Quien se ha llevado mi queso

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¿Quién se ha llevado mi queso?

En esta parábola, se nos presentan a cuatro personajes de mentalidad muy dispar: Hem y Haw, dos pequeños liliputienses, y dos ratoncitos, llamados fisgón y escurridizo. Estos cuatro personajes se encuentran en un laberinto infinito que presenta algunas características únicas, debido a que  este contiene reservas de muchos tipos de queso, todas ellas escondidas a lo largo del mismo laberinto

Al inicio de la parábola, y como cada mañana, los cuatro amiguitos se dirigen a sus reservas de queso, las cuáles fueron descubiertas hace mucho mucho tiempo. Allí, se sienten muy cómodos ante la abundancia de alimento. En mi opinión ellos Vivian en una zona de confort ya que tenían a su alcance lo necesario y no buscaban métodos diferentes para conseguir alimento o poder hacer que la situación se tornara diferente debido a su falta de visión y a la creencia que este queso nunca se acabaría.

Pero al pasar el tiempo y de un día a otro el queso desaparece esto representa los problemas o inconvenientes que obviamente nos presentan las situaciones del día a día, y nos obliga a salir de esa zona de confort e intentar buscar soluciones unas más efectivas que las otras pero cada quien obteniendo una filosofía meta y objetivos diferentes.

 Los cambios son importantes, y necesarios

A lo largo de nuestra vida, somos sometidos a cambios que provocan un cambio de rumbo en nuestro camino y, una nueva forma de afrontar nuestra realidad. Estos cambios pueden venir provocados por agentes externos o incluso por nosotros mismos y nuestro propio pensamiento.

Sin embargo, y aunque todos podamos pensar que los cambios son malos, sucede más bien lo contrario: los cambios son muy importantes y necesarios en nuestra vida, aunque tratamos de olvidarnos de ellos esto no solo es aplicable en nuestras vidas si no en las empresas también, muchas veces he escuchado que dicen que una empresa que no está dispuesta a innovar mejorar o cambiar esta destinada a desaparecer, vivimos en un mundo globalizado donde la competencia es mucho más fuerte que antes y se puede generar una mejor estructura si se está abierto a los cambios pero siempre hay una resistencia al cambio.

Esta resistencia al cambio, al igual que la que presentan los protagonistas de esta historia, es una reacción muy normal en los seres humanos. Y esto puede llegar a mermar nuestra capacidad de decisión: nos acomodamos a nuestra realidad.

Este acomodamiento, aunque en principio nos aporta seguridad, se puede ver muy pronto mermado por muchos factores externos, y más si se trata del mundo laboral y todas las  relaciones que este conlleva.

La zona de confort pronto se convertirá en nuestra cuerda floja particular de hecho, la zona de confort, que tanta seguridad nos aporta, pronto se convertirá en un arma de doble filo; en primer lugar, nos condicionará a volvernos obsoletos y en segundo lugar, conllevará a una resistencia a cualquier externo que presenciemos, ¡incluso aunque suponga una mejora para nuestra trabajo o algún aspecto personal de esta forma es mejor salir de ella y afrontar el cambio de una manera positiva esto nos permitirá obtener nuevos métodos y forma de resolver un problema además de pensarlo de manera proactiva.

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