Como se da los Apuntes de un viajero
Enviado por Leo Martinez • 28 de Febrero de 2018 • Ensayo • 1.085 Palabras (5 Páginas) • 175 Visitas
Apuntes de un viajero
Nombre el maestro. David
Nombre el alumno. Eduar Martínez
Grado. 2 semestre
Grupo. A
Con sobrada razon ha solido des confiarse de la exactitud y buen criterio de los que á su tránsito por paises extraños, ó bien despues de unabreve parada, se apresuran á escribir de los que vieron en ellos; y mayormente si, cual en la Nueva-España, todo lo desfiguraba á la sazonla parcialidad de los adversarios de su emancipación Sin embargo, aconte cimientos hay á las veces de tamaño bulto y resultados tan inmediatos y evidentes, que apenas cabeerror en atestarlos, ni es dado á la historia describirlos sin el apoyo de semejantes testimonios, en siendo ingenuos, y por lo mismo que son contemporáneos.
Y si me adelanto á hacer estas indicaciones con cierto grado de satisfaccion propia, séame permitido exponer, que no carecen de razonables fundamentos, puesto que, gastado un año en recorrer varias provincias mejicanas De modo que si en algun caso pudo faltarme el justo ó necesario discernimiento, me sobraron proporciones cual acaba deinsinuarse, para investigar hechos y apreciar fundadamente sus causas y resultados, sin dejarme impresionar por los extremados resentimientos agenos, ni prestar facil fe á lanecesaria parcialidad y exageracion de los tiempos Pero si dije mas arriba que en el curso de mis viajes me ocupaba en recoger datos, debo añadir, que perseverando en mi intento con mayor empeño y mejores auxilios durante los dos primeros años de residencia en la ciudad de Méjico, hube de refundir con posterioridad todas las apuntaciones hechas y extenderlas bajo la sencilla forma decartas familiares, guardandoen ellas el órden de fechas relativo á su especial contexto, y sin que dejase por eso de procurar nuevos informes, rectificando en su consecuencia lo ya descrito, hasta el momento mismo de mi partida de Nueva-España á fines de 1817
No tardó efectivamente en obscurecerse el horizonte político alli como en los demas dominios españoles, con las tinieblas sobrevenidas y recientesubida del ingrato monarca al trono en hombros de cortesanos y acompañado de verdugos; y su propio virey Calleja, que poco antes exaltó hasta el cielo las excelencias de la constitucion jurada, la repudió al punto con pública infamia, proclamándola un aborto de la maldad y del delirio de hombres desleales Y si todavía brilló en algun emcuentro el valor de muestros guerreros, pagando con la vida el renombrado Mina y demas temerarios que osaron contrarestarlo; sucedía así, notanto por efecto de buena combinacion, como en fuerza solo de los briosindividuales, y á despecho mismo de la falta absoluta de sistema y acuerdo en la direccion general de la guerra. Libre ya pues en gran manera de tales trabas y embarazos, siempre respetables, séame lícito alegar enabono de produccion tan tardía y aparentemente inoportuna: lo primero, que si de continuo están saliendoá luz memorias y obras que se refieren á épocas mucho mas remotas,sin meter en cuenta las relativas ápueblos no existentes ó muy anti guos, y las mas de ellas bien acogidas de la generalidad de lectores; con alguna razon deberá presumirse que haya de poder excitar la atencion pública entre nosotros la desaliñada y aun diminuta, pero desapasionada y veraz reseña hecha por un testigo presencial de hazañas dignas de los heróicos tiempos de la conquista,y espectador asímismo immediato de los horrores y vicisitudes de una lidal fin funesta á la nacion española, y los escombros de cuyo arruinado imperio humean Comparecen efectivamente en la palestra, por el un lado, furibundos sacerdotes campeones de nueva especie y caudillos de la fratricida guerra apoyados del prestigio religioso y los simulados milagros, ofreciendo á la seducida multitud libertad y riquezas, compradas que sean con sangre europea y el total exterminio de susverdaderos bienhechores; mientras que en la banda opuesta se presenta un puñado de denodados castellanos, resueltos, con razon ó sin ella, á no venir átratos con la muchedumbre de losrebeldes, y á perder el antiguo predominio solo con las vidas; y lo que es de admirar, adhiriendo á tan vi ¿ cuanto corto partido consi porcion de soldados criollos,impelidos de los hábitos de subor dinacion y pundonor, ó desconfiadosde la empresa acometida por sus mas osados paisanos. Baste lo dicho para justificar, hasta cierto grado, la publicacion de un opúsculo que se presenta sin otros títulos ni miras que el mero deseo de echar nueva luz sobre cosas no de todos conocidas, y la esperanzade ser acogido con la necesaria indulgencia. Mi estimado dueño y amigo: informado por mis anteriores de los poderosos motivos que tenia para acelerar mi regreso á la Península, esperaría V. sinduda saber de un dia á otro de mi feliz arribo á algun punto del reino de Por tugal ó de Inglaterra, y jamas habría imaginado que mi mala estrella pudiera conducirme á esta parte del glob Voy pues ante todo á disculpar mi aparente ligereza en tomar este camino con preferencia á la desembarazada ruta del Cabo de Buena—Esperanza; y en seguida iré dando cuenta de la peregrinacion peligrosa y larga que estoy resuelto á hacer por estas alborotadas tierras, á trueque de librarme de una muerte inevitable en—tre las ruinas de Acapulco Y confirmado en mi propósito al advertir el ansia con que los comerciantes filipinos avivaban la salida del navío Fernando séptimo destinado á llevar al reino de Méjico sus crecidos intereses, me embarqué sin mas demora á su bordo el dia 15 de marzo, lisonjeándome de poder dar vista á mis hogares nativos an tes de acabarse el año. Las ruidosas salvas del Castillo, los repiques del pueblo y la presencia de dos bergantines de la armada nacional y de varios buques de comercio, nos hicieron olvidar bien pronto los pasados sufrimientos y peligros, infundiendo justa confianza en todos los pechos; y al echarse áfondo el ancla en este magnífico puerto, los gritos de viva España resonaban por todas partes y demostraban el general regocijo No es posible expresar la indignación y sorpresa causadas por tan infausta nueva, ni cabe darse idea de la turbacion de los ánimos al contemplar la crítica situacion en que nos encontrábamos. Pluguiera á Dios que arrojada la nave sobre las costas de alguna isla desierta, hubiésemos gastado en sus playas los tres crueles meses pasados en este paraje fu—nesto pues al cabo, en medio de los afanes y preparativos para luchar de nuevo con las olas y con los vientos, nos habría sustentado la halagüeña si bien engañosa perspectiva de aportar mas tarde á las amigas tierras:, y por lo menos se habría dilatado algun tanto el plazo de nuestros actuales padecimientos.
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