Reseña del articulo Gramática Histórica

Reseña de artículo de Gramática histórica

      Ficha del artículo:

Elvira, Javier (1996): “La productividad de las conjugaciones españolas. Aspectos        históricos", III Congreso Internacional de Hispanistas Asiáticos, (Seúl, 21-23 de junio de  1996), Seúl: Asociación Asiática de Hispanistas, pp. 625-633.

  Comienza con la afirmación que se trata de un tema escasamente estudiado en el campo de la morfología histórica del español ya que, en efecto, hasta el propio concepto de la productividad de las clases flexivas no está bien definido. En este artículo de Javier Elvira que ahora vamos a reseñar se encontrará la idea principal que se centra en esta cuestión, las teorías y los términos que fundamentan hasta ahora lo que podemos saber sobre la relación entre la productividad de las conjugaciones españoles y sus aspectos históricos.

    El primer término que vamos a encontrar para estudiar el problema de la productividad de las conjugaciones es el de Menéndez Pidal. Mencionado en su manual, el término fecundidad clasifica las tres conjugaciones: la primera conjugación es la conjugación fecunda por excelencia ya que se trata de la conjugación más rica, la segunda conjugación no tiene casi ninguna fecundidad según Menéndez Pidal porque posee la secular tendencia a la pérdida de elementos a favor de la tercera conjugación, en cuanto a la tercera conjugación él afirma que está conjugación está en el medio: tiene más fecundidad que la segunda pero menos que la primera.

      Obviamente la teoría de Menéndez Pidal tiene su defecto porque se trata de clasificar las conjugaciones con tan solo la diferencia de grado, aunque, en efecto ha señalado un patrón que es la migración de verbos de la segunda conjugación a la tercera. Para especificarlo y conocerlo mejor se introduce la teoría de Wurzel, siendo la más convincente y reciente, la teoría propone dos términos: la estabilidad y la productividad. El primer término se usa para definir la capacidad de una clase flexiva para mantener elementos mentiras el segundo se usa para describir la capacidad de una clase flexiva para incrementar el número de elementos. A través de estos dos términos podemos mejorar lo que la teoría de Menéndez Pidal ha propuesto: la primera conjugación es la más estable y productiva en el castellano, la segunda conjugación es ni productiva y ni

estable ya que pierde sus elementos a favor de la tercera, y la tercera conjugación es estable, menos que la primera pero más que la segunda.

      Al enfrentarnos con el problema de la productividad nos presenta el artículo varias maneras de las que una lengua puede ser productiva, la primera es el neologismo, la segunda es la transferencia desde otras clases más inestables y la tercera es la renovación por préstamo o cultismo. Siendo más problemática la tercera, requiere una modificación para las palabras que van a acomodarse, en este punto una lengua tiene que tener una capacidad de hacer que se acomoden, y a esa capacidad lo denomina Wurzel  la productividad secundaria a diferencia de productividad primaria que es lo que hemos mencionado antes. Para este procedimiento existen tres maneras posibles que son: la asimilación fonológica entre el préstamo y una clase morfológica determinada variando sus propiedades sintáctico-semánticas, o la situación inversa que es, la modificación en los préstamos que mantienen sus propiedades sintáctico-semánticas, la última solución es estos cambios crean una nueva subclase flexiva con una combinación de características extramorfológicas inexistentes hasta el momento. Entre ellas la tercera es más rara que carece una respuesta clara, pero si acudimos a la historia gramática encontraremos unos verbos que tuvieron una peculiar solución en cuanto a experimentar la dicha manera a partir del siglo XV, verbos como concernir, discernir, convertir y divertir, estos verbos adoptaron el infinitivo de la tercera conjugación en vez de la segunda.

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