ANÁLISIS CRÍTICO. LITERATURA GRIEGA

ANÁLISIS CRÍTICO

LITERATURA GRIEGA

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Corporación Universitaria Adventista

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades, Lengua Castellana

e Idioma Extranjero Inglés

Docente:  Jhon Jairo Mena

Curso: Literatura Universal

Yurane Andrea Jiménez Gómez

Medellín, Colombia

2020

En el siguiente análisis crítico, se pretende brindar un acercamiento a la figura de la mujer en la literatura griega; un tesoro de mujeres excepcionales nos ha legado la cultura, Podemos mencionar desde mujeres y diosas del olimpo; el dolor, la fidelidad, la justicia, la alegría, la belleza, la amistad, la bondad, llenan las páginas de algunos personajes propios de la epopeya la Ilíada, el poema la Odisea y el conflicto de la guerra de Troya, esos sentimientos ideales los encarnan personajes femeninos que han llegado vivos hasta nuestros días. Cabe resaltar que para poder comprender la imagen de mujer es también necesario mencionar el ideal de caballero.

Al ubicarnos en la mitología griega, la mujer  era admirada cuando estaba bajo el control del hombre, debía ser abnegada y entregada a su esposo, siempre obedecerlo siguiendo todos sus mandatos; eran las encargadas de mantener el orden en su hogar,  la cocina, el aseo y además  tejer la ropa para su familia; Se evitaba que tuvieran cualquier clase de educación, buscando que no se igualaran a los hombres; eran esclavas sexualmente de sus esposos, debían ser fieles ya que podían matarlas o devolverlas a su familia avergonzándolas de forma pública; al contrario los hombres podían tener sus amantes ya que esto hacía que demostraran su mando; el hombre mantenía su ideal de perfección mostrándose prudente, justo y fuerte; asimismo el vínculo matrimonial con su esposo era basado en la conveniencia, esta presión social las llevaba a sentirse inferiores a los hombres.

Las mujeres para los hombres eran seres que no aportaban, que vivían como zánganos, su trabajo doméstico no tenía valor alguno, recibían el alimento gratis y además reprochaban a sus esposos y nunca estaban contentas; su función era tener un hogar para no llegar a una vejez sin hijos en la pobreza absoluta, ellas vivían bajo el control de su esposo, hijos y hermanos. En la clase baja la esposa realizaba todos los deberes por si sola y acudían al mercado libremente y en la clase alta el estatus era importante y se acompañaba de sus criadas y solo asistían a festividades religiosas o celebraciones familiares; algunos filósofos de la época como Aristóteles describen a la mujer como seres reproductivos y el hombre poseedor y administrador de ella, además mencionan la sumisión y el silencio, como una de las mejores virtudes de la mujer.

Existía una gran diferencia en la autonomía que regía la ciudad de Esparta ya que las mujeres podían participar en algunos deportes como la gimnasia, el disco y la jabalina y además aprender música; pero como en todas las ciudades, no podían participar del gobierno y mucho menos votar; el hombre era el involucrado en temas políticos y el arte; además podían ser herederos y solo ellos tenían libertad para ejercer su derecho al divorcio; se aprecia en el libro de la Ilíada que hasta el propio dios Zeus, maltrata a su esposa Hera “Mas siéntate en silencio y acata mi palabra, no sea que ni todos los dioses del Olimpo puedan socorrerte cuando yo me acerque y te ponga encima mis inaferrables manos” (Homero). La superioridad del hombre respondía a la estructura organizativa de la sociedad griega.

En primer lugar tenemos a la diosa Hera, aunque fue la más importante del Olimpo por ser esposa de Zeus, mantiene un matrimonio tóxico y lleno de tensión debido a todas las infidelidades de su esposo; no tiene coraje y no enfrenta a quien la engaña, el hombre exigía a la mujer la fidelidad, pero no por una cuestión romántica, sino para asegurar la procedencia de sus hijos; La mujer era entregada al hombre sin reservas, mientras que él mantenía el derecho a la infidelidad; a la diosa Hera  la describen como celosa y posesiva sin tener en cuenta que  Zeus fue el personaje mitológico más infiel, sus aventuras son narradas desde amores con otras diosas, ninfas e incluso mortales y de todas sus infidelidades nacieron muchos hijos y a pesar de todas sus aventuras la diosa Hera nunca le fue infiel a Zeus; no podemos decir si fue por amor o  tal vez porque cometer adulterio era duramente castigado. Ella siempre fue representación de Castidad y fidelidad.

Por otro lado la diosa Hestia se queda virgen durante toda la eternidad, posee el don de la pureza y además de ser guía espiritual de las familias y el hogar, protegiendo la felicidad y manteniendo la armonía; recordemos que las mujeres eran excluidas  y siempre tenían un guardián varón: si era soltera, su padre o un pariente varón; si estaba casada, su marido; si era viuda, alguno de sus hijos o un pariente varón, al parecer Hestia prefirió que su guardián fuera Zeus en vez de tener un esposo. Asimismo, Deméter siendo la diosa de los cultivos, protege las cosechas y la fertilidad de los campos; esto nos transporta a la mujer de la antigua Grecia participando en el sostén de la casa a través de la agricultura; recolectando, cosechando y laborando la tierra, además también se le atribuye protectora del matrimonio y de la ley sagrada; cabe destacar que los matrimonios eran arreglados por lo general por los padres y además eran obligatorios, algo así como un asunto de importancia social y política para perpetuar su nombre; la tradición era que la mujer pasara a formar parte del hogar del marido, pero en la ciudad de Esparta existía flexibilidad referente a este tema.

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