El Gaucho Martín Fierro

El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo, escrito en verso por José Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco. En el primer canto se puede ver un gaucho muy creyente que se presenta como buen cantor y desafiante desde la primera estrofa:

Aquí me pongo á cantar 
Al compás de la vigüela, 
Que el hombre que lo desvela 
Una pena estrordinaria, 
Como la ave solitaria 
Con el cantar se consuela.

Otro de los aspectos a resaltar del primer canto es que el gaucho la viene peleando solo y desde muy abajo, como él lo explica con una metáfora en los versos 86 y 87:  

‘’  Nací como nace el peje 
En el fondo de la mar, ‘’

Y como dice la última estrofa de dicho canto el se considera un ‘’gaucho perseguido’’  que a pesar de ser buen padre y marido la gente lo tiene por bandido.

En el segundo canto el gaucho dice tener experiencia porque sufrió mucho en la vida y que nada enseña tanto como el sufrir y el llorar. Además sostiene que el pasado fue mejor que el momento que está viviendo.  Como se puede ver en los siguientes versos:

¡Ah! ¡tiempos!... era un orgullo                

ver ginetiar un paisano-…//

¡Ricuerdo!... ¡Qué maravilla! …//

pero hoy al presente... ¡barajo!        //        

Estaba el gaucho en su pago                

con toda siguridá:                

pero aura... ¡barbaridá!                 

la cosa anda tan fruncida

En este canto la figura de autoridad es el alcalde, de quienes los gauchos se escapaban ya que no podían defenderse, las autoridades lo mandan a la frontera o a algún batallón para que peleen, así es como empiezan las desgracias del Martin Fierro.

En el canto 9 Fierro cuenta que se la pasaba matreriando de día, pero siempre sobre el rancho estaba para vigilar que la policía no lo agarre, y de noche buscaba una guarida para que no lo atrapen. Podemos decir que el gaucho desertor se encontraba escapando constantemente de la policía, pero al menos tiene una única satisfacción que es la ser libre; puede estar en contacto directo con la naturaleza y se siente feliz por esto aunque se le llena el alma de pena por ser un gaucho desgraciado y no tener a quien dar su queja. Un día, se hallaba contemplando las estrellas y escucho ruido de caballos que se aproximaban. Era la policía que lo había venido a buscar por sus crímenes pero no iba a entregarse y tuvieron que luchar. En eso uno de los policías, llamado Cruz, al sentirse muy identificado con el gaucho, les dijo a los otros que no era justo que le den muerte así a un valiente y se pasó al lado del gaucho, en una especie de tributo que él paga a la valentía de ese hombre; sería, como él mismo lo dice, una cobardía no llevar a cabo esa acción.  Al ver esto, el resto de la policía escapo.

...