Gustavina
Enviado por Lourdes Garcia • 16 de Junio de 2016 • Biografía • 1.155 Palabras (5 Páginas) • 240 Visitas
Los años pasaron más rápido de lo esperado, y gracias a esto, Gustavina aprovechó al máximo lo poco que le quedaba antes de asumir una gran responsabilidad como lo es la universidad, que seguramente iba a ocupar la mayoría de su tiempo. Pasó mucho tiempo con su amigo de la infancia, Gabriel, ayudó a su madre en lo que pudo, se divirtió en la playa, lugar favorito de la castaña. Gustavina y sus amigas frecuentaban mucho la pizzería Tony’s, donde últimamente no podía sacar los ojos de una persona en especial, quien dejó su abrigo en la mesa y Gustavina se tomó el atrevimiento de entregárselo.
Ahora, es lunes por la mañana y Gustavina se encuentra en la puertas de la UCAB, academia de artes musicales y escénicas que permite sólo la entrada de sus alumnos con una determinada selección de prodigios que van desde pequeños jóvenes con talento a grandes escritores, escultores, músicos, actores, bailarines, entre otras ramas del arte contemporáneo y clásico.
Grandes puertas de madera tan pulida que podía ver su reflejo en ellas, muy sofisticado y lujoso, algo que lleva a Gustavina recordar cómo llego hasta aquí.
Gustavina canta desde que tenía memoria, cantaba para su padre, quien amaba escucharla. En su décimo cumpleaños, Roberto decidió regalarle una guitarra, con la que enseñó a la castaña todo lo que él sabía. Luego de aprender, Gustavina tocaba y cantaba cada año, en navidad u otra festividad, para su padre, madre y hermana, sólo ellos, era demasiado tímida como para hacerlo frente a otras personas. Pero esa timidez tuvo que ser vencida tres años después de su cumpleaños número diez, porque uno de los deseos de su padre era que Gustavina cantara en su funeral, fuese dentro de cinco o cuarenta años. Al parecer, su padre la apoyó hasta luego de morir, aunque era obvio que él no planeó eso, la esposa de uno de los fallecidos en el accidente donde murió su padre es la directora de la universidad en la que se encuentra en este mismo instante, quien quedó tan impresionada con la voz de aquella niña, que becó a la pequeña de trece años.
Los pasillos de la UCAB eran largos, tenía paredes con diseños abstractos pintados en ellas, cuadros con algunos íconos del arte e instrumentos que a simple vista, se puede notar la historia y el valor de estos. Habían distintos tipos de personas, iban desde jóvenes en traje y vestido, con un violín, pincel o guion en la mano, a chicos y chicas tatuados en diferentes partes del cuerpo, ropa totalmente informal y aspecto rebelde con exactamente lo mismo. Gustavina llevaba un pantalón negro, una camisa azul y el cabello suelto, también su guitarra, llena de rasguños y abolladuras debido al tiempo.
Caminó hacia los dormitorios, el campus estaba dividido en dos sectores y cuatro edificios, dos para cada sector, estaba el Sector A que era para los chicas y el B para chicos. Una vez en el edificio A2, en el que vivían los tres primeros años en la institución, se dirigió al dormitorio asignado por la directiva.
Una vez en frente de la puerta de su hogar dentro de los próximos cinco años, o tres, tomando en cuenta que sólo estará ahí hasta terminar sus tres primeros años, para luego ser transferida al edificio A1. Antes de girar la manija, escuchó un ruido proveniente de la misma. Se apresuró en abrir la puerta pero se encontraba cerrada con llave, tocó por un momento y pudo oír pasos acercándose.
La manija se movió, claramente avisando que la persona que estaba dentro iba a abrir la puerta. La madera trabajada de color blanco que impedía la vista de la castaña hacia su habitación, fue abriendo lentamente haciendo visible la figura de una fémina. Para cuando se abrió totalmente, fue difícil para la chica de ojos marrones mantener la cordura.
-¿trajiste la pizza? - Gabriela se encontraba de espaldas sacando cosas de su maleta y colocándola en sus cajones. - ¿sabes a que me recuerda esto? - Dijo mientras sacaba el abrigo que Camila le había devuelto aquella noche. - A la chica que me lo devolvió la semana pasada, ¿sabes? La de los crocs. - y sí, Gustavina amaba los crocs.
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