La llanta, un componente fundamental de la rueda
Enviado por antonio mesa • 25 de Mayo de 2016 • Apuntes • 3.791 Palabras (16 Páginas) • 297 Visitas
Antes de la próxima evaluación, me gustaría comentar un poco algunos puntos que deberían preocuparnos y sobre todo, hacernos reflexionar.
No pretendo cuestionar el trabajo de nadie (entre otras cosas porque el mio tampoco es perfecto) sino en todo caso, ayudar a tomar conciencia de determinadas cuestiones.
Lo primero que me preocupa es que una vez más, se repita el alto índice de suspensos en determinadas asignaturas. Efectivamente, está dentro de lo muy posible que nuestros alumnos no estén a la altura del trabajo que les pedimos y que merezcan dichos suspensos, pero ¿me he cuestionado y evaluado yo mismo como profesor? ¿Me he atrevido en algún momento a escuchar lo que piensan mis alumnos sobre mi trabajo o incluso, a pasarles una encuesta anónima para que puedan hacerlo? ¿Siempre son los chicos los que no trabajan? ¿Y si fuera yo, profesor, quien no supiera provocar el interés por lo que enseño, quien no supiera explicar, quien no supiera escuchar, quien no supiera callar y dejar participar, quien no supiera evaluar? La respuesta más simplista se encuentra en culpar de falta de interés y de trabajo a los niños pero ¿porqué no plantearnos también que NO hemos sido capaces de despertar su interés? ¿Porqué no reflexionamos también sobre el mensaje que estamos transmitiendo cuando suspendemos a un gran porcentaje de la clase o cuando lo hacemos con algún alumno que estaba rozando el aprobado?
Cuando un número considerable de incluso buenos alumnos suspenden sistemáticamente algunas asignaturas, ¿no estamos haciendo pensar a los chicos que sólo la aprobarán las mentes privilegiadas y que hagan lo que hagan van a seguir suspendiendo? Esta interpretación explicaría el hecho de que en septiembre y en determinadas materias con alto índice de suspensos, no se presentaran muchos y que aquellos que lo hicieron tan sólo anotaron su nombre antes de irse.
Por otra parte, a esos alumnos que nos cuestionan más que los otros, que dan más lata pero que, en un momento determinado, se esfuerzan y estudian un poco, ¿es pedagógico suspenderlos en la primera evaluación si ha rozado el aprobado? ¿No se incrementará aún más su rabia ante lo que considerará una injusticia, no abandonará definitivamente la asignatura y comenzará a desarrollar actitudes más disruptivas, puesto que serán la única forma que tendrá de demostrar su enfado? ¿No lo estaremos condenando a un fracaso escolar con todo lo que ello conlleva?
No perdamos de vista que una de las características de la adolescencia es el cuestionamiento de todo y que un adolescente no respetará nunca a nadie que no sepa ganarse su respeto con un comportamiento justo, coherente y responsable, independientemente de que el adulto sea su padre, madre o profesor. Y sólo desde ese respeto, el adolescente podrá admitir y aceptar los errores de los demás y aprender a hacerse responsable de los suyos.
Me preocupa también el tono y los comentarios a veces expresados por algunos de nosotros al hablar de ciertos de nuestros alumnos, porque parecemos olvidar que, ante todo, son PERSONAS que, como tales, merecen respeto, que detrás hay una familia intentando hacerlo lo mejor posible y que por ello, también merecen respeto. Cuando desde la altivez de nuestro papel de profesor, desde la ignorancia de la realidad en la que la vida de ese niño o de su familia se desarrolla, desde la incomprensión de lo que pasa por la cabeza de un adolescente, hacemos determinados comentarios ¿no estamos demostrando nuestra falta de empatía y nuestra incapacidad para esta profesión? ¡Cuánto daño podemos hacer los maestros!
