EL Ensayo Literatura Hispanoamericana III
Enviado por Thamy Douglas • 19 de Junio de 2017 • Reseña • 1.165 Palabras (5 Páginas) • 303 Visitas
Universidad Federal do Rio de Janeiro[pic 1]
Facultad de Letras
Disciplina: Literatura Hispanoamericana III
Profesora: Cláudia Luna.
Académica: Thamires de Moura Ribeiro Silva
DRE:114015343
Reseña: ADORNO, Th, W. Notas de Literatura. Barcelona. Ariel, 1962.
El ensayo como forma, empieza señalando una crisis que se vive en Alemania con respecto al trabajo producido por los ensayistas. Adorno entiende que esa crisis está en la academia pues en ensayo dejó hace tiempo su camino experimental para convertirse en lo que actualmente conocemos como “ensayo académico”. El ensayo pasó a ser un texto que sigue una estructura fija y que aspira a tratar temas humanísticos como si estos fueran ciencia.
Uno de los contrastes más claro en el texto , es la oposición al método de Descartes y hay en el texto un protesto contra las cuatro reglas que René Descartes constituye, en Discurso del método, como los principios de la ciencia occidental moderna. Las cuatro reglas básicas, son revertidas, pues no combinan con el ensayo.
En la regla de la evidencia, Descartes afirma que no se debe admitir ninguna cosa como verdad sin saber con evidencia que es efectivamente verdadera. Sólo se debe comprender aquello que se presente al espíritu de forma tan clara y distinta y que no pueda ser puesto en duda. El ensayo muestra lo amado y lo odiado en vez de representar un espíritu (una sola cosa, una sola idea completa o admirable).
En la regla del análisis, Descartes sostiene que se debe dividir cada una de las dificultades a examinar en partes posibles para resolverlas mejor. Pero el ensayo no persigue los conceptos hasta más allá del objeto específico, donde los conceptos se legitimarían, a revés se acerca a él "aquí y ahora" del objeto.
En la regla de la síntesis, Descartes afirma que debemos proceder con orden en nuestros pensamientos, pasando desde los objetos más simples y fáciles de conocer hasta el conocimiento de los más complejos y oscuros. Contradice la forma del ensayo, según Adorno, porque la forma del ensayo parte de lo más complejo, no de lo más simple.
Y en la regla de la comprobación, que consiste en revisar cuidadosamente cada uno de los pasos de los que consta nuestra investigación hasta estar seguros de no omitir nada y de no haber cometido ningún error en la deducción, también no concordad con el ensayo. El ensayo no pode hacer eso pues el objeto no se puede exponer simplemente a partir de una cadena ininterrumpida de deducciones. El ensayo no adhiere a la filosofía de la identidad. Para el ensayo el objeto no es armónico: la continuidad al pensarlo también es discontinuidad. En este sentido, el ensayo anula la necesidad de alcanzar una integridad y una continuidad. El ensayo no puede llegar a crear la sensación de que no queda nada más que decir. Tiene que estructurarse como si pudiera detenerse en cualquier momento. Piensa discontinuamente como la realidad que encuentra su unidad en las rupturas.
Para el autor, la poesía y el ensayo son hermanos de porque siguen un camino similar: el poeta inmortaliza instantes efímeros a través de la palabra, sigue las pulsiones de su mente, de la misma manera que lo hace el ensayista. Esa es la esencia del ensayo y Adorno enumera diferentes características que a componen.
El ensayo no visa producir científicamente algo, o crear algo artísticamente. El ensayo como forma está vinculado al pensamiento crítico que sostiene que nada de lo humano es creación. El vínculo con la teoría es cauteloso como el vínculo con el concepto. El ensayo no se deduce rigurosamente de la teoría ni es una síntesis de ella, sin embargo, la experiencia espiritual también tiende a la objetivación. El ensayo muestra esta contradicción.
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