Reseña de Don Juan Tenorio

                        Reseña de Don Juan Tenorio:

MªÁngeles Martínez Otero:

La obra de Don Juan Tenorio es el típico drama romántico donde se nos muestra la protagonista que no se encuentra de acuerdo con el mundo en el que se encuentra y por lo tanto se siente excluido de la sociedad.

Zorrilla con esta obra aparte de considerarla como su primera obra religiosa-fantástica la considera como una parodia ya que dentro de este mismo drama se hace una exageración y una englobación de las características que tienen todos los dramas del siglo XIX.

Este drama fantástico se encuentra dividido en dos partes una primera parte que se puede considerar la parte más real y que tiene más verosimilitud y una segunda parte en la que nos centraremos que está más ambientada en el mundo fantástico y que está a su vez también en parte relacionada por todos los elementos sobrenaturales con las comedias mágicas que ya se daban desde antiguo, este obra sigue la práctica de que cada acto va precedido de un título.

En el que nos vamos a centrar pertenece al acto III cuyo título es PROFANACIÓN y dentro de este comentaremos la escena II, en la cual nos encontramos con todo este apogeo de elementos sobrenaturales, como es que en un primer momento nos encontremos con que Don Juan Tenorio se encuentra agonizando por su vida, viendo cómo se agota la arena de su tiempo mientras dialoga como una estatua la cual representa la justicia divina, la cual se encarga de juzgar el bien o el mal de cada persona.

Aparte de esta estatua también nos encontramos con unos espectros que esperan a que este muera y que se arrepienta ya que únicamente el arrepentimiento de Don Juan Tenorio podrá hacer que su alma vuele libre junto a la de su amada Inés, la cual también lo está esperando, a pesar de este en sus primeros momentos haber matado a su padre.

En esta parte en la que se encuentra Don Juan Tenorio hablando con la estatua se podría hacer una relación concretamente con esta misma parte con la obra del Estudiante de Salamanca en donde se le muestra un cortejo fúnebre y al acercarse se da cuenta de que a quien está dedicado ese cortejo es a el mismo que se ve dentro del ataúd.

En esta escena se puede ver la completa evolución que sufre Don Juan Tenorio a lo largo de la obra, ya que ha pasado de ser un hombre completamente romántico, es decir que únicamente se preocupa por sí mismo ya sea haciendo daño a sus familiares como ocurre con su padre, a evolucionar durante la obra y gracias a Brígida que fue la “celestina” que le habló de Inés y que fue quien le fue hablando el corazón, haciendo que este pensara en ella no de forma únicamente erótica sino también espiritual.

Por lo que es esta por quien esta movido a incluso encontrarse suplicando por la piedad de Dios y que este le perdone los pecados incluso momentos antes de dejar la existencia en el mundo.

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