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Ensayo socio culltural


Enviado por   •  11 de Abril de 2023  •  Ensayo  •  3.247 Palabras (13 Páginas)  •  120 Visitas

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        Ensayo

                                                                                                                 

                                                                                                   Nombre: Vanessa Zamora Casanga.

                                            La serena, Viernes 23 de Octubre del 2020.

Raza humana o deshumanizada, destinados culturalmente a discriminar negativamente a otro ser humano o podremos humanizarnos.

Los seres humanos somos seres sociales: vivimos nuestro ser cotidiano en continua imbricación con el ser de otros. Esto, en general, lo admitimos sin reservas. Al mismo tiempo los seres humanos somos individuos: vivimos nuestro ser cotidiano como un continuo devenir de experiencias individuales intransferibles. Esto lo admitimos como algo ineludible. (Maturana, 1995)

El ser humano es un ser social, por ende puede transformar la realidad de forma negativa o positiva, a lo largo de los años desde la prehistoria se han observado jerarquías que minimizan y diferenciar a las personas por sus cualidades físicas, sexo y se les designan tareas desde las cuales pueden ejercer su rol social, aun así no igualitario y diferenciador de poder. El hecho de que en la prehistoria se minimizara a la mujer pos su aspecto físico y el rol de criar hijos y servir en el hogar, a diferencia del hombre, quien era el protector de la familia y él que debía salir a cazar para mantenerlos con vida, derivando en él, rol de jefe y superior ante los demás miembros del hogar es el comienzo de una historia llena de desigualdades.

Por último, esta interpretación determinista biológica se aplica desde la Edad de Piedra hasta el presente gracias a la aseveración de que la división sexual del trabajo basada en la «superioridad» natural del hombre es un hecho y, por consiguiente, tan válido hoy como lo fuera en los primitivos comienzos de la sociedad humana. (Lerner, 1990)

De tal forma que si nos centramos en el pasado y en la actualidad, hoy ocurre lo mismo, pero debemos implementar incluso algunas categorías que se han incluido en ese visualizar al otro como diferente, ya no solo por el hecho de ser mujer, sino por diversas creaciones de etiquetas que han hecho categorizar a las personas por sus gustos o formas de vestir, de hablar, raza, rasgos físicos, cicatrices, orientación sexual, sexo, género y lo que amplifica la creación de las “minorías sexuales”, ¿llamadas así por ser el menor porcentaje de la sociedad? ¿Realmente estamos respetando sus derechos humanos básicos, si desde la ley se les categoriza?

Negamos al otro, nos molestan sus gustos, formas de vestir, los discriminamos y los hacemos entrar en una categorización que lo hace ver inferior ante nosotros, como en el caso de los heterosexuales versus los homosexuales, ¿quién es más aceptado en nuestra sociedad? Debería decir ambos pero no es así, ¿respetamos sus libertades de expresión? Pues en su mayoría no, y si se expresan con libertad como lo dicen sus derechos, son mal vistos por la sociedad del siglo XXI, juzgados, despreciados e incluso considerados inmorales, ¿porque nuestra sociedad actual no se puede humanizar? ¿Podemos ver al otro como legitimo otro como lo dice Humberto Maturana? ¿Tenemos cura como sociedad? ¿Podemos ser garantes de derechos entre nosotros mismos y así crear una sociedad armónica?

Si educáramos desde la infancia la importancia del respeto y la tolerancia a los derechos humanos básicos, incorporando a los adultos, las familias, las comunidades e instituciones educacionales, podríamos encontrar quizás una solución por la cual comenzar a hacer transformaciones en nuestra sociedad, que posee preconcepciones antiguas de lo que debe ser aceptado y es correcto, las cuales son creencias heredadas, educadas y concebidas de generación en generación.

Desde que la persona nace, existe una “Indiferente predisposición, percepción y atribución de características, respecto al mismo bebé, según que este sea presentado como niño o niña”, es lo que se llama el efecto o fenómeno del etiquetado” (Cagigas, 2000)

Luego más tarde, durante la socialización se forma a los niños para que adopten y aprendan los roles  y vivan en las esferas de la masculinidad o femineidad, según les corresponda. Se instauran en ellos una serie de roles genéricos y comportamentales de acuerdo con las expectativas sociales. (Cagigas, 2000)

Un ejemplo básico es que desde el embarazo ya se esté pensando en el futuro de ese niño o niña que aún no nace y se les autodenomine el género directamente por sus genitales, luego nace y cuándo ya tiene unos años, se les cuestione y se les enseñe que es incorrecto tener gustos por juegos o juguetes de niños a las niñas y viceversa, ¿Dónde está ahí el derecho humano del desarrollo de la personalidad y los derechos del niño siendo respetados y garantizados por sus familias? Están siendo reprimidos  por lo que se piensa es correcto y en consecuencia se etiquetará a esa niña como es “machorra” por sus gustos si intenta jugar con un camión de juguete o a la pelota, en el caso de un niño que quiera jugar con muñecas o pintarse las uñas, será tratado hasta por sus compañeros de escuela de es “raro” y así desde la infancia comienzan aquellas etiquetas que ponen los adultos y son aprendidas por los niños y niñas, por ende dando génesis a la discriminación.  

Por lo tanto los niños y las niñas son privados, censurados, si tienen necesidades o actúan de forma que no le es propia, se les impide un  libre desarrollo y expresión de sus personalidades mediante la prohibición, inhibición o forzamiento. Es así como los niños comprenden los puntos de poder y dominación y las niñas las de aceptación y adecuación a aquellas. (Cagigas, 2000)

A lo largo de los años la génesis de la discriminación no solo ha sido a las mujeres, a los niños y las niñas, a las minorías sexuales, sino que  también lo han sido y siguen siendo las personas de raza “negra”, las cuales se les trata distinto, se les cuestiona, se les etiqueta de diversas maneras y se les ve de manera inferior.

En aquella parte invisible de esta sociedad, hago referencia a los inmigrantes, que en medio de la globalización y en busca de mejores oportunidades en países que suponen los van a cobijar, dar apoyo y oportunidades, terminan encontrando a veces una recepción hostil, como lo es en el caso de los inmigrantes negros.

Los inmigrantes “negros” son objeto de una racialización/sexualización contenida en el proceso deshumanizador impuesto por la Colonia que esclavizó, marcó y diferenció a toda una población como “raza”. (Tijoux, 2014)

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