Reseña de San Manuel Bueno, mártir.
Enviado por GrafEisen • 15 de Mayo de 2016 • Reseña • 609 Palabras (3 Páginas) • 382 Visitas
Reseña de San Manuel Bueno, mártir.
La historia está escrita por Miguel de Unamuno pero redactada desde el punto de vista
—como narradora principal— de Ángela Carballino. Ella era una joven que desde pequeña sentía gran apego con la iglesia, pero sobre todo, con un cura llamado San Manuel Bueno de aproximadamente 30 años de edad, a quién Ángela comenzó a seguir, pues según cuenta ella, él era un hombre con grandes cualidades y tenía un gran corazón.
La historia comienza cuando Ángela cuenta un poco acerca de su pueblo, en el cual se desarrolla toda la historia. Desde temprana edad, Ángela acudía a una escuela religiosa para mujeres, lo cual a ella le fascinaba, y el gusto por la religión de la que ella era devota, al igual que todo el pueblo, se intensificó con la llegada de aquel hombre al que pronto reconocieron en Valverde de Lucierna, ganando éste, una gran popularidad entre las personas que habitaban ahí, pues el cura era una persona imponente —por su puesto religioso— pero a la vez era una de las mejores personas que pudieron haber recibido en aquel pueblo; según cuenta Ángela, Don Manuel, como le decían todos, podía dar consejos, sanar personas, animar las fiestas que se celebraban, cumplir sus funciones eclesiásticas con gran empeño y pasión, dar descanso eterno a las personas que estaban en su lecho de muerte, entre muchas otras cosas; era entonces, un hombre muy ocupado, pero se mantenía activo todo el tiempo, pues decía él que no le gustaba la soledad, ya que mantenía su mente ocupada fuera de pensamientos impuros al igual que prefería olvidarse de su mayor secreto.
Cuando Don Manuel daba la misa, menciona Ángela, que lo hacía de una manera esplendida: el señor subía hasta la sede* donde comenzaba a hablar, y una vez dando inicio, su voz era captada por todos los oídos atentos de los pueblerinos de Valverde que acudían para presenciar al “santo” Don Manuel, sintiendo cada palabra penetrar en sus almas.
Al pasar algunos años, el hermano de Ángela, Lázaro, retornó a sus raíces, pues llevaba tiempo que estudiaba y trabajaba en “el nuevo mundo”, mejor conocido como América. Habiendo llegado a su casa, Lázaro notó el impacto que provocaba el señor cura en el pueblo, a lo que él consideraba como una forma primitiva y feudal el adoptar una religión, por ser tan apegados a ella; Ángela intentaba persuadir a su hermano para que conociera a Don Manuel, pero él se negaba.
Al cabo de un tiempo, Lázaro se conmovió de la sabiduría y devoción de San Manuel, por lo que le comenzó a simpatizar con él, construyendo una amistad fraternal en la que después de compartir la mayor parte de su tiempo con el señor cura, Lázaro descubrió la verdad que aquejaba al santo: él realmente no era creyente de la religión, su devoción y fe, eran tomadas de su convicción, amor, pasión, y deseo porque los pueblerinos fueran felices. El secreto fue revelado a Ángela, quién se sorprendió ante tal noticia, pero pronto comprendió el motivo de sus acciones, guardando ella también el secreto que ahora, compartirían únicamente los tres.
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