On motivo del colapso que se presentó hace pocos días en la Feria del Libro

Como adolecente, he podido observar muy de cerca la influencia que han tenido los medios de comunicación en nuestra actualidad, los cuales ya no se limitan al ámbito del entretenimiento, sino que ha invadido toda nuestra realidad. Antes de empezar a nombrar las muchas desventajas que han traído estos medios a los jóvenes, no hay que echar en saco roto los tantos beneficios que han aportado al desarrollo de nuestro país como la rápida difusión de noticias y la implementación de las TIC en la educación.

Con motivo del colapso que se presentó hace pocos días en la Feria del Libro, me puse a analizar la situación que estamos enfrentando en el país por la reciente influencia de las redes sociales en nuestra cultura juvenil. No es lo mismo mirar la juventud de hoy a como era hace 30 años; evidentemente, los adolecentes en Colombia ha tenido cambios drásticos por las influencias mediáticas propias del siglo XXI, pero la verdadera dificultad de este análisis está en determinar si ese cambio ha sido positivo o negativo.  Esta situación puede servir como un claro ejemplo para poder obtener una respuesta a esta cuestión.

Primero, hay que entender que la banalidad y el fanatismo que se exhibieron en el colapso de la Feria del Libro por la venta y firma de libros del reconocido youtuber Germán, no son invento ni de él ni de las editoriales que publican esta clase de libros sino de la cultura de masas; es injusto e irónico que nos pongamos en el plan de acusar de tontos a los seguidores de estos ídolos de barro cuando llegamos a la casa a ver realities y telenovelas que, a la larga, son el mismo asunto. 

Si bien la indignación frente a este tema radica en el tipo de literatura por la cual los jóvenes están interesados, no puedo dejar de pensar que hay un abismo gigantesco entre la educación de calidad que necesitan nuestros jóvenes y superficialidad ridícula que de hecho siempre ha existido pero que se ha acentuado con la creciente popularidad de las redes sociales.

Según los diferentes estudios que se han realizado sobre el número de personas que tienen acceso a internet en Colombia, se puede concluir que la conectividad aumentó levemente, pero la intensidad creció bastante más. De hecho, consultar las redes sociales es la segunda actividad más frecuente de los colombianos en internet, con lo cual podemos afirmar que prácticamente el uso de estos medios ya están incrustados en los hábitos de muy buena parte de nuestros compatriotas y ha ido desplazando poco a poco otras formas de ocupar el tiempo como la lectura, el deporte o el estudio. “ya no es un tema de si entro o no entro a internet. Es un tema de qué tanto lo uso, y de qué tanta productividad tengo cuando entro a internet” (Peñarredonda, 2014).

Personajes como Germán Garmendia, cuyo mérito ha sido difundir la estupidez por medio de videos, son los que están influenciando a miles de adolecentes hacia una cultura trivial y sin sentido. Tristemente, se reveló en un estudio que las “estrellas” de Youtube tienen más influencia en los jóvenes de 13 a 17 años (60%) que el cine, la televisión o la literatura (Murgich, 2015). Pero de esto surge otra cuestión que vale la pena ser discutida: ¿por qué los jóvenes prefieren gastar su tiempo libre viendo videos carentes de propósito por internet que tomar un clásico y leerlo?

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