Guión ENMFM Talk
Enviado por Marcela Hernández • 20 de Octubre de 2024 • Ensayo • 2.507 Palabras (11 Páginas) • 32 Visitas
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¿Estas imágenes te parecen familiares?
¿Alguna vez durante tu experiencia como estudiante de la Escuela Normal “Miguel F. Martínez” has pensado en cuál es la importancia de los documentos rectores y si vale la pena las horas y horas que uno dedica para poder tener todo en orden en cada apartado? ¿No?
Pues yo sí. En muchas ocasiones durante noches o madrugadas ha pasado eso, escribiendo y preguntándome en si debería de dormir o de seguir frente a la computadora, eso ha recorrido mi mente. Es difícil pensar en ese instante en si son realmente útiles, pero al ver el trasfondo de su importancia, podemos cambiar esa mentalidad.
Me presento, soy Dana Hernández Zamora, estudiante de la escuela Normal Miguel F. Martínez ubicada en el estado de Nuevo León, ahora me encuentro en el último tramo del séptimo semestre a la par que también imparto clases a alumnos de tercer grado de primaria debido a mi año de servicio. El día de hoy me encuentro aquí con ustedes para platicar un poco sobre los documentos rectores, ¿Qué son? ¿Cuál es su utilidad? ¿Su relevancia? Entre otras especificaciones.
Pero para comenzar con todo esto, y como acabo de mencionar, es necesario saber cuáles son estos documentos rectores, estos son la planeación y la evaluación, el diario del normalista, el portafolio de evidencias de los estudiantes y por último el seguimiento de la práctica.
Bien, empecemos con la planeación y evaluación.
(Se presentarán algunos ejemplos de planeaciones propias a lo largo de la normal)
Como sabemos, la planeación y la evaluación son herramientas demasiado útiles para los docentes y como en cualquier otro ámbito, el planear y el evaluar son un recurso indispensable para que las cosas salgan bien. Su utilidad es amplia en todos los aspectos dentro de un aula de clases, por ejemplo, podemos decir que nos ayuda a organizar de manera estructurada los procesos de enseñanza-aprendizaje, todo a la par que se presentan los temas, los procesos de desarrollo de aprendizaje, los materiales a utilizar, las actividades y estrategias que emplearemos dentro del salón de clases con los estudiantes. También el evaluar nos permite dar retroalimentación a los niños y niñas del aula, pues ¿a quién no le pasó de pequeño? El maestro regresaba los trabajos, pero no sabíamos en qué nos habíamos equivocado y qué hicimos mal, por lo que, el evaluar de forma socioformativa es indispensable para el desarrollo de cada alumno, pues, como Tobon (2017) explica “se centra en desarrollar y mejorar el talento de las personas para afrontar los retos de la sociedad del conocimiento mediante el abordaje de problemas del contexto y la colaboración.”
También es indispensable realizarla para que cada maestro pueda adaptar la enseñanza a las necesidades de su grupo y estudiantes, aquí tenemos la obligatoriedad de planear y realizar las evaluaciones tomando en cuenta estilos de aprendizaje, características de los niños y de igual forma limitaciones, todo para que las clases sean efectivas y significativas. Otro punto importante para mencionar es el que con ambas podemos tener los objetivos y metas claros que queremos alcanzar con los estudiantes.
Me gustaría mencionar a la docente y autora Socorro Beatriz Ruiz Fonseca (2019) quien menciona, y cito textualmente, “es la herramienta que permite al docente organizar el pensamiento y la acción, ordenar la tarea, estimular el compartir, el confrontar, ayudar a establecer prioridades, a concientizar sobre lo que se va a enseñar y la distribución del tiempo”.
En cuanto a la relevancia sigue siendo amplia, nos brindan una estructura totalmente organizada del proceso de enseñanza, en ella debemos de agregar objetivos, contenidos, actividades y por supuesto las evaluaciones. De igual forma es relevante para los estudiantes, ya que cada que planeamos y evaluamos debemos de tomar siempre en cuenta a nuestros niños, pensando obviamente en que es para ellos y su mejora continua. Y para terminar con los puntos sobre la relevancia, cabe recalcar que el planear nos ayuda mejorar poco a poco, con ella podemos darnos cuenta de qué es lo que nos sirvió frente al grupo, qué debemos mejorar o qué podemos continuar haciendo para seguir aprovechándolo.
Podemos continuar con el diario del normalista, siendo este a mi parecer un tema realmente polémico. Algunos, por no decir todos, hemos llegado a odiar este documento rector, en ocasiones nos preguntamos si es verdaderamente relevante para nuestra práctica docente, si realmente vale la pena tomar en ocasiones horas y horas tratando de encontrar algo para escribir y realmente reflexionar. Para mí siempre ha sido el llevar una constancia para poder escribir en él, pero poco a poco se termina haciendo un hábito.
La utilidad, aunque no lo creamos, es amplia. Nos permite como docente el reflexionar sobre nuestra práctica sobre nuestro actuar, nos damos cuenta de lo que funciona o no dentro del aula de clases y con los estudiantes; de igual forma, aunque nos parezca realmente pesado el escribir cada día es de mucha ayuda para comprender lo que sucede con cada alumno, nos permite adaptar las actividades para su enseñanza, pues con cada escrito podemos conocer mejor al niño.
Y bien, ahora su relevancia para tratar de tomar un poco de amor al diario, este contribuye a nuestro desarrollo profesional como maestros, todas nuestras descripciones y relatos son de mucha ayuda para propiciar la reflexión propia y la mejora continua, de tal forma que al escribir nos conocemos más y reconocemos las partes débiles y fuertes de nuestra práctica, ya que “puede ser utilizado como un instrumento de investigación, ya que permite al docente recolectar información sobre su práctica y analizarla de manera crítica.” (Monsalve y Pérez, 2020)
Una vez terminado el diario podemos continuar con el portafolio de evidencias, siendo este uno de mis favoritos, y no es por lo fácil. En el portafolio, como su nombre lo indica, guardamos y vamos organizando evidencias de los alumnos los cuales estemos atendiendo, todo esto puede ser a lo largo del ciclo, a lo largo del trimestre o de algún proyecto en particular. Este documento es útil tanto para maestros como para alumnos; con este reconocemos los logros y avances de cada uno tras tener recopilado todas sus evidencias, también ellos mismos pueden darse cuenta de lo que han aprendido y cómo es que han ido mejorando a lo largo del tiempo estipulado. Aunado a ello podemos fomentar y desarrollar la capacidad de reflexión de los pequeños, pues pueden aprender a identificar cada una de sus fortalezas y áreas de oportunidad. Tobón (2017) nos da una breve descripción de su relevancia también “Esto es clave para realizar metacognición en torno a los logros obtenidos, las dificultades superadas y los nuevos retos. Además, posibilita compartirlas con otras personas y comprender su naturaleza.” Por todo esto y más, para mí es el documento rector más interesante y dinámico, pues podemos encontrar tanto trabajos muy buenos como los que están en desarrollo de mejorar, es de mi agrado, ya que, puedo conocer mejor a mis alumnos, saber en qué son bueno, en qué necesitamos reforzar y por supuesto, ellos podrán verlo reflejado durante las clases.
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