EDUARDO Y LA ISLA
Enviado por Abisaí Fuentes García • 5 de Diciembre de 2021 • Tarea • 1.098 Palabras (5 Páginas) • 104 Visitas
EDUARDO Y LA ISLA
En una localidad apartada de la ciudad había un muchachito que su nombre Roberto, a él le encantaba investigar y saber de todo, con el tiempo comenzó a preguntarse muchas cosas mas ¿Cómo qué más había más alla de las montañas? ¿Por qué hacemos siempre lo mismo? Entre muchas cosas más, le fascinaba preguntar acerca de cualquier cosa y nunca hallaba un lugar en donde estar, un día decidió aventurarse a buscar algo que pudiera contar al mundo, un invento un lugar, por supuesto que su familia no lo dejaría y jamás aceptarían que se fuera como un vago sin rumbo fijo, cuando se decidió decírselos la respuesta fue que estaba loco que lo que tenía que hacer era trabajar y buscar una buena mujer para hacer su familia como lo hace todo el pueblo, después de tal respuesta quedó decepcionado y se preguntó ¿así tiene que ser las cosas? ¿de verdad no puedo hacer nada más con mi tiempo?¿No puedo hacer nada más con mi vida?, Estaba muy triste y lo único que le quedaba era visitar a Eduardo que era el mejor amigo de su infancia y que nadie más lo podía comprender mejor que él, le contó lo que le había pasado después de una larga plática la respuesta de Eduardo fue, que esperas sal y vive, demuestra y descubre lo que hay afuera, nada te lo impide tienes toda un camino que recorrer, en aquel momento reaccionó y dijo tienes razón lo haré y verás que descubriré algo que nadie más ha hecho. En aquel instante fue a su casa y comenzó a meter todo lo que necesitaba para su viaje provisiones, ropa y un mapa en ese momento sólo le dijo su mamá me voy, verás que algún día descubriré algo tan importante que te hará sentir orgulloso de mi, su mamá enfadada le dijo vete y jamás vuelvas a partir de ahora no tienes mi apoyo, entre muchas cosas mas, un poco triste pero seguro comenzó a caminar y entre más se alejada de su casa la voz de su madre comenzó a desvanecerse, después de un tiempo vio una casa cerca de un acantilado llegó hasta la puerta, tocó y abrió un viejo con canas largas y un bastón, entonces le preguntó que desea joven ya es muy tarde para que esté afuera a estas, le dijo, pase le ofrezco pase la noche aquí, es muy peligroso hay muchos ladrones que no dudarían en quitarte hasta la vida, gracias respondió, no sabía que era tan peligroso, ya estando dentro el viejo le pregunta ¿tienes hambre?, ¿deseas tomar algo?, responde Roberto, la verdad si tengo mucha hambre le agradecería me diera un poco de comida, por favor dijo, al poco rato le dio un plato de comida, una sopa insípida pero a él no le importó se lo comió como si no hubiera comido en semanas, pasado el rato el viejo le empezó a contar historias acerca de una isla, en ella había construcciones inimaginables pero sólo aparecía en el solsticio de verano, nadie podía creer semejante historia, por supuesto que el quedó asombrado era una fantasía que no se podía creer, pero para el quizá es lo que necesitaba escuchar para comprobar que era capaz de encontrar aquella isla y demostrar de lo que era capaz, el viejo decía que solo un hombre lo había visto pero que esa persona desapareció hace muchísimo tiempo y nadie lo había visto desde que contó aquella historia, en ese instante sorprendido y decidido le preguntó qué hacía dónde quedaba ese lugar, necesitaba saber dónde estaba, hacia dónde dirigirse, el viejo se quedó pensando sabes que en esa isla hay cosas que pueden ser irreales que no se pueden creer, aventurarse y visitar aquel lugar puede ser un suicidio, el viejo se compadeció de él y vio las ganas que tenía de demostrar al mundo delo que era capaz, después de un rato le dijo dirígete al sur al camino que va hacia la cascada de la niebla, pasando esa ruta verás en el fondo una montaña en forma de cuerno Y a lo lejos verás varios árboles de abedules, ni bien termino de decirle hace donde tenía que dirigirse salió corriendo y sólo me dijo gracias viejo si encuentro regresaré y te diré como es ese lugar, sin más el joven Eduardo se fue alejando del viejo, al principio la ruta parecía desolada triste sin sentido pero conforme fue caminando fue descubriendo que había un sinfín de paisajes que lo llenaba de emociones, después de caminar por mucho tiempo encontró un valle, era tanta la diversidad de plantas animales que quedó atónito, siguió caminando y a lo lejos vio varios árboles de abedules por fin encontró lo que el viejo le había contado era su primer paso,fue tanto su asombro que sigo caminando y sin darse cuenta a lado de él había un río que pasaba junto a los árboles, decidió tomar un descanso se arrimó bajo un árbol busco una piedra y la tomó de almohada, descansó por varias horas, de repente comenzó a soñar a qué lugares podría llegar e imaginándose cómo sería ese lugar al que todos querían llegar, sin embargo ya pasado una larga siesta despertó, pensó y dijo no me detendré seguiré caminando hasta encontrar aquella isla de construcciones inimaginables de paisajes bellísimos, de pronto termino aquí el río y a lo lejos se veía una planicie desértica sólo el sol que brillaba tan fuerte que parecía una ciudad pero era sólo un espejismo, siguió caminando y de pronto comenzó el solsticio vio hacia el sureste y a lo lejos vio una pequeña entrada, siguió caminando y de pronto para su sorpresa era entrada majestuosa estaba adornada de piedras preciosas y grabados que jamás había visto, entro y a lo lejos vio un lago que parecía amar, se acercó más y más y si era tan grande es el lago que su vista no alcanzaba ver hasta donde terminaba, a su derecha dijo que había un espacio enorme, que no era la plaza pública Sino una cancha donde parecía que practicaban un deporte y a los lados había enormes gradas y era tan grande se quedó sin palabras, sigo caminando y bella casas hermosas parques y en el fondo un enorme castillo, lo único malo que estaba deshabitado no había con quien platicar, en ese momento decido regresar y platicarle al mundo y a su familia y en especial a que el viejo que ayudó a realizar su sueño.
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