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Cuento: Aquella noche infinita


Enviado por   •  12 de Octubre de 2015  •  Tarea  •  829 Palabras (4 Páginas)  •  139 Visitas

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Aquella noche infinita.

Me encontraba en aquel viejo bar de luces muy suaves, aún recuerdo que en ese lugar había pasado mis mejores momentos de juventud, pero ahora me encontraba desahogando mis amargas penas, el tiempo se pasaba muy lento, recuerdo esa canción que cantaba una y otra vez con tanto sentimiento: “ojala pase algo que te borre de pronto 
una luz cegadora, un disparo de nieve 
ojala por lo menos que me lleve la muerte para no verte tanto, para no verte siempre...” me acordaba de esa mujer que me hizo tanto daño, que mala racha tuve en ese momento, seguí allí sentado hasta que se hizo noche.

Cuando vi entrar a una mujer de ojitos negros, aquel hermoso rostro que me supo envolver en tan solo unos segundos, pero ¡¿cómo no hacerlo con su piel gitana?! Que noche tan maravillosa, la curiosidad me invadió  por esa hermosa mujer, desde ese instante todo se tornó  perfecto ¿mis penas margas? Esas se fueron lejos a penas la vi a ella, todo tomo un nuevo rumbo, esa hermosa luna que nos arropaba con su manto celestial.

No podía dejar de verla y pensar en ella, me quería volver prisionero de su cuerpo y yo encantado, podría morir bajos esos incandescentes ojos negros. Cada vez que sentía que venía hacia mí arribaban miles de pensamientos y un gran deseo de besarla, de hacerla mía, pero dígame usted como no tenerlos si tan sólo con la mirada inspiraba a pecar.

Creo que aquella hermosa mujer leyó mis pensamientos, me miraba de una forma tan pasional; cuando de repente se sentó al lado mío, y dijo:-Hola, siento que te conozco de alguna parte pero no lo recuerdo. Mi corazón empezó a palpitar muy fuerte. -¿Cómo te llamas? Dijo ella. Con un poco de torpeza le dije: Santiago, mi nombre es Santiago.  Me sentí muy apenado. Mucho gusto Santiago mi nombre es Isabella. Yo solo podía sonreír no paraba de verla, de repente sentí esas suaves y delicadas manos que me tomaban, me puse aún más nervioso. Me pidió que la acompañara a dar una vuelta por aquellos hermosos paisajes nocturnos. Salimos del bar ella me contaba que no conocía mucho esta ciudad, pues acaba de llegar, yo me ofrecí a darle un paseo por los mejores sitios Ya eran las 11:30 de la noche, llegamos a un parque de grandes árboles que dejaban caer sus hojas al suelo, hablamos por mucho tiempo y fue cuando en un le pedí que cerrará los ojos, que ahora le contaría una historia de un hombre que cayó en él más peligroso juego de una hermosa diosa.

Y así fui contándole aquella fantástica historia, hasta que hubo un momento de silencio, no me pude resistir, sólo quería besarla, pensé que era muy precipitado, pero sentía un necesidad y tenía que hacerlo, moje mis labios, me acerqué a su boca suspire y fue cuando la bese, ese beso que jamás podré olvidar , porque fue el comienzo del fin. Esa mujer besaba como las diosas, todo cambió en mi vida. Quería que todo fuera eterno.

No sé de donde saque fuerzas y la invite a mi apartamento, ella con un poco  de picardía en su mirada accedió. Ese trayecto se me hizo eterno, hasta que por fin llegamos. Solo quería abrazarla, besarla, hacerla mía, es que La complicidad era tanta que nuestras vibraciones se complementaban lo que tenía ella me hacía falta y lo que tenía yo  la hacía ser más completa La afinidad era tanta  que
miraba sus ojos y ya se lo que pensaba. Esa mujer me atrapo entre sus labios suaves dulces deliciosos fue tan eterno que aun llevo ese primer beso en mí, llevé mis brazos sobre su espalda y la abrace suavemente, ella mordió mis labios como queriendo decir que me iba a devorar, se alejó rápidamente y me miro con esos ojos tan negros como esa noche, el clima se hizo cálido e incitaba  pasión, quise besar esa hermosa boca de  nuevo y luego me acerque, ella retrocedió queriendo jugar y como por sorpresa se lanzó sobre mí y me beso ahora el beso se tornó más intenso y apasionado el aroma de su cuerpo se unió con el mío, la acaricie hasta el cansancio mientras quitaba cada una de sus prendas y ella las mías. Sentí el palpito de su corazón armonizarse con el mío mientras nuestros cuerpo buscaban encajar, hacia un gesto tan hermoso cuando nuestro cuerpos se convertían en uno solo, sentía como tu cuerpo temblaba. El vacío que había en mí se llenaba con una parte de ella, No se escuchaba nada más que el sonido de su respiración combinada con los gemidos de su boca diciendo que quiera más. Mire sus ojos y dije: si me regalas la mañana te llevo hasta la noche plena... desde ese momento

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