Análisis de la construcción de la identidad en “Hijo de ladrón” de Manuel Rojas
Enviado por lila_21 • 23 de Junio de 2021 • Ensayo • 1.810 Palabras (8 Páginas) • 147 Visitas
LADRÓN DE SU PROPIA HISTORIA
Análisis de la construcción de la identidad en “Hijo de ladrón” de Manuel Rojas
Todos viven de lo que el tiempo trae. Día vendrá en que miraremos para atrás y veremos que todo lo vivido es una masa sin orden ni armonía, sin profundidad y sin belleza (Aniceto Hevia en “Hijo de ladrón))
Si bien la novela presenta un tejido de historias- y donde no hay precisamente un orden cronológico- que permite la entrada de otros narradores, hay un eje central a través del protagonista. Éste se muestra al comienzo del relato como alguien cuya versión puede ser dudosa, no tiene certeza de la veracidad total de los hechos que narra. Pese a ello, trata de rememorar lo que hasta ese momento ha sido su vida, incorporando una serie de nombres que lo acompañaron hasta entonces y algunas de las historias detrás de esas personas. Un elemento importante dentro de la travesía del protagonista, es la ayuda que le brindan otros para poder zafarse de ciertos obstáculos, así como sobrevivir frente a la adversidad que significaba para él el hecho de vivir.
Dentro de este marco el protagonista intenta construir por a poco su identidad, desgarrada por instantes, esperanzadas en otros. De cada experiencia vivida rescata una idea, así como de la ajena, incorporando ciertas filosofías de vida en la cual la sobrevivencia es esencial, pues como él dice “no es fácil morir, pero tampoco lo es el vivir”. En definitiva, Aniceto Hevia, el hijo de ladrón, es un ser que intenta descubrir quién es, cómo es y hacia dónde va. En este camino la figura de su padre, madre e incluso hermanos trazan una huella que contribuirá en su cosmovisión. El Gallego, como le llamaban en su medio, era un reconocido ladrón y admirado hasta por los policías, lo que no evitaba que fuera apresado. Son estas circunstancias lo que provoca una constante contradicción en Aniceto, ya que si bien, no juzga a su padre por su “oficio”, y lo adoraba entrañablemente, son las consecuencias del mismo lo que le duele y que, finalmente, lo dejan a la deriva cuando es apenas un niño. Es en el peor momento cuando su padre cae nuevamente preso, su madre, el pilar emocional de la familia, ha muerto y la familia se desmorona irrevocablemente.
La madre odiaba a los extraños, pero recibía sin preguntar a todo aquel que dijera ser amigo de su marido, aun si la persona se encuentra en la peor situación, como el caso de “el enfermo Alfredo”. Junto a su madre, el protagonista vive una de sus primeras experiencias duras, producto del trabajo de su padre y es un recuerdo fuerte que permite determinar los primeros pasos que habría de dar después ese mismo niño, que sin culpa alguna, fue llevado a los calabozos al igual que su madre. Esta imagen del pequeño Aniceto dice mucho acerca de lo que pasaría después en sus intentos por sobrevivir, ya que pese a que sabía que ser ladrón tenía un doloroso costo, no pudo evitar involucrarse, quisiera o no, en ese mundo.
La muerte inesperada de su madre, marca la disgregación total de la familia, pues como afirma el protagonista “volvería a ver (a su familia), quién sabe cuándo, si es que alguna vez volvía”. Una vez que la madre parte de este mundo, se pierde el rumbo, no hay un horizonte claro para este padre y hermanos. Aniceto que nunca había conocido el hambre, que había compartido con hijos de médicos, oficinistas y obreros, que siempre sintió el calor de un hogar, quedaba ahora desamparado. Este punto es vital no sólo para la historia, sino también para entender la manera en que conforma sus pensamientos y su destino el protagonista. La madre muere y el padre a los días cae preso para una larga condena, pero lo terrible no es la condena del padre, sino que ya no está la madre, pues él había crecido ignorando muchas veces el paradero de su progenitor y enfrentando muchas veces el acoso de sus cazadores, cambiándose de casa porque era buscado por todo mundo, pese a eso, era feliz, tenía amor, y abrigo. Por lo tanto, la pérdida de la madre es una hendidura en sus corazones y la razón por la cual debe lanzarse a un mundo desconocido y peligroso, donde encontrará la miseria no sólo por las condiciones en que comienza a vivir, sino la que es peor, la miseria humana, “la del hombre contra el hombre”, la maldad, la injusticia. Tal es el caso de Isaac, en quien pretende encontrar el refugio que ha perdido y que, por el contrario, se aprovecha de su desprotegida inocencia. Ese fue quizá el primer acto de “justicia” que ejerce, de lucha y de resistencia ante lo ruin del ser humano y esta fuerza era la que tendría que poner en práctica innumerables veces más.
Si bien es cierto que la figura de sus progenitores marca la construcción de la identidad del protagonista, hay otras personas que inciden en su manera de ver el mundo. Como la Patrona, quien le enseña a leer folletos, lo educa en temas elevados, le conversa sobre el mundo y le abre su mente a otras realidades. Después aparecen otras figuras como la de Pedro el mulato- el mulato Pedro- quien llega un día a visitarlos y a llenar de alegrías sus infantiles vidas. Este hombre a quien su padre le guardaba una estima especial, marcó también una etapa de su niñez, ya que no sólo les permitió conocer una y mil historias, sino que también los conectaba con sus “raíces y sentir la excitación que producía la presencia de un genuino brasileño. Su madre les hablaba de los negros (a un punto que no creían que existieran brasileños blancos), de sus costumbres y su especial olor. Todo lo escuchado podía ser ahora vivido y experimentado a través de este popular personaje, cuya lengua les producía una increíble sensación escucharla (sus padres no lograban este portugués perfecto). “Caímos instantáneamente es una especie de éxtasis”, nos narra el protagonista, con esta frase expresa todo lo adorable que vivió junto a sus hermanos durante la estancia de Pedro el mulato.
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