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Candido el hacedor de conejos


Enviado por   •  30 de Octubre de 2015  •  Ensayo  •  2.352 Palabras (10 Páginas)  •  296 Visitas

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Candido El Asador De Conejos

Cándido, el asador de conejos

Enredo de Humberto Orsini
Inspirado en El Rompimiento de Rafael Guinand
Escrito en 1985


Personajes:
Doña Eleuteria
Amparito
Doña Jacinta
Carmencita
Doña Josefina
Julieta
Ofelia
Ignacio
Cándido
Anastasio

Sala de una casa caraqueña de los años 30. Sillas, adornos
de sala. Entra doña Eleuteria con unos adornos y los
acomoda. Llama.
Eleuteria: ¡Amparo! ¡Amparito! Date prisa.
Amparo: (Desde adentro) Ya voy mamá, ya voy.
Eleuteria: Pronto van a llegar los invitados y no estás lista.
Amparo: (Apareciendo. Se muestra) ¿Qué te parece? ¿Te
gusta?
Eleuteria: Estás bellísima. Como tu madre a los 18 años.
Cuánta nostalgia me da verte cumplir esa edad. Recuerdo
aquel cumpleaños, los jóvenes me rodeaban, me
abrumaban a piropos. Pero nada en serio. Mis padres eran
recalcitrantes, celosos como ningunos. No me dejaban salir
sola a la calle y si me veían hablando sola con un
muchacho me formaban una sampablera.
Amparo: Los tiempos han cambiado, mamá.
Eleuteria: Claro, hija. Es por eso que te permitimos tener
novio a tu edad.
Amparo: Es que Cándido es tan bueno, mamá.
Eleuteria: Y le hace honor a su nombre. Ahora es difícil
encontrar hombres cándidos, por lo menos éste parece.
Amparo: Y lo es, mamá.
Eleuteria: Que la virgen te lo cuide y te lo guarde.
Amparo: Ya debe estar por llegar.
Eleuteria: Sí, hay que apurarse, pues los invitados llegan
de un momento aotro.
Amparo: Estoy nerviosa. ¡Claro! Los 18 se cumplen una
sola vez. Menos mal que tenemos bebidas y comida
suficiente.
Eleuteria: Menos mal. Ya Sinforosa preparó todo. El dulce
de lechoza y los higos pasados quedaron como para
chuparse los dedos. Y bebida no hay mucha, pero alcanza.
La leche de burra me quedó chipen chipen.
Amparo: ¿Y papá cuándo vendrá?
Eleuteria: Ya debe haber salido del almacén. Estará por
llegar.
Amparo: ¡¡Y Cándido no llega!!
Eleuteria: Calma, hija, no seas impaciente. No se te va a
escapar. El otro día Anastasio me decía: “ese yerno nuestro
me parece demasiado bueno, ¿no será que nos está
haciendo teatro?
Amparo: ¡Mamá! ¡Cómo se le ocurre eso a papá!



Eleuteria: Eso le dije yo a Anastasio. ¡Cómo se te ocurre
eso!

(Tocan a la puerta)

Amparo: Son los invitados.
Eleuteria: ¿Quién será? (Van y abren. Entran doña Jacinta
y Carmencita) ¡Jacinta! ¡Carmencita! Qué bueno que llegan.
Amparo: Me alegra verlas.
Jacinta: ¿Cómo que somos los primeros chicharrones?
Eleuteria: Sí, mijita, son las primeras en llegar.
Carmencita: Felicidades, Amparo. Aquí tienes un regalito.
Perdona lo poco.
Amparo: ¡Ay! Para qué se molestaron.
Eleuteria: Carmencita, estás muy bonita.
Carmencita: Favor que me hace, doña Eleuteria.
Jacinta: Y tu Amparo, también estás muy bonita. A lo
mejor consigues novio en tu cumpleaños.
Eleuteria: Pero si ya tiene, Jacinta ¿No lo sabías?
Jacinta: Primeranoticia. Pues te felicito, Amparito.
Amparo: Gracias doña Jacinta.
Eleuteria: Es un joven muy guapo y decente.
Carmencita: Cómo me alegra que tengas novio, Amparito.
Yo también me conseguí uno.
Eleuteria: ¡Ajá! Y lo tenías calladito.
Jacinta: Es que es nuevecito.
Amparo: Te felicito Carmencita.
Carmencita: Gracias. Estamos a mano.