Nuestro role es fundamental en cualquier sociedad. La influencia de un buen maestro creará personas sanas, que podrán afrontar la vida con serenidad y sin complejos pero de la influencia de un mal maestro saldrán personas resentidas, inseguras, frágiles, conflictivas y fácilmente manipulables. No perdamos de vista nunca que son esos alumnos a los que hemos contribuido a modelar quienes, en un futuro próximo, tomarán las riendas de la sociedad, de nuestro país y de nuestro planeta.
Por otra parte, no olvidemos que los adultos somos nosotros, que los alumnos son sólo adultos en potencia a los que hay que ayudar a convertir en buenas personas, mostrarle el camino correcto y no vomitarles sólo contenidos que por otra parte se encuentran en cualquier libro u ordenador.
Últimamente se ha hablado con frecuencia de una realidad de nuestro centro: la pérdida de alumnos que solicitan continuar con sus estudios en otros institutos; esa realidad es especialmente palpable este año en bachillerato, pero cada vez hay también más niños de la ESO que, una vez terminada su etapa en la escuela, eligen otros centros. Las respuestas que se suelen dar a este hecho es que también hay otros chicos que llegan al Moñino de otros centros y que es una cuestión de modas, pero ¿sólo es una cuestión de moda? La respuesta me parece demasiado simple.
La llanta, un componente fundamental de la rueda (I)
30 marzo, 2014 6 Comentarios[pic 1] Escrito por Fco. Leandro Arias
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Si preguntamos a cualquier persona qué es una llanta, la mayoría sabrían decirnos cuál es el componente físico en cuestión, pero… ¿Conocemos qué solicitaciones recibe una llanta? ¿Qué materiales se utilizan en este componente? ¿Cuáles son las técnicas de fabricación empleadas? Este primer artículo intentará arrojar luz a algunas de dichas cuestiones, y más…
La llanta se puede definir como una pieza generalmente mecánica en la que se asienta un neumático, la cual forma parte de la rueda. Cumple con diversas funciones, básicamente tres: Función mecánica, función estética y cualidades de diseño con el objetivo de una buena ventilación del sistema de frenado del vehículo. Por tanto, se puede decir que la rueda está formada por un conjunto llanta – neumático.
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Fuente: 16valvulas.com.ar
La llanta, como todo componente en condiciones de trabajo, está expuesta a diferentes solicitaciones que afectarán más o menos según la tipología de vehículo en la que nos encontremos. Básicamente son solicitaciones térmicas, solicitaciones mecánicas y solicitaciones medioambientales:
- Las solicitaciones térmicas a nivel de componente no son elevadas, generalmente inferior a 100 ° C, ya que una llanta no genera trabajo mecánico. Sí que requiere una buena conductividad térmica debido al calor generado por el sistema de frenado del vehículo, disipándose éste mediante convección forzada.
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Fuente: 4.bp.blogspot.com
- Las solicitaciones mecánicas vienen definidas por los esfuerzos de torsión a los cuales la llanta está sometida cuando se encuentra en movimiento debido al par transmitido por el palier y por los esfuerzos de tracción – compresión debidos al peso del propio vehículo.
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Fuente: monografias.com/trabajos11/llantmag
- Las solicitaciones medioambientales, producidas principalmente por las inclemencias meteorológicas y la humedad, provocan oxidación natural y pérdida de brillo. Para evitar estas consecuencias se realizan tratamientos superficiales en las llantas.
Para hablar acerca de los diferentes tipos de materiales de aleación para la fabricación de llantas, conviene destacar que no es lo mismo fabricar una llanta para un utilitario, un todoterreno, un deportivo, un camión o un automóvil de competición. Cada uso exige una resistencia y características que hacen recomendable la utilización de un material y un proceso de fabricación específico. Así pues, básicamente se puede hablar de materiales de aleación para la fabricación de llantas basados en aleación de acero, en aluminio y en magnesio, siendo el más común el aluminio. El presente artículo se centrará únicamente en las llantas de aleación de acero y aluminio, por ser las más comunes; las llantas de magnesio se detallarán en un segundo artículo.
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