Lily, el pequeño duende del callejon de las hormigas

Lily, el pequeño duende del Callejón de las Hormigas

Sintesis.

El cuento nos relata la historia de Rodrigo, un niño muy curioso que se encuentra de vacaciones en casa de su tía Violeta.

El Señor Pedro Maizani le propone ir a un campo, en el callejón de las Hormigas. Los dos se van a caballo, el señor Pedro le comienza a narrarle la historia del duende Lily.

Cuenta la aparición de este duende debajo de un ciruelo, cerca de esos campos, danzando vestida de blanco, con ojos celestes y cara de muñeca de porcelana. También explica que la presencia de este duende se ve respaldada por la anécdota de Don Anselmo, quien fue el que vió a Lily por primera vez.

El niño se ve cautivado por esta historia, pues Don Alsemo explica que solo aparece delante de las personas de corazón puro. La curiosidad de Ricardo es tan grande que comienza a investigar más acerca de Lily, busca su fecha de nacimiento, pero esto no es suficiente para él, le pregunta a su tía Violeta.

Ella le cuenta con todos los detalles que Lily era una niña de descendencia española que había llegado cuando llegaron los españoles, la pequeña había quedado maravillada por el paisaje, así que cuando tuvo que regresar se encontró muy triste. Por eso su espíritu se manifestaba siendo una niña, porque nunca quiso irse.

Lily, el pequeño duende del Callejón de las Hormigas

Resumen

Todos los veranos, mi madre me llevaba en tren a pasar las vacaciones a la vieja casa de la tía Violeta, al interior de San Felipe. Apenas descendíamos de la victoria, la tía Violeta salía a recibirnos.

Al día siguiente, Pedro Maizani llegó de visita a almorzar.

—Rodolfo, esta tarde tengo que ir a ver un campo al Callejón de las Hormigas. ¿Quieres venir conmigo?

Miré como pidiendo permiso con la mirada a mi tía Violeta, que, a su vez, miró con aire nervioso a Pedro Maizani.

—No… Al Callejón de las Hormigas, no.

—¿Por qué no, tía Violeta? Sé montar perfectamente.

—Está bien. Pero regresen temprano. Los estaré esperando con mate con leche de cabra.

—Este es el Callejón de las Hormigas —dijo Pedro Maizani cuando empezamos a abrirnos paso entre las montañas sembradas de cactus y piedras filudas. —Dicen que por aquí hay aparecidos. Cuentan incluso que en las noches de luna llena se aparece siempre una niña vestida de blanco, de ojos celestes y con cara de muñeca de porcelana. Dicen que se llama Lily.

—El viejo Anselmo, el de la Quebrada de las Cabras, fue el primero que la vio. Fue hace años, cuando era arriero. Cuenta que iba bajando a caballo, cuando vio una lucecita que bailaba bajo un ciruelo. Parecía una luciérnaga, pero de luz mucho más viva. Amarró el caballo y fue a ver, escondiéndose entre los matorrales. Lo que vio, lo dejó asombrado. Era una niñita hermosa, con ropaje antiguo y bucles dorados, que bailaba en puntas de pie, sin tocar el suelo, a la luz de la luna.

—Don Anselmo —le dije cuando volvieron de los viñedos—, Pedro Maizani me contó que usted había visto una vez al duende Lily. ¿Es cierto?

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