El roba cadáveres

EL ROBA CADÁVERES                                                                

Al relatar, de vez en cuando algunas experiencias curiosas y los recuerdos interesantes que asocio con mi compañero y amigo de trabajo Juan Sebastián. Me he topado con él después de resolver casos, que han sido en realidad un trabajo duro.

Quedé pues enormemente sorprendido al recibir una noticia la cuál decía que en el cementerio de la Parroquia San Plácido se roban los cadáveres.

Fue en tiempo invernal del año 2008, cuando llegó un correo dirigido a mí; con la curiosidad enorme de saber de qué se trataba, salí de mi casa a recibirlo. Me senté en mi sillón frente a la fogata y lo leí lentamente; este decía: Sr Jorge Heredia me dirijo a Ud. Para informarle  el terrible suceso que está empezando a alarmar a la gente de  San Plácido; para ser más breve los cadáveres están desapareciendo.

Me acerqué al lugar de los hechos y me di cuenta que habían muchas bóvedas abiertas y ataúdes fueras de ellas, y aparte vacías. Fue cuando decidí investigar este caso más a fondo, por casualidad pasaba por ahí el Dr. Juan Sebastián y le conté lo que estaba ocurriendo, luego de platicar nos fuimos a nuestras casas y decidimos volver a vernos en el cementerio. No pude dormir pensando en la noche de mañana. Llegó la noche siguiente y nos dirigimos al lugar esperado, al entrar sentimos un olor desagradable que parecía que era de azufre, de repente sucedió algo extraño vimos a una persona encapuchada de negro con un sombrero de copa; al sentir nuestra presencia este se marchó rápidamente. Luego de este incidente corrimos apresuradamente a ver qué era lo que hacía esta persona aquí a estas altas horas de la noche; a medida que corríamos visualizamos un cuerpo tirado en el suelo justo en frente de una bóveda, nos acercamos a investigar más, recogimos un pedazo de ladrillo dónde había unos datos y seguramente eran de esta personas; Sebastián trató de descifrarlo uniendo las piezas las cuales formaban el nombre de Karina Hidalgo con el año 2008.

De pronto escuchamos un llanto al cual pusimos mucha atención, mi compañero estaba algo nervioso porque nos había tocado investigar un caso como este. De repente una persona cruzó por nuestro lado a la cual decidimos seguir para hacerle unas preguntas; entonces el presintió nuestros pasos y se detuvo al caminar, nos acercamos y nos miró fijamente con una cara de tristeza por lo que supimos que él era el que lloraba. Sebastián y yo le preguntamos si conocía a Karina Hidalgo y él nos dijo: ella era mi sobrina a la que acabo de perder el día de ayer, - ¿cómo murió? – le dieron 8 disparos en su pecho y no sabemos el motivo por el cuál sucedió este acontecimiento. Luego de conversar con este Sr llamado Oswaldo nos dimos cuenta que no se trataba de la persona que se roba los cadáveres. Entonces Sebastián me dijo que fuéramos a casa y esperáramos que sucediera esta noche.

A las 24:30pm sonó el teléfono ¡rin rin! Yo no sabía qué hacer si contestar o no, ya que nunca nadie me llamaba tan tarde; pero  fui valiente y contesté ¡aló! Y me dijeron ¿Con el sr Heredia? Respondí sí el habla, era una voz gruesa y ronca que me decía: no investigues más este caso porque tus investigaciones van a ser inútiles; y colgaron. Toda la noche me quedé pensando quién podría ser el sujeto de esa llamada anónima, ¿por qué habrá dicho estas palabras? ¿Y cómo sabía que yo estaba investigando este suceso?

Fue el día siguiente cuando decidí llamar a Sebastián para contarle lo sucedido. Después de platicar quedamos en que nos encontraríamos en casa de Francisco, un viejo amigo.

Al llegar a esta él no se encontraba y la puerta estaba entre abierta por lo que entramos. Sebastián, se dio cuenta que en el techo se encontraba una imagen de un murciélago el cual en sus colmillos tenía pintado un color rojo similar al de la sangre, además se percibía un poco de olor a azufre y en un cuadro había una fotografía de francisco con capa negra y sombrero de copa igual que al malhechor del cementerio nos pusimos de acuerdo para recorrer la casa ya que este era otro sospechoso en nuestra lista.

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