La trascendencia de lo antagónico

LA TRASCENDENCIA DE LO ANTAGÓNICO

KRISTLE MICHELLE ALVAREZ DELGADO

Lengua Castellana

GISELA AFANADOR

Profesora

INSTITUTO CALDAS

BUCARAMANGA

2016

LA TRASCENDENCIA DE LO ANTAGÓNICO

KRISTLE MICHELLE ALVAREZ DELGADO

INSTITUTO CALDAS

LENGUA CASTELLANA

BUCARAMANGA

08/06/2016

CONTENIDO

Introducción                                                                                      Pág 4

Cadena argumental                                                                          Pág 5

Conclusión                                                                                        Pág 6

Bibliografía                                                                                       Pág 6

Webliografía                                                                                     Pág 6

La trascendencia de lo antagónico

“Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y saldrás triunfador en mil batallas”

-Sun Tzu

Desde tiempos antiguos, remontando desde la Literatura Clásica hasta el Renacimiento, el pensamiento de los hombres estaba siendo marcado por diferentes características, que se reflejan en los escritos, como en el aspecto religioso, sentimental, trágico, etc…Por otro lado, los relatos literarios han llevado al héroe a realizar acciones como atravesar mares, tierras desconocidas e incluso recibir ayuda por parte de terceros para así poder llegar donde lo arrastra la intensa pasión del regreso. Aunque durante la historia el hilo lleva el protagonista, existe un personaje que pone en marcha una prueba para que éste la resuelva, y gracias a esto se desenvuelva la trama.

Así pues, el importante rol que desempeñan los personajes secundarios en el trascurso de una historia incide en la trascendencia del protagonista. Lo anterior se puede evidenciar en la trágico-romántica novela renacentista de los dos amantes más desafortunados, creada por el escritor del más famoso monólogo “ser o no ser” William Shakespeare, “Romeo y Julieta”. La novela empieza por una disputa o confrontación entre las familias Montesco y Capuleto que lleva ya varios años; seguidamente es el encuentro en la fiesta de máscaras la cual se da en la casa de los Capuleto donde Romeo se presenta en ella a pesar que se le fue claramente dicho que no debía asistir, dado que los Capuleto no permitirían o no les era de su agrado la presencia de uno de sus enemigos en el hogar. Romeo y Julieta cegados por su primer encuentro no se percataron de los ojos que los acechaban, los del primo de Julieta, Teobaldo.

Teobaldo juega un papel determinante en la relación de los amantes y es que, una vez lo vio cerca de Julieta en la casa de los Capuleto, su cólera se avivó y deseaba desenfrenadamente la muerte del Montesco. “La obligada paciencia se encuentra con ira y en tal encuentro tiembla mi carne acometida; he de partir, pero la intrusión que hoy se ve dulce, va a ser, un día, la más amarga hiel.”^[1]

Posteriormente, la ira de Teobaldo llega al extremo cuando éste decide arremeter contra Romeo hiriendo a su primo Mercucio, lo que genera en Romeo la sed de venganza y finalmente la muerte del asesino de su primo. Cabe añadir que las consecuencias de aquel mortífero acto afectó la relación de los amantes, pues estos recientemente habían contraído matrimonio y Romeo acabó siendo desterrado, aunque eso le salvó de la pena de muerte que se le iba a impartir por haber dado muerte a Teobaldo. Además se añade el hecho que Romeo hubiera seguido tranquilo, de no haber sido por Tiobaldo y su deseo de satisfacer su inconformidad.

En oposición a la novela anterior, la novela medieval “Tristán e Isolda” en la cual el personaje es el que decide irse del lado de su amor, es decir, en el momento en que Tristán quiere devolver a Isolda, la Rubia, a las manos del rey Marco por el hecho de que ella estaba bien allí y él la tenía en un estado deplorable, entonces proceda a escribirle una carta en la cual le comentaba que él se iba y le entregaba a Isolda o si lo deseaba se quedaría. Sin embargo, el rey Marco accede a la primera opción y los amantes quedan separados de cuerpo, más no de alma pues como dice Juan Gelman “La tarea más laboriosa de los amantes no consiste en hacer el amor, sino en deshacerlo”^[2] pues los amantes a pesar de todo aquello no dejan que aquella pasión se enfríe, pero con esto que tenían los amantes logra despertar las sospechas de los barones de la corte del rey Marco, quienes en realidad llevan a los personajes a someterse en distintas situaciones.

...