Noticia de un secuestro – Gabriel García Márquez

Noticia de un secuestro – Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez. (6 de marzo de 1927, Aracataca, Colombia - 17 de abril de 2014, México D.F.). Escritor y periodista colombiano. Nace y pasa sus primeros años en una zona caribeña del norte de Colombia, que le marca especialmente por su contraste con Bogotá y otras zonas del país en las que vive más tarde.

El libro se desarrolla durante los años 90, cuando Maruja Pachón la gerente de FOCINE y esposa del congresista Alberto Villamizar es secuestrada en nombre de los extraditables en 1991. En estos años la guerra entre los funcionarios y el narcotráfico se hace más aguda que nunca, el gobierno colombiano sufre una serie de atentados contra distintos políticos y periodistas, uno de los más importantes es el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán además del atentado al avión en el que se creía viajaría el candidato a la presidencia Cesar Gaviria. El autor intenta retratar la época de los 80 y parte de los 90 en Colombia en una novela basada en un drama real. Eran los tiempos del gobierno de César Gaviria Trujillo, quien ofrecía a los jefes del narcotráfico el beneficio de la no extradición a los Estados Unidos o cualquier otro país a cambio de su entrega. Se comenzó un largo período de negociación en el que los capos de la droga buscaban un trato más favorable y mayores beneficios luego de entregarse a las autoridades. Los secuestros demuestran las diligencias fallidas del gobierno, el terror, la impotencia y la depresión que sufrieron quienes fueron privados de su libertad durante meses. El principio de los extraditables era "Preferimos una tumba en Colombia a un calabozo en los Estados Unidos".

La obra inicialmente relata hechos que realmente ocurrieron en Colombia, se hablan de diez secuestros liderados por los “extraditables” grupo formado por líderes de cárteles contrarios, comenzaron una violenta batalla para evitar las extradiciones, pues le temían a estas, entre 1986 y 1991 hicieron explotar coches bomba, mataron magistrados y secuestraron periodistas para impedir la extradición de criminales a Estados Unidos, la batalla concluye cuando Pablo Escobar se entregó a las autoridades.

El autor intenta brindarnos pingües perspectivas del secuestro, por lo que usa un gran número de personajes relacionados con el secuestro, de los cuales la mayoría son personajes que realmente forman parte de la historia de Colombia y todo el transcurso de estos sucesos, y nos narra sus percepciones para que el lector obtenga una apreciación válida de los secuestros. A los secuestradores los describe, habla de sus gustos, sus personalidades, sus familias y características particulares de cada uno de ellos. De igual manera, García Márquez, también humaniza al presidente de Colombia, en esa entonces César Gaviria cuando a éste le secuestran y asesinan a su primo hermano. Aquel personaje que parecía estar indiferente ante la guerra estaba ahora afectado directamente por ésta; nos habla de cómo este personaje era el único responsable y no podía tener quejas ni nada puesto que el era encargado directo de lidiar con la situación que estaba ocurriendo durante esta época en Colombia. Una de las cosas que destacan en el relato de García Márquez es que se nos explica detalladamente todas las artimañas utilizadas tanto por los secuestradores y narcotraficantes, como por el gobierno y las fuerzas armadas, puesto que va describiendo de manera particular cada uno de los secuestros, la planificación de estos, el como lo llevaban a cabo, como tenían precaución con cada mínimo detalle, tenía planes en caso de estar en peligro de ser descubiertos. El primer capítulo comienza con el secuestro de una de las periodistas que era Marina Montoya, hermana de Germán Montoya, quien se había desempeñado como secretario general en la presidencia de Virgilio Barco Vargas y cuyo hijo Álvaro Diego había sido secuestrado para forzar una negociación con el Gobierno que nunca se efectuó. El secuestro de Marina fue interpretado como una venganza de los narcotraficantes, pues ella ya carecía de valor para negociar, Barco había terminado su administración y Montoya era embajador de Colombia en Canadá. De modo que era de esperarse su fusilamiento en cualquier momento. El mismo día que secuestraron a Marina Montoya, un caudillaje tomó de rehén en un barrio periférico de Bogotá a Francisco Santos, jefe de redacción y miembro de la familia propietaria del diario El Tiempo. Como en casi todos los casos, la forma del secuestro fue realizada del mismo modo. Dos automóviles, comúnmente robados en días previos, paralizaban el automóvil de la víctima a la cual vendaban los ojos y escondían en el interior de uno de los carros. Asesinaban al chofer con armas automáticas que contaban con un silenciador y principiaban la huida a algún lugar de la ciudad en donde los aprisionaban en un dormitorio demacrado, de muebles desgastados, un radio y un televisor. Las ventanas selladas con gruesas tablas y un foco solitario solían dar un aspecto lúgubre que contribuía a incrementar la depresión y ansiedad de los secuestrados. La comida era malísima, hecha sólo para mantenerlos con vida y evitar que murieran de debilidad, y la vigilancia exagerada. Eran tales las medidas de seguridad que, en algunos casos, un equipo de dos vigilantes llegaba incluso a permanecer en el mismo cuarto día y noche sin perderlos de vista ni un minuto. Se habla de la perspectiva de cada uno de los secuestrados de una forma muy diferente puesto que posteriormente al secuestro de estos personajes, siguió el grupo secuestrado más cuantioso que fue el de Diana Turbay, (directora del noticiero de televisión Criptón y de la revista política Hoy x Hoy de Bogotá e hija del expresidente y jefe máximo del Partido Liberal Julio César Turbay Ayala) junto todo su equipo. Ella fue la primera secuestrada el 30 de agosto de 1990, sólo tres semanas después de posesionarse César Gaviria Trujillo como presidente de la República. Para este secuestro la planificación fue diferente pues en este los hicieron caer a todos mediante mentiras y engaños, para esto engañaron a la periodista dos jóvenes y una muchacha se habían hecho pasar por emisarios del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero que opera de manera fundamental en la zona Andina del país, haciéndole creer que estos le conseguirían una entrevista con el comandante en jefe, el cura Manuel Pérez. Diana Turbay ya tenía antecedentes de arriesgarse a tales empresas, impulsada por su vocación de periodista y por su interés en fomentar la paz. Junto a ella viajaron la editora Azucena Liévano, el redactor Juan Vitta, los camarógrafos Richard Becerra y Orlando Acevedo, así como el periodista alemán Hero Buss. Todos ellos cayeron en la trampa y fueron a parar a diversas casas de seguridad, después de distintos cambios y caminos en mal estado hasta una finca próxima a la ciudad de Medellín. Y posterior a estos es el secuestro de Maruja Pachón y su cuñada de Beatriz Villamizar las cuales se encontraban en camino a sus casas y los extraditables ya planeaban su secuestro en aquel momento llegó un grupo de hombres, repartidos en dos vehículos, al lugar donde estas se situaban y actuaron inmediatamente realizaron todo según lo planeado, mataron al automovilista que comúnmente llevaba a ambas a sus hogares. Y así fue cuando comenzó realmente una verdadera lucha pues todos los funcionarios tenían la gran presión de los secuestrados y que de ellos dependían las vidas de todos estos. Alberto Villamizar, quien se desempeñaría como encargado antisecuestro, por su incansable labor en busca de una solución a los sucesos causados por los Extraditables, gracias a su labor se logró finalmente la liberación de los secuestrados y en la entrega de Pablo Escobar con la intervención del padre Rafael García Herreros, un sacerdote reconocido por sus campañas humanitarias y quien impulsó la construcción del Minuto de Dios, un inmenso barrio de casas modestas para los más necesitados de Colombia.

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