Artes Escénicas (Los zapatos encantados)

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Artes Escénicas

(Los zapatos encantados) 

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Grado: Quinto                        Grupo: dos

Alumno:

Badillo Santos Sergio Abraham

Había una vez un hombre de nombre Rodolfo, el cual vivía una vida aparentemente normal, era un hombre, amable, humilde y caritativo, vivía en una pequeña vecindad a las afueras de la ciudad de México, Rodolfo, conducía un taxi y aunque era una persona la cual se preocupaba por los demás seres vivos había algo en él que lo hacía actuar de manera extraña.

Era un coleccionista de amuletos de la suerte, ya que creía que entre más tuviera mejor le iría en su día a día, una mañana realizando sus actividades cotidianas Rodolfo comenzó a sentir que todo le salía mal, lo cual hizo que creciera su ambición por un nuevo amuleto, él manejaba un taxi que portaba unas placas con el numero 66-16-jep

Una mañana mientras circulaba por la ciudad y pensaba en que nuevo amuleto podría conseguir una señora le hizo la parada, ella vestía un atuendo de color rojo y unas zapatillas picudas, en camino a su trabajo, el taxista se pudo percatar que ella se notaba un poco preocupada, tal vez era la preocupación por llegar tarde a su trabajo o la tristeza por no saber con quien dejar a su hijo.

Ya en camino venía a la mente de Rodolfo una creencia antigua la cual dice que poseer el zapatito de un niño que ha muerto, atraerá buena suerte al que lo coleccione porque el espíritu dueño del zapato quedará atrapado en él y cuidara de la persona que lo posea como si fuera una especie de ángel de la guarda. Usualmente en una época antigua se guardaba el zapatito de un familiar fallecido, como el de un bebé.  

Tenia la cuartada perfecta, lo único que tenia que hacer era esperar a la señora de rojo al salir de su trabajo junto con su niño y buscar la forma de obtener el zapato del niño, pero había algo que le impedía cumplir con esa creencia, exacto, que tenia que ser un zapato de un niño muerto.

Al ver que su día empeoraba, no lo dudo más y cuando la señora salió del su trabajo Rodolfo decidió atropellarlas cumpliendo con su objetivo.

Su suerte comenzó a cambiar y fue como adopto esta practica de coleccionar zapatos de niños, claro antes de ello tenia que buscar la forma de quitarles la vida.

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