Guion de cuento de terror
Enviado por Alejandro Hdz • 12 de Noviembre de 2015 • Apuntes • 2.141 Palabras (9 Páginas) • 619 Visitas
Diálogo para el evento
(En un funeral, en una casa que parece de madera con estilo antiguo. Algunas personas parecen confundidas. Otras, en grupo, ven al ataúd con melancolía. El ataúd debe estar cerrado y junto a él la muerta vestida de blanco, de pie. Un hombre entre los dolientes trae una cámara colgada y toma fotos. El padre está junto al ataúd sin decir nada, está rezando)
Escena I
(La muerta comienza a hablar)
(Dani) MUERTA: Este funeral no es más triste que mi luna de miel. Cuando me casé yo era bastante linda e inocente. Mi marido era muy frío y apartado. No le gustaba que yo hiciera las niñerías que se hacen en una luna de miel, pero yo le quería mucho. No sé si él me quería, yo creo que no. Me la pasaba acostada en mi cama viendo las horas irse junto al viento. Nos casamos en abril, lo recuerdo. Nuestra casa era grande, como un palacio, pero yo no era la típica reina feliz. Adelgacé bastante. Al principio creí que era por la influenza que me dio en una temporada, pero no era eso. Casi nunca me levantaba de la cama. Día a día me sentía peor (mira al ataúd y sonríe) yo creí que él era mi alma gemela. Yo cambié por él. Él médico un día le dijo que ya no había cura, que sólo quedaba esperar, y eso hizo. Se quejó y no hizo más que esperar. La cabeza me dolía hasta que un día, cuando yo ya no estaba, él y la sirvienta vieron manchas de sangre en la almohada. La partieron a la mitad para ver una cosa asquerosa ahí, con tentáculos que chupó mi sangre y entrañas. Ahora heme aquí, muerta en el féretro ese.
(Se apagan las luces y la muerta entra al cajón o sale de escena)
(Vadillo) JORDÁN (ESPOSO DE LA MUERTA): Así fue como se murió, un peso menos para mí.
(Paty) AMIGA: ¿Por qué te casaste con ella si no la querías?
(Vadillo) JORDÁN: Cuando la conocí era otra cosa. Era alguien interesante y profunda.
(Paty) AMIGA: Era toda una santa.
(Vadillo) JORDÁN: No lo era del todo. Me lo contó cuando la conocí. Era un día lluvioso y ella estaba perdida en una carretera. Ahí comenzó a contarme su historia. Soy malo de corazón, tú lo sabes, te tengo una confianza muy grande como para contarte hasta lo que el viento no sabe. Yo tengo una atracción hacia lo frío y ella era así. Cuando niña, le arrancaba las piernas a las muñecas, nadie se preocupaba por ello. Lo hicieron cuando golpeó a su madre con un tazón, ahí la llevaron con un psiquiatra por primera vez. La segunda vez fue cuando metió un gato al horno ¡qué gracioso! (ríe). Luego entró al kínder, ahí no hacía más que patear a sus compañeros y por esos motivos tan simples la llevaron al psiquiatra por tercera vez. La cuarta fue cuando cortó la trenza de una niña. Su madre la cambió de kínder. Más tarde, cuando destripó a un perro la ataron a una silla como si fuera un mono de pruebas. Después, cuando llegó la edad de primaria no muchos directores la querían aceptar ¡cobardes! Cuando por fin la aceptaron, ella trató de ahogar a una niña en el baño. También empujó a otra por las escaleras. Aquí empieza lo bueno, ella desapareció el suéter de su compañero, y más tarde, desapareció a su compañero. La policía intentó buscarla pero mi difunta mujer se escapó a un motel con su madre. Incendió el motel y también a su madre. Luego se fue de la escena mientras la lluvia ayuda a los bomberos con las llamas, ahí fue cuando la conocí. Una mujer excepcional.
