, son características de los artrópodos en los que forman un esqueleto externo que protege al animal y le confiere movilidad. Son también de origen epitelial las conchas de los moluscos.
Las escamas son estructuras más o menos laminares de la piel que se encuentran en mayor o menor medida en todos en todos los grupos de vertebrados, salvo los mamíferos, donde solo constituyen un elemento residual en algunos grupos. Pueden ser de diversos tipos: las escamas placoideas son pequeñas placas romboidales cuya naturaleza química es similar a la dentina de los dientes, y se encuentran principalmente en los tiburones, recubriendo el cuerpo. Las escamas cicloideas son planas y de aspecto ovalado, con el borde posterior redondeado, mientras que las escamas ctenoideas presentan el borde espinoso o rugoso. Ambas se encuentran en los peces óseos, creciendo en la dermis y recubiertas por una delgada capa de epidermis. Estas escamas surgen formando círculos concéntricos y dan lugar a unos anillos de crecimiento que permiten determinar la edad del animal. Las escamas córneas son las típicas de los reptiles. Forman pequeñas placas con una cubierta epidérmica de naturaleza córnea, y su función es, proteger la piel del animal contra el desgaste mecánico de sus desplazamientos por el medio terrestre, sobre todo en las serpientes. Muchas veces, las placas basales de las escamas se fusionan y adquieren naturaleza ósea, transformándose en una especie de armadura para proteger al animal del desgaste mecánico y de la perdida de agua. Este tipo de estructuras se observan en algunos peces, como los esturiones, en reptiles, como los cocodrilos o las tortugas, y en unos pocos mamíferos, como los pangolines.
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