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El docente y su práctica


Enviado por   •  23 de Abril de 2023  •  Práctica o problema  •  2.799 Palabras (12 Páginas)  •  53 Visitas

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EL DOCENTE Y LA PROMOCIÓN DE VALORES EN LOS ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN SECUNDARIA.

                              Lic. En Psicología Karla Rodríguez Cuevas.

Maestría en Educación por el Instituto

 de Estudios Superiores Simón Bolívar.

Veracruz, Ver. A 26 de marzo de 2016.

Resumen

En el presente ensayo se hace una reflexión sobre los valores, y la importancia de trabajarlos en el aula, principalmente en los estudiantes de educación secundaria, como una demanda a las necesidades de la sociedad, con el objetivo de formar seres autónomos, que sean sensibles y participen de manera activa en la comunidad, respetando los derechos humanos. Incluye opiniones personales y experiencias del autor relacionadas con las temáticas tratadas.

Palabras clave: Educación, valores, derechos humanos, juventud, competencias, civismo, ética, sociedad, participación.

Introducción

En la actualidad, la influencia de los medios de comunicación, la desigualdad, la corrupción, pobreza extrema, la intolerancia y una larga lista de problemáticas que son producto de la “educación” del siglo XXI, han sido blanco de los gobiernos de distintos países, mismos que, han asumido compromisos para darle respuesta a tratados acordados en distintas instancias internacionales, como lo son la ONU y la UNESCO, por mencionar algunas.

La tarea de educar, es sin duda alguna, de las necesidades más importantes y trascendentales de una sociedad, y la nuestra –pluricultural, diversa, globalizada-, no es la excepción. No sólo por la enorme responsabilidad social que implica, sino por el conjunto de competencias que como docentes y agentes de cambio y transformación, debemos poner en práctica cotidianamente.

Educar en valores es una necesidad y preocupación que se acentúa cada vez más en nuestra sociedad, es necesario que se impulse a la escuela a recuperar su papel, no sólo como fuente de conocimiento, sino también como formadora de valores, y de la misma manera, incentivar al docente a reconocer el carácter valoral de su quehacer diario dentro del aula, sobre todo en la educación básica, principalmente a nivel secundaria, ya que es una etapa de desarrollo y cambio para el alumno, en la que comienza a construir su identidad, autoestima, cuestionar la autoridad, realizar hipótesis, resolver problemas de manera razonada y sobre todo a tomar decisiones, en ocasiones de manera impulsiva.

Desarrollo

Es importante destacar, desde el principio que es necesario considerar a la escuela, como un sitio en el que se deben promover y formar, actitudes y valores, quizá suene un poco utópica la idea de una escuela de este tipo. Una escuela que responda a los planteamientos anteriores tendría que estar construida alrededor de cuatro aprendizajes que son esenciales para el desarrollo del individuo: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. (Delors, 1994)

“Que el incremento de las posibilidades de educación se traduzca en un desarrollo genuino del individuo y de la sociedad depende de que en definitiva los individuos aprendan verdaderamente como resultado de esas posibilidades, esto es, que verdaderamente adquieran conocimientos útiles, capacidad de raciocinio, aptitudes y valores” (UNESCO, 1990)

Estos aprendizajes nos muestran una educación que no solo se base en la obtención e información de conocimientos, sino en la formación de personas, una formación básica que se encuentre realmente comprometida con el desarrollo integral y humanista del ser humano.

Educación en derechos humanos

Es necesario encontrar un punto de partida para la enseñanza de la educación en derechos humanos en las escuelas, empezar por crear en el estudiante, una conciencia histórica, que desde mi punto de vista, se ve cimentada desde la educación primaria, pero que adquiere mayor importancia durante la adolescencia, etapa en la que el alumno comienza a formar su identidad y a cuestionar el mundo que lo rodea.

La educación en derechos humanos es un marco idóneo para el trabajo en diversas comunidades de aprendizaje y su labor cercana en favor de una resolución de conflictos no violenta y hacia la paz. (Jiménez Alvarado, 2012)

“Aquél que no conoce la historia, está condenado a repetirla”, esa frase de Napoleón Bonaparte, me hace eco en la cabeza, desde la primera vez que la escuché, a esto nos referimos cuando se habla de conciencia histórica, que el estudiante, conozca su historia, y la historia de todo lo que lo rodea, conocerse a sí mismo, es el paso primordial para conocer al prójimo y también para construir nuestra identidad. Es desde mi punto de vista, una reflexión acerca del pasado, del presente y del futuro.

No se trata de quedarse con una mentalidad arcaica y cerrada, ni de estancarse en el pasado, sino de aprender de los errores, y trabajar de manera individual, detectando fallas u omisiones, y una vez trabajado eso, colaborar con la comunidad a la que pertenecemos, en la construcción de la comunicación para la resolución de conflictos que se presenten.

En educación secundaria, la curricula aborda estas situaciones, desde temáticas como la creación de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en pro de los derechos humanos, yo creo que el aprendizaje significativo de estos tópicos, solo ocurre cuando se le da al alumno una problemática a resolver en la que llegue a la solución de la misma, por medio de la reflexión, que realmente comprenda el ¿Por qué? , ¿Para qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde? Y ¿Cuándo?, que sea un conocimiento aplicable en la vida y no información recurrente que sea desechada una vez que termine el ciclo escolar.

Educar en derechos humanos no supone acartonar o entender lo humano como un término o realidad dada; lo humano es una construcción que debe partir de los sujetos y sus necesidades concretas, su historicidad y su potencia. (Jiménez Alvarado, 2012)

No basta con que la curricula se llene de temas que van de acuerdo al momento histórico en que se vive, las palabras se las lleva el viento, es necesario que esas letras escritas en papel se conviertan en acciones, que el estudiante, conociendo su individualidad que pasa a formar parte de su identidad, interactúe y ponga en práctica toda la teoría. Una manera dentro del aula, de ir acercando a los estudiantes a esa realidad, se lleva a cabo mediante el trabajo colaborativo, en donde hacen uso de las reglas de convivencia estudiadas en clase y que más tarde pueden ser reforzadas también, enfrentándolos a retos en la comunidad a la que pertenecen, haciendo valer sus derechos y reconociendo, que su libertad termina en donde empieza la del prójimo.

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