(Paty) AMIGA: ¡Ah! (en tono de confusión)
Escena II
(El sujeto de la cámara está tomando fotos al azar de las personas. Un sujeto reconoce la cámara y huye de ella cada que se le acerca)
(Fátima) SUJETA: ¿No te gustan las fotografías?
(Mauricio) MATTHEW: No. Mucho menos si es con esa cámara
(Fátima) SUJETA: ¿Qué tiene de especial esa cámara?
(Mauricio) MATTHEW: Hace mucho fue mía, y no tienes ni idea de cuánto me arrepentí por ello.
(Fátima) SUJETA: ¿Tomaba malas fotos?
(Mauricio) MATTHEW: ¡Oh, no! eran bastante buenas. La cámara era la mala (El sujeto de la cámara sigue tomando fotos) Hace mucho, cuando era un adolescente, fui a los bajos barrios para comprarle un regalo a mi padre por su cumpleaños. Había muchas cosas baratas pero muy malas.
(Fátima) SUJETA: ¿Ahí encontraste la cámara?
(Mauricio) MATTHEW: Sí, pero no. Un carro llegó a vender cosas que parecían nuevas. Era un carro muy lujoso y con una persona muy extraña dentro. El conductor se bajó y abrió la cajuela. Fue como arrojarle pan a las palomas, pues cuando la gente vio más artículos fueron hacía ellos, tocando y manoseando. Ahí vi la cámara, y como todo estaba relativamente barato decide comprarla. Mi padre quería una, así que sería el mejor regalo.
(Fátima) SUJETA: Con razón era mala, por barata.
(Mauricio) MATTHEW: No, no era por eso. Recuerdo que le tomé una foto a un espejo gigante para probarla, y como vi que funcionaba no dije más, pagué y me la llevé. Mientras caminaba a la salida escuché al espejo romperse, y a dos tipos pelear; uno acusaba al otro por haberlo roto.
(Fátima) SUJETA: Que interesante, una cámara que rompe espejos (dice con sarcasmo cuando Matthew le da un codazo)
(Mauricio) MATTHEW: shh, estamos en un funeral, ten respeto. La cámara no rompe espejos, nada de eso. Cuando se la regalé a mi padre, lo primero que hizo fue tomarle fotos al árbol que había plantado mi madre y al perro. Mi hermano quería tomarse una foto, pero como no tenía flash, no pudo.
(Francisco) FOTÓGRAFO: ¿Les molestaría una foto?
(Mauricio) MATTHEW: Sí (dice molesto) ¿Qué hace un fotógrafo en un funeral? Esta no es una boda ni un bautizo para que saques fotos a todo.
(El fotógrafo se va indignado)
(Fátima) SUJETA: Oye, tranquilo.
(Mauricio) MATTHEW: No, no lo entiendes. Después de que mi padre tomara aquellas fotos del árbol y del perro ambos murieron: el árbol se marchitó por la noche, y el perro murió por la mañana.
(Fátima) SUJETA: Tal vez la tierra no era tan fértil, y quizá el perro ya era viejo.
(Mauricio) MATTHEW: Te creo lo de la tierra, pero el perro no era tan viejo. Mi familia también se tomó una foto.
(Fátima) SUJETA: ¿Y?
(Mauricio) MATTHEW: La cámara asesina de la forma más cruel a quien se le fotografíe. A mi padre lo atravesó el cráneo una vara de metal. Entró por el ojo, justo por la córnea y mientras seguía su recorrido se desvió hacia un lado, brotándole por el hueso parietal (señala el hueso parietal) Mi madre iba en un carro y no vio a mi hermano cruzar la calle. Sobra decir que los restos de él se atoraron en una llanta, haciendo que el auto girara bruscamente para luego volcarse. Ella murió calcinada porque los bomberos no llegaron a tiempo, estaban ocupados en el incendio de un motel. Sólo me quedaron fotografías para recordarlos. Yo me deshice de esa cámara para que nadie sufriera otra vez.
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