(Tocan la puerta)

Eleuteria: Llegan más invitados. A ver quién es. (Van a la
puerta. Entran doña Josefina y Julieta) (Se saludan todos
entrecruzados) Bueno, siéntense. (Se sientan todas)
Jacinta: Estábamos hablando de novios. ¿Saben que
Carmencita y Amparo ya tienen novio?
Josefina: ¿Cómo va a ser?
Julieta: Felicitaciones.
Josefina: Mijita, las cosas están mejorando, Julieta
también consiguió novio. Un novio que es una maravilla.
Buenmozo, decente.
Amparo: Ajá, no me habías dicho nada.
Julieta: Es que como casi nunca nos vemos.
Carmencita: Felicitaciones Julieta. No sabes cómo me
alegra.
Eleuteria: La verdad es que esta ciudad ya se está
poniendo imposible. La ciudad crece tanto que ya los
tranvías no alcanzan a cubrirlo todo.
Jacinta: Sí, mijita. Yo no sé a dónde vamos a parar. Por
eso es que uno ya ni se ve.
Julieta: ¿Y tu novio viene para la fiesta?
Amparo: Sí, niña, lo estoy esperando.
Carmencita: Entonces lo vamos a conocer. ¡Qué emoción!
Julieta: Que suerte que lo vamos a conocer.
Eleuteria: Estamos contentísimos con él. Es un jovencándido y hermoso.
Amparo: ¡Mamá!
Eleuteria: ¡Al pan, pan!
Josefina: Ahora no se consiguen hombres buenos. Así que
cuando aparece uno hay que asegurarlo bien. La mayoría
son unos maulas, embusteros y hasta sinvergüenzas.
Jacinta: Pero ya ven, entre tantos mentirosos han
aparecido tres jóvenes buenos al mismo tiempo. ¿No es
para celebrarlo?
Eleuteria: Verdaderamente, mijita. Eso hay que celebrarlo.
A propósito, Amparito, pon música.
Carmencita: Muy buena idea.
Amparo: (A Carmencita y a Julieta) Vamos a poner música

(Salen)

Josefina: ¡Cómo descansa uno tranquilo cuando esas
muchachas consiguen un buen partido!
Jacinta: Es verdad. Esa cuidadera y esa vigiladera agotan.
Eleuteria: Así es, mijitas. Podemos darnos con una piedra
en los dientes.
(Suena música alborotadas)
de pianola.
Entran las muchachas

Amparo: Bueno, mientras llegan los demás invitados
podemos ir bailando. Baila conmigo, Carmencita.
Carmencita: Bueno. (Salen a bailar. Julieta baila sola y

luego va a sacar a doña Jacinta)

Julieta: Vamos a bailar, doña Jacinta.
Eleuteria: ¡Niña! No seas falta de respeto.
Jacinta: ¡Déjala! Me encanta bailar, y ya que no me sacan
los hombres…

(Bailan) (Eleuteria y Josefina critican el baile)

Eleuteria: Envidio la gente como Jacinta. No se le agua el
ojo con nada.
Josefina: Yo era así, pero los sufrimientos lo ponen a uno
aguado.

(Termina la música. Aplauden)

Jacinta: ¡Ay!¡Tenía tiempo que no bailaba!
Eleuteria: ¿Por qué no pasamos al patio? Allá es más
fresco.
Amparo: Además, allá están las bebidas y los dulces.

