Análisis pragmalingüístico de la sátira y el sarcasmo
Enviado por vanesgo • 20 de Octubre de 2017 • Tarea • 6.968 Palabras (28 Páginas) • 374 Visitas
ANÁLISIS PRAGMALINGÜÍSTICO DE LA SÁTIRA Y EL SARCASMO
VANESSA GÓMEZ C.
PROFESOR: FRANCISCO ZULUAGA
MÓDULO DE PRAGMÁTICA
MAESTRÍA EN LINGÜÍSTICA
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
2012
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: ¿A través de qué vías pragmalingüísticas se logra la efectividad en las estrategias verbales satírica y sarcástica?
OBJETIVO GENERAL: Observar y analizar cuáles son algunos de los medios pragmalingüísticos de los que se vale el hablante satírico y sarcástico.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Descubrir las diferencias de los medios pragmalingüísticos empleados por la ironía y aquellos de los que se sirve la sátira y el sarcasmo.
- Analizar cómo el sarcasmo y la sátira se pueden complementar.
- Indagar cómo las estrategias verbales satírica y sarcástica se sirven de figuras estilísticas como la metáfora, y de marcadores lingüísticos dialectales para cumplir con sus propósitos comunicativos.
HIPÓTESIS:
Siendo la sátira y el sarcasmo tipos de ironía verbal, el análisis pragmalingüístico de las dos primeras se puede hacer con base en el mismo estudio de la estrategia retórica que los envuelve a ambos, la ironía. Se plantea que a pesar de seguir el mismo modelo de análisis pragmalingüístico, se obtendrá que la sátira y el sarcasmo logran su eficacia a través de vías pragmalingüísticas particulares que les hacen ganarse un nombre propio dentro de la ironía verbal.
MARCO TEÓRICO:
Tanto a la sátira como al sarcasmo se le ha relacionado con la ironía a lo largo de la tradición retórica. La ironía es una estrategia retórica que consiste en dar a entender lo contrario o algo distinto de lo que se dice, hallando así contradicciones entre el plano ilocutivo y el proposicional.
Las llamadas figuras retóricas se han venido estudiando a partir de diferentes perspectivas desde la antigüedad grecolatina. A la ironía se le define comúnmente como “la expresión de una idea mediante una palabra que significa lo contrario de ésta” (Lausberg: 1984). Ampliando el concepto de ironía, se dice que esta estrategia verbal se puede clasificar en subtipos de ironía de acuerdo a la energía con la que se realice el enunciado irónico. Entre esos subtipos se encuentra el sarcasmo. “Desde este punto de vista el sarcasmo no sería más que un tipo de ironía definido por una energía de emisión. Más en concreto, si la ironía está teñida de crueldad y hostilidad, se hablará de sarcasmo” (Azaustre y Casas 1997). En pocas palabras, el sarcasmo es un tipo de ironía que conlleva energía emisiva cruel y hostil.
Según esta definición se podría entonces concluir que el sarcasmo atenta contra la imagen del receptor, de acuerdo a la teoría de la cortesía. De esta manera daña la imagen del otro con el fin de bromear o molestar, pero ambos tienen un objetivo subyacente en común, persuadir.
Para dar una definición más precisa del sarcasmo como un subtipo de ironía se cita el siguiente ejemplo (tomado de Cabedo, 2009):
- Juan y Eva han tenido una discusión hace media hora y ahora se están vistiendo para ir a una fiesta. Mientras se están cambiando en la habitación, Juan le dice a su novia: ¿Para qué llevas sujetador? A lo que ella responde: Y tú, semental, ¿para qué usas calzoncillos?
- Juan y Eva llegan borrachos a casa y se están desvistiendo para hacer el amor. Juan, bromeando, dice: ¿Para qué llevas sujetador? A lo que ella responde entre risas: Y tú, semental, ¿para qué llevas calzoncillos?
Según lo anteriormente explicado el caso B comporta un tipo de ironía con carga positiva para los interlocutores, pues se bromea a través de formulación de preguntas que no buscan una respuesta (pregunta insincera) sino más bien un jugueteo entre una pareja; “se busca el placer de la complicidad” Jakélévitch (1964). En este último caso no se pretende dañar a nadie. En el ejemplo A la ironía ha sido dicha para dañar pues se percibe una carga negativa de los hablantes hacia el interlocutor. En el primer ejemplo Juan hace una crítica, aludiendo al poco pecho que tiene su pareja; Eva le responde de la misma manera, pero aludiendo a los atributos de su pareja. Esta carga negativa hacia el interlocutor le aporta matices a la ironía, pasando a ser así Sarcasmo.
Se concluye pues que el sarcasmo intenta dañar la imagen del receptor, rasgo que le aporta para que se clasifique como subtipo en el campo de la ironía.
Al igual que al sarcasmo, a la sátira se le ha relacionado con la ironía a lo largo de la tradición retórica (Torres: 1999: 151). La sátira halla sus propios rasgos para ser categorizada como subtipo de la ironía verbal.
Kemper (En: M. A, Torres: 152) la define como una estrategia que “pone al descubierto, a través del ataque, “defectos” precisos reales de la sociedad, mientras que la ironía “juega” con los dilemas nacidos de la ambigüedad de la epistemología.”
Para Hodgart (1969) la definición de la sátira se origina principalmente, antes que por sus ámbitos temáticos, por el modo en que éstos se enfocan, pues ésta, por lo general, tiene la intención de generar risa mediante la degradación o desvalorización de la víctima.
Esta última definición acerca bastante los medios de los que se vale la sátira a aquellos que usa el sarcasmo. Es así como veremos en el análisis de las muestras cómo estas estrategias se pueden complementar, y cómo la sátira se encabalga sobre el sarcasmo para producir una provocación aún más cínica y mordaz.
Para reafirmar esta apropiación de la sátira y el sarcasmo dentro de los subtipos del campo de la ironía se hará un análisis basado en aspectos considerados en los estudios de la ironía realizados por Henk Haverkate.
Según Haverkate (1985) la ironía no puede efectuarse fuera del marco de los actos de habla. Se plantea entonces que la sátira y el sarcasmo pueden tomar, así mismo, como base los actos de habla para su análisis pragmalingüístico. De acuerdo a Haverkate, la ironía se manifiesta mediante los actos de habla de la siguiente forma:
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