Las risas de María
Enviado por Lopez Ro • 19 de Mayo de 2017 • Tarea • 1.848 Palabras (8 Páginas) • 206 Visitas
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Las risas de María podían escucharse a una cuadra de distancia, es que estar con sus amigas era la mejor parte de su día, no podía concebirse a sí misma sin ellas, hacían que su vida fuera un viaje divertido y colorido. Es que el pueblo pequeño y olvidado del mundo en el que vivían estaba mandado a hacer para morir de hastió.
El sueño de María había sido desde que tenía uso de razón terminar la escuela para poder salir de Caña Blanca, su pueblo. Entonces podría explorar y vivir todas esas cosas que en su pueblo nunca había podido ni podría.
Un día como cualquier otro María llego a casa después de la escuela, se duchó, hizo sus deberes y bajo a cenar. Ya estaba su papá sentado en la mesa zampándose un plato de guiso mientras su mamá ponía otro, que tomó María sentándose también. Estaban los tres sentados cuando terminando de comer su papá anunció que había aceptado el puesto de auditor en la empresa donde trabajaba, pero no allí sino en la sucursal principal en Ciudad Lagos, por lo que se mudarían allá. En un lapso de una semana debían estar instalados en la ciudad, la empresa había estipulado que el papá de María debía estar allí para entonces.
Por la reacción de su mamá María supo que ya lo sabía y se había resignado a seguir a su esposo en su decisión, pero para ella la noticia era la más jubilosa que había recibido en su vida. Finalmente podría vivir todo lo que la ciudad ofrecía, entre tanta gente, tendría muchos amigos, iría a fiestas, pasaría el rato en centros comerciales, compraría ropa bonita, iría al cine y a todos los lugares que veía en la televisión, no más tardes tediosas, ni más fines de semana aburridos, su vida estaba a punto de dar el vuelco que había estado esperando.
Claro que una parte de ella sentía pesar de dejar a sus familiares y amigos e irse sin más del lugar donde había crecido, así como cierta incertidumbre por empezar de cero en otro totalmente desconocido, pero más era la expectación que sentía y no era como si fueran a olvidarse, para eso existían los teléfonos y el internet, además ella siempre podría visitarles así como recibirlos en su nuevo hogar.
Ciudad Lagos se encontraba a unas cinco horas de Caña blanca. Durante el viaje por mucho no se vio más que kilómetros de carretera rodeada arbustos. Después de unas horas, aparecieron locales distanciados y señales, que poco a poco fueron aumentando, hasta que entraron en una intersección muy transitada y donde quiera que se mirara había personas, autos, edificios y mucho ruido, habían llegado.
María se encontraba deslumbrada por todo lo que veía, el movimiento, las personas, los lugares, no sintió menos ante la visión del nuevo vecindario, amplias calles, abundantes aéreas verdes, casas de varios niveles, una escuela y hasta un automercado. Su ubicación era relativamente buena y emanaba una cierta tranquilidad. No podía esperar a instalarse allí y verse caminando por esas calles.
Era viernes y fue uno de los fines de semana más ajetreados de su vida, acomodarse en la nueva casa, ordenar todo y alistarse para su nueva vida fue más agotador de lo que pensaba pero había valido la pena.
Y fue lunes, la familia despertó y mientras todos se preparaban para iniciar el día María se encontraba emocionada y a la vez nerviosa por lo que le esperaría.
Su nueva escuela era un edificio rodeado de aéreas verdes, estaba atestado de jóvenes que hacían mucho alboroto por lo que María se sintió un poco intimidada y extraña pero avanzo hacia allí dispuesta a ser parte del lugar.
Por ser su primer día debía reportarse en la dirección para que le informaran sobre su horario y los programas de la escuela. María sintiéndose desubicada, decidió preguntar por donde debía ir, pero aquellos a quienes intentaba abordar no le presentaron atención, eso la desalentó, más no podía quedarse allí así que siguió intentándolo cada vez más tímida hasta que un grupo de chicas que no parecían tan enrolladas le hicieron caso. Recobrando su valor pregunto lo que necesitaba saber y ellas amablemente le indicaron, también le preguntaron si era nueva, al responder que si se presentaron y le preguntaron de donde venia, María hablo un poco y cuando se instalo el silencio incomodo haciéndole sentir como una intrusa, se excuso y fue a la dirección, maldiciendo haber arruinado su primera oportunidad de hacer amigas, pero ya habría más ocasiones.
Solo que los demás no parecían estar tan abiertos como ella a recibirla, luego de su visita a la dirección y de que le dieran la bienvenida junto a su horario, fue a su primera clase, allí se presento, fue recibida por la profesora e invito a sus compañeros a que hicieran lo mismo, sin embargo estos la miraron como si fuera insignificante. Ignorando el sentimiento tomo asiento y presto atención a la clase.
La hora del almuerzo no fue mejor, el gran comedor donde lo servían estaba atestado de chicos haciendo fila, otros equilibrando sus bandejas con comida mientras caminaban a sus mesas donde ya había chicos sentados que comían y hablaban a todo volumen, el panorama era abrumador, sin embargo María se encamino a la fila, tomo una bandeja y espero su comida. Cuando le sirvieron se veía bien y olía bien también aunque después ya no tanto cuando al darse la vuelta tropezó con un chico y repartió su bandeja entre su camisa y el piso, este se altero y le grito, solo que ella realmente no podía oírlo porque se encontraba abrumada por la situación, murmurando una disculpa dejo su bandeja y huyo al pasillo.
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