(Todos asienten y salen. La sala queda vacía. Se oyen las
voces afuera)

(Entra Cándido a la sala, observa y se prepara para dar una
sorpresa. Siente que viene alguien y se prepara. Aparece
Carmencita, ambos se sorprenden al verse)
Cándido: ¡Carmencita!
Carmencita: ¡Cándido! ¿Qué haces aquí?
Cándido: (Turbado) Bueno, yo…
Carmencita: ¡Así que conoces esta familia!
Cándido: Sí, bueno, claro…
Carmencita: ¿Y conoces también a Amparito?
Cándido: Sí, sí, claro que la conozco.
Carmencita: Pero, ¿por qué no me dijiste que venías para
esta fiesta?

Cándido: Bueno, es que no estaba seguro de que iba a
venir… y… bueno… ¿y tú por qué no me dijiste que venías?
Carmencita: Pensé que no conocías a esta familia. Ven,
vamos adentro, al patio. Allí está mi mamá y los demás.
Cándido: ¡No! ¡Mejor no!
Carmencita: Pero, ¿Por qué?
Cándido: ¡Es que voy a tener que regresar a la casa!
Carmencita: ¿Por qué?
Cándido: Dejé la cocina prendida.
Carmencita: Bueno, alguien la apaga. Ven, vamos a
entrar.
Cándido: Mejor nos sentamos aquí. O mejor, ve a
buscarme un vaso con algo de beber. Tengo una sed
terrible. ¡Ve rápido!
Carmencita: Pero ven y te lo bebes en el patio.
Cándido: Es que quiero estar solo contigo aquí…
¿entiendes?
Carmencita: Entiendo. Eres un pícaro. (Sale.Cándido se

levanta. Otea y trata de escapar pero se topa con Julieta
que viene buscando a Carmencita)
Julieta: ¡Cándido! ¿Tú aquí?
Cándido: ¡No! ¡Yo no soy!
Julieta: ¿Cómo?
Cándido: Sí. Sí soy.
Julieta: ¿Y tú conoces está familia?
Cándido: Sí… sí. Claro…
Julieta: ¿Y conoces a Amparo?
Cándido: ¿A Amparo? Sí… sí…
Julieta: Ven vamos para que la saludes.
Cándido: ¡No! ¡No puedo!
Julieta: Pero, mi amor, ¿qué te pasa?
Cándido: No, no me pasa nada.
Julieta: Pero es que estás como… como… no sé…
Cándido: ¡Es que me duele el estómago!
Julieta: ¡Vamos para que tomes un calmante!
Cándido: ¡No!

Julieta: Pero, ¿por qué no?
Cándido: Porque lo tengo prohibido. ¡Ah! ¿Sabes lo que
me lo quita? Un vaso de guarapita. Búscame uno.
Julieta: Pero, vamos adentro para que te lo bebas.
Cándido: Es que prefiero estar aquí a solas contigo. Así
aprovechamos.
Julieta: Ajá pícaro. Tienes razón. Ya regreso. (Sale.

Cándido se levanta y trata de salir escondido pero se topa
con Amparo)
Amparo: ¡Mi amor! ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?
Cándido: Vengo entrando.
Amparo: ¿Y dónde están?
Cándido: ¿Quiénes?
Amparo: Los novios de Carmencita y de Julieta. Ellas están
preparando la bebida y me dijeron que ellos están estaban
aquí.
Cándido: ¡Ah! ¡Ya! Acaban de salir.
Amparo: ¿Se fueron?
Cándido: Sí, dijeron que pronto volvían.
Amparo: ¿Y tú los conoces?
Cándido: ¡Claro! Digo, no, no los conozco.
Amparo: Pero ¿qué tepasa? Estás nervioso. No tienes por
qué estarlo. Mi papá te quiere y mi madre te adora.
Cándido: Sí… sí, lo sé. Pero…
Amparo: Pero ¿qué? ¿Se te perdió algo?
Cándido: Sí, se me perdieron las llaves.
Amparo: ¿Cuáles llaves?
Cándido: Las de la casa. Voy a buscarlas (Va a salir pero Amparo lo detiene)

Amparo: Pero olvida esas llaves ahora.
Cándido: ¡No puedo! (Gritando)
Amparo: No me grites (Llora) Nunca me habías gritado. Si
eso es antes de casarnos, ¡¡cómo será después!!
Cándido: ¡Perdona! Fue sin querer.
Amparo: Entonces, ¿te quedas?

