LA LLORONA DE TUMBES
Enviado por Florentina De La Cruz • 8 de Julio de 2019 • Tarea • 1.042 Palabras (5 Páginas) • 1.101 Visitas
LA LLORONA DE TUMBES
Por: Florentina De la Cruz Sánchez
Eran las 3 a.m. de un día viernes, cuando repentinamente Juana, una acomodada comerciante de la ciudad de Tumbes, despertó sobresaltada al escuchar unos ruidos extraños que provenían de la calle. Parecían voces de niños que hablaban entre sí, en un ambiente tenebroso matizado de gritos y breves frases que parecían quejidos lastimeros. No se les entendía mucho, pero en lo poco que pudo captar creyó entender que pronunciaban tres nombres: Yasumi, Yakumi y Yair. Parecía también que estaban chancando con una piedra algunas chapas metálicas y además, que estaban rayando el piso con algo que producía un chirrido muy desagradable que al escucharlo se le destemplaban los nervios.
Llena de preocupación, por el extraño acontecimiento, fue presurosa a despertar a su hijo, que dormía plácidamente luego de un arduo día de trabajo. Diego, que así se llamaba el joven, se levantó de muy mal humor, pero al instante quedó paralizado de miedo al escuchar esos ruidos extraños que venían de afuera ¿Qué harán esos niños jugando a estas horas de la noche? No se hijo, quizá son los nietos de mi amiga Alejandra que acostumbran jugar con otros niños de la cuadra, pero por la hora, no creo que puedan ser niños de la vecindad.
Lo extraño era que, cada vez que pasaba un carro, todo se volvía silencioso creándose un ambiente aún más siniestro, por lo que, vencida por la curiosidad, Juana trató de mirar a través de la ventana, pero Diego, alarmado, la contuvo diciendo: Mamá, por favor, puede ser peligroso, parece que es algo maligno, porque esto no es normal, no es posible que niños estén en la calle a esta hora haciendo esos ruidos tan extraños, recuerda que me contabas que cuando niña, tus padres te relataban muchas historias demoníacas que ocurrían a las 3 de la mañana, por eso en tu pueblo esta hora era conocida como el 'Tiempo muerto' o 'La hora del diablo'.
Pasaban los minutos y el barullo continuaba, por lo que Juana, vencida por la curiosidad y sin hacer caso a las súplicas de su hijo, observó por la ventana, pero al instante quedó petrificada, pues vio que en la calle danzaban unos seres pequeños de color oscuro, que parecían flotar en el aire. En un momento determinado uno de ellos volteó la mirada y le sonrió; ella con terror pudo notar que ese ser maligno tenía unos grandes ojos rojizos, llenos de maldad y su sonrisa diabólica se sentía muy amenazadora. No lo pudo soportar, inmediatamente sintió que se le enfrió el cuerpo, empezó a botar espuma por la boca y cayó al suelo retorciéndose y dando alaridos. Horrorizado Diego, cogió un crucifijo y corrió desesperado en auxilio de su madre, la cual al momento de sentir la cruz sobre su cuerpo reaccionó saliendo de ese trance demoníaco y rompiendo a llorar histéricamente.
Pasado ese difícil episodio ambos quedaron temblorosos en la habitación, llenos de angustia y temor, por lo que Diego propuso rezar en voz alta. Iniciadas las oraciones, como por arte de magia, los ruidos cesaron reinando el silencio y la calma. Así continuaron en oración hasta aproximadamente las seis de la mañana, hora en que llegó su hija, que era enfermera y había hecho el turno nocturno en el hospital de la localidad. Yuliana, que así se llamaba la hija, al verlos con el rostro desencajado, les preguntó preocupada sobre lo que había pasado, recibiendo como respuesta el relato de los macabros momentos que habían vivido unas horas antes.
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