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Agustin y su trago amargo


Enviado por   •  15 de Agosto de 2022  •  Apuntes  •  1.542 Palabras (7 Páginas)  •  113 Visitas

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Trago amargo

En un día soleado de esos donde provoca ir a nadar se encontraba un niño  delgado, alto, con una melena larga, quien se llamaba Agustín, estaba tan acostumbrado a vivir dentro de su casa, que no quería ni le apetecía salir para nada. Comía y dormía cuánto quería; paseaba, jugaba y se entretenía en su cuarto con todo lo que se le compraba, estaba acostumbrado a vivir dentro de esa burbuja de la que no quería salir.

El calor de verano se fue marchando poco a poco y, como tenía pensado Agustín, se metió en la cama para estar más calentito. Después de  Terminar de ver videos  y juagar video juegos en la consola,  se quedó ahí, dormido, muy a gusto.

Una mañana despertó y sintió ganas de salir, al ver por la ventana que habían niños jugando y divirtiéndose fuera de su casa,  sintió un poco de calor y  pensó que ya iba siendo hora de salir de allí. Empujó y empujó con todas sus fuerzas la puerta del cuarto para salir, y al hacerlo se dio cuenta de que no podía, estaba encerrado. Se miró muy extrañado.

- ¿Por qué estoy encerrado? - se dijo en voz alta.

Sin saber el motivo, pregunto a sus padres, ¿mamá porque no puedo Salir? Quien le respondió, hijo es mejor que juegues aquí dentro, estas mas seguro, y no te lastimaras, Agustín enojado continúo encerrado en su cuarto  muy molesto, ahora porque no le dejaban salir, caminaba de lado a lado  por todos los sitios y no sabía que hacer.

Pasó una niña por la ventana de su cuarto  y le dijo:

- hola, ¿por qué no sales a jugar?

La miró confuso y contestó:

- ¿Es a mí? - creo que te equivocas- yo soy Agustín.

Al rato pasó un niño y le dijo:

- hola, ¿vienes a jugar?

- ¡Yo soy un Agustín! - contestó esta vez un poco extrañado- ¡No puedo salir!

- ¡Hola Agustín! - lo saludó otro niño que pasaba por allí.

- ¿Vienes a jugar conmigo? Conozco un parque  precioso cerca de aquí.

- Yo soy Agustín; y no me dejan salir. ¿Qué le pasa a todo el mundo hoy?

A ciegas respondía sin saber que solo querían burlarse de el.

Entonces los niños tocaron la puerta de la casa para hablar con su mamá y pedirle que dejara salir a Agustín a jugar.

La mamá le explicó:

- Antes el jugaba con todos, pero, siempre lo lastimaban, y era imposible que volviera a jugar, ¿recuerdas Agustín? - continuó hablando.

- Después fuiste creciendo  y ahora te has convertido en un adolecente frágil y delicado que no quiere nada solo vivir encerrado.

Si pero;

- ¡ahora ya no puedo jugar! - le dijo Agustín a su mamá, preocupado, ya que quería salir y hacer amigos nuevos pensando que estos no le molestarían y lo tratarían bien,  la madre le responde claro que si puedes salir,  feliz por esa maravilloso noticia; salió corriendo de alegría para juagar con sus nuevos amigos,  pero se equivocó.

Sus amigos no eran sus amigo. Se burlaban de él por su apariencia, se reían, hacían comentarios, y se alejaban de el, Agustín aterrado sin entender salió corriendo a su casa y se encerró de nuevo en su cuarto. -Cuánto  quería el saber el porque?-, se acostó en su cama y decidió dormir y hacer todo lo que quería, paseaba de un lado a otro, siendo  libre de los comentarios y desprecios de los demás, y se dijo a si mismo; - prefirió seguir encarcelado-.

Agustín al ver la frialdad de los demás niños, decidió prepararse y ser mas fuerte para que nada le lastimara, estaba pasando por el proceso de la adolescencia, el cuál era una etapa fuerte, su apariencia no era tan buena, estaba más delgado, con acné en la cara, que le molestaba mucho, por más cremas y remedios que se aplicara nada le ayudaba. Pensaba, como era tan increíble que las personas se fijaran más en su apariencia  que en su forma de ser y lo agradable que él era.

Pero eso no tendría porque afectarme, ya que se trata en parte de su crecimiento y lo duro de la adolescencia.

La  madre preocupada por la situación de Agustín decide entrar al cuarto y hablar con él; -hola hijo como te sientes-; Agustín no quiso responder, solo se quedo acostado en su almohada sin decir nada, su madre le dice; -quiero que me escuches porque al final he entendido una cosa: ya no eres una niño, por lo que no debo tratarte como tal, y todavía no eres una adulto por lo que no te debo exigir como tal.

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