EL TEXTO O LA PALABRA LITERARIA: ESCAPE O CONJURO CONTRA LA VEJEZ

UNIDAD EDUCATIVA COLEGIO CERVANTES

SAN CRISTÓBAL – TÁCHIRA

ÁREA: CASTELLANO

QUINTO AÑO

EL TEXTO O LA PALABRA LITERARIA: ESCAPE O CONJURO CONTRA LA VEJEZ

Azael Eduardo Contreras Chacón

Secciones A –B- C

San Cristóbal, febrero de 2021

Siddhartha Gautama (el Buda histórico), al tomar conciencia de lo efímero o pasajero de la juventud y percatarse por primera vez en su vida de la vejez, identificó a esta última como uno de los cuatro sufrimientos de la vida; consecuentemente, se esmeró en encontrar la forma de proporcionar a los seres humanos una filosofía que minimizara este sufrimiento. En la literatura occidental, el paso de los años, la “edad otoñal”, ha sido un tema recurrente o “leitmotiv”; podemos encontrarlo en novelas, cuentos, poemas y ensayos, lo cual podría interpretarse como el afán de usar el texto literario como una “vía de escape” e incluso una forma de conjurar la  vejez a través de la palabra escrita. Leamos con atención estos versos del poeta griego Anacreonte (siglos VI y V a.C) en Romero (2019):

πολιοὶ μὲν ἡμὶν ἤδη κρόταφοι κάρη τε λευκόν, χαρίεσσα δ’ οὐκέτ’ ἥβη

“Canosas la sienes ya tengo y blanquecina la cabeza; la agradable juventud ya pasó”

Son diversas las visiones, posicionamientos existenciales, emociones ante el hecho de envejecer: abarcan desde la angustia y la desesperación hasta la resignación y la razonable aceptación y comprensión de las posibilidades que también ofrece esta etapa vital. Veamos - en un breve recorrido por un par de autores y obras favoritas-  algunas de estas miradas y actitudes ante el envejecimiento.

Anson (2016) nos presenta un pensamiento de Miguel de Cervantes  escrito para el conde de Lemos, “cuando abrazado a Don Quijote y Sancho, con los Trabajos de Persiles y Sigismunda en el fogón, se disponía a cruzar la oscura penumbra del más allá.”(s.p.): “El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto,  llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir”. Particularmente, la visión de Cervantes me resulta alentadora; reconoce las ansias y la pérdida de esperanza que le produce el envejecer (y el morir) pero también resalta que este estado de conciencia sobre la brevedad del tiempo, incrementa su deseo de vida (aun muriendo). En el mismo orden de ideas, Rubén Darío expresa su actitud ante el paso del tiempo y el envejecimiento con unos conocidos versos

“Juventud divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

cuando quiero llorar, no lloro

y a veces lloro sin querer”.

                               (Canción de otoño en primavera)

Afirma Coelho (s.f.) que “con un tono general de añoranza, se refiere al tema de la pérdida de la juventud y el sentimiento de melancolía que produce.”; en otras palabras, en el poema se  traslucen la tristeza, nostalgia y apego a la Juventud como un bien preciado que no se desea perder. No obstante, también encontramos una nota esperanzadora cuando manifiesta:

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