Gertrudis Gómez de Avellaneda

Gómez de Avellaneda

[Novela]

López Carrillo Rosamara

Sab

Gertrudis Gómez de Avellaneda con su intuición femenina y alto nivel moral mezclado con el poder de un espíritu independiente la hacen capaz de penetrar las murallas de las creencias de su sociedad, así nos presenta a Sab, un hombre mulato que ha sido consignado a una vida de esclavitud y además se enamora de su compañera de juegos y la hija de la familia para la que trabaja. La publicación de Sab (Madrid 1841) creó una fuerte crítica a la esclavitud en un momento en que la institución aún no era cuestionada como tal, por lo que su publicación en Cuba fue prohibida por las autoridades pues se  consideraba una subversión de todos los valores sociales, morales y, en menor medida, económicos y políticos establecidos.

Contada por un narrador heterodiegetico, es decir que en ningún momento interviene en la obra, la novela está conformada por diecisiete capítulos incluyendo la conclusión y el epílogo, cada capítulo lleva al inicio una frase que ubica al lector en el tema del episodio. La historia es contada in media res, puesto que las relaciones entre los personajes ya están establecidas, y para conocer la información necesaria para entender la historia, Gomez hace uso de las analepsis. Dentro de la novela encontramos numerosas descripciones, enumeraciones, algunas epístolas y largos monólogos, recursos típicos de la novela romántica del siglo XIX.

El la figura de Sab dentro de la novela no puede ser vista solo como esclavo o totalmente masculina pues debemos recordar que se presenta como un ser totalmente apasionado y su motivación para sobrellevar la vida de esclavo proviene de la capacidad de amar sin condiciones. Gómez elige el camino más difícil para demostrar el drama del esclavo, el componente estrictamente espiritual que presenta como como un diálogo con Dios, aunque en realidad es el diálogo con la sociedad, Sab busca la naturaleza de la virtud, cuestionándose cómo es que sólo por el color de su piel se vea privado de aquella búsqueda, concluyendo que la sociedad esclavista era quien ponía los límites y no una fuerza superior de la naturaleza, y el valor independiente de cada uno se ve sometido a las condiciones artificiales que sirven a los intereses y a la vanidad de algunos. Los factores externos de la corrupción social y los factores internos de una pasión incumplida y atormentadora conducen a Sab a ser lo que es: diferente y prisionero de esta diferencia.

Es por lo que creo que el personaje de Sab es un hibrido que oscila entre lo femenino, puesto que de otra forma la autora no habría podido criticar el sistema de colonización en cuba, y el personaje encarna muchas de las características femeninas típicas de la época como lo son la virtud, la pasión y amor, algo que también encontramos en Carlota, al contrario de Teresa a quien muestra con características masculinas, sobretodo en la carta con la que cierra el texto donde escribe “¿Cuál es pues, la diferencia moral que existe entre vuestra organización y la mía? Yo os lo diré, os diré lo que pienso. Es que en mi hay una inmersa facultad de amar: es que vos tenéis el valor de la resistencia y yo la energía de la actividad: es que vos os sostiene la razón y a mí me devora el sentimiento. Vuestro corazón es el más puro oro el mío es fuego” (Avellaneda 141).

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