Resumen Visita a Museo Nacional de Bellas Artes

Visita a Museo Nacional de Bellas Artes

En la visita al Museo Nacional de Bellas Artes me sorprendió mucho ver como diferentes artistas, de diferentes épocas tratan el tema de la religión. Aún en una misma época, diferentes artistas tienen miradas muy diferentes de como mostrar la religión. Ya sea de manera pintoresca, oscura, realista, exagerada, todos tienen un punto de vista diferente.

Me llamó mucha la atención esa admiración que siempre se tuvo por la religión, que se ve reflejado a lo largo de todo el museo. Casi en todas las habitaciones de la planta baja había un cuadro o escultura o cualquier obra de arte que hacía alusión, algunas más y otras menos, a la religión. No solo del cristianismo, sino también en los griegos y los romanos y cada civilización con su religión. En el caso del Bellas Artes, lo que predomina es el cristianismo.

Una de las obras que se destaca es la de” Jesús en el Huerto de los Olivos” (de Greco), como le intenta dar un realismo mítico. Comparada con otras obras, esta parece que quiere mostrar todo el hecho como algo más verosímil, como que si uno estuviese parado en el Huerto y viese esa situación y la pintase tal cual como la vio. Es diferente a otras pinturas donde la forma en como está dispuesta la situación, las posiciones de las personas, se tendía a hacer de la religión como algo a lo que admirar pero puesto como algo fantástico, inverosímil. En la de Greco no, por cómo está dispuesta, la perspectiva, la posición de todos, tiende a ser más realista, aunque hay ciertos elementos (como la variación de las luces y las sombras, el ángel y el demonio) que lo alejan de lo que uno suele percibir como realismo y acercan el hecho a lo irreal, mítico. Me parece que es un balance perfecto entre realidad y misticismo que no se ve tanto en otras obras. Otras obras de temática religiosa se mantienen en uno de los dos extremos: o lo plantean como una realidad sumamente verosímil o lo muestran como algo místico, fantástico, lejos de la realidad cotidiana.

Por ejemplo, la “Presentación de Jacob a Isaac” de Luca Giordano, es una mirada mucho más cruda de una situación religiosa. Tiende mucho a ser una representación realista del hecho pero los detalles en los rasgos de las personas y los colores que usa le dan a la obra una sensación más cruda, como que si estuviesen exagerados para reflejar una sensación.  Va más allá de mostrar la verosimilitud del hecho e intenta ya que la persona que sienta algo en especial, que la situación le produzca emociones, no como la obra de Greco que se enfocaba más en “mostrar” un hecho, sino que la de Giordano intenta “hacer sentir” algo a partir de la pintura.

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