Cándido: Bueno, está bien. Me quedo. ¡Ah! Pero tengo
una sed terrible. Búscame algo de beber.
Amparo: Pero pasa al patio. Allí estaremos mejor.
Cándido: No, mi vida. Aquí estamos mejor. Aquí estamos
solos.
Amparo: (Va a salir) Está bien. (En ese momento entran

por lados extremos Carmencita y Julieta)
Carmencita: Aquí está, mi amor (Entra Eleuteria)

Julieta: ¿Cómo que mi amor? Este es mi novio.
Amparo: ¿Cómo?
Eleuteria: ¿Qué es lo que pasa aquí? (Entran Jacinta y Josefina)

Cándido: (Aparte) ¡Ay! ¡Dios mío! Se hundió Paraguaná.
Josefina: ¡Cándido! Qué bueno que has venido.
Jacinta: Lo que menos me imaginaba era encontrarte
aquí.
Amparo: Cándido, explícate.
Julieta: Éste es mi novio.
Carmencita: De ninguna manera, este es mi novio.
Amparo: Pero si está comprometido conmigo.
Eleuteria: ¡Cándido! ¡Explíquese!
Jacinta: Sí. Nos debe unaexplicación.
Josefina: No lo juzgaré hasta que oiga una explicación
suya.
Eleuteria: ¡Hable, Cándido!
Cándido: Bueno, yo… yo, es decir. Bueno, ustedes
comprenderán.
Amparo: ¡No comprendemos nada! Hable claro.
Cándido: Eso hago. Bueno…
Carmencita: Bueno ¿qué?
Cándido: ¡No me presionen caray! ¡Déjenme buscar las
palabras adecuadas!
Josefina: Dígalo con las palabras que quiera, pero dígalas.
Cándido: Sí. Justamente a eso iba. Bueno, la cosa es que
yo… que yo…
Eleuteria: ¿Que yo, qué?
Cándido: ¡Que yo nunca me imaginé que todas se
conocían!
Amparo: ¡Ay, Dios mío! Me va a dar algo.
Carmencita: ¡Qué descaro!
Julieta: Es el colmo.
Eleuteria: Razón tenía mi marido. ¡Éste no es ningún
cándido, sino un sinvergüenza!
Cándido: Señora, me está ofendiendo. ¡A un caballero no
se le ofende de esa manera!
Josefina: ¡Ah! ¡Es el colmo del descaro!
Jacinta: ¡Señor! Las ofendidas somos nosotras.
Amparo: ¡Todavía no te has explicado!
Cándido: ¡Pero es que no me dejan!
Julieta: Te escuchamos.
Cándido: Bueno. Yo no he engañado a nadie. A nadie le
he sido infiel. Yo las quiero a todas.
Eleuteria: Y quiere casarse con todas, ¿no es así?
Cándido: ¡Eso sería lo ideal!
Jacinta: Yo no puedo más. ¡Esto no es un hombre!
Cándido: ¡No soy un hombre y tengo tres novias!
Eleuteria: ¡Ah! Si llegara Anastasio. Si llegara Anastasio
para que le cobre este ultraje a este desalmado.
Cándido: ¡Yo soy un hombre honesto! Soy rectocomo un
Paraguatán. ¡Nunca le he mentido a nadie!
Amparo: ¡Que no has mentido! Es el colmo.
Cándido: ¡Ninguna de ustedes me preguntó si tenía novia!
Jacinta: Ya que usted es tan recto, como dice, ¡renuncie a
dos de ellas y quédese con una!
Amparo: ¡A mí que no me elija! ¡No quiero volver a verlo!
Carmencita: Yo tampoco lo quiero. ¡Prefiero quedarme
para vestir santos!

...

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