Tema de un papel de la mujer en la obra Jarrapellejos
Enviado por Bycek Byckový • 26 de Mayo de 2017 • Ensayo • 3.646 Palabras (15 Páginas) • 266 Visitas
El papel de las mujeres en la obra Jarrapellejos de Felipe Trigo
Las mujeres al principio del siglo xx
Antes de examinar el papel de las mujeres en la obra Jarrapellejos, me gustaría hablar un poco de la posición de las mujeres en la sociedad y literatura españolas a la vuelta del siglo xx, con el fin de comentar sobre los personajes femeninos de Trigo teniendo en cuenta los usos de la época en la que escribía.
La posición de las mujeres cambia de acuerdo con los acontecimientos en el panorama social de España. Para definir diferentes estratos de la sociedad española a finales del siglo xix debemos recurrir a la segunda revolución industrial que hizo que las diferencias entre la burguesía y la clase obrera se ahondaran aún más. Asimismo, las mujeres pertenecientes a diferentes estratos van desarrollándose de acuerdo con su posición social. Trueba (2002) deja claro en su artículo que la mujer, como un ser plenamente interesante en la época de la que hablamos y motivo de numerosos estudios y trabajos, se somete a diferentes ideales quedando así definida de manera variada. De este modo se habla en la segunda mitad del siglo xix de una mujer ángel de hogar, educada para ser madre y esposa, lo que presupone su dedicación a la familia y su posición de sostenedora de la familia, importante para la nación también. Con esta posición quedan restringidos sus intereses y se le adjudica el espacio privado, lo que presupone su aislamiento del espacio público (González Allende, 2009). Además de eso, esta posición viene justificada por la sociedad que se apoya o bien en la religión (donde la mujer viene representada por cualidades como pasividad, sentimentalidad y fragilidad), o bien en la ciencia (donde se realizan varios estudios acerca de las diferencias entre el cerebro femenino y masculino), según sea creyente o no. Trueba (2002) denominaría este tipo de mujer como tradicional.
Es importante destacar que esta última autora habla también de otros dos tipos de mujeres que se oponen a la concepción tradicional y que aparecen en las obras de la época. Por una parte menciona a la mujer liberal, luchadora por su independencia, la que podría compararse con las protagonistas activas de algunas de las obras románticas (ante todo escritas por mujeres). La tercera representación de mujeres con las que nos encontramos se aleja más de la realidad prosaica. Me refiero a los casos cuando el sexo femenino hace de musa o, tal y como dice Trueba (2002), de mito femenino. Este tipo de mujeres, a las que también se les podría llamar femme fatale, viene a menudo representado por sus características físicas: pelo largo y abundante, piel blanca, ojos verdes, etc. que hacen que el hombre se enamore perdidamente de ellas. Son entonces los símbolos de arte, seducción, sexualidad y perdición (Trueba, 2002).
¿Es posible encuadrar a las mujeres de Jarrapellejos a estos ejemplos?
Teniendo en cuenta las diferentes concepciones de las mujeres en las obras españolas, tanto finiseculares como las de principio del siglo xx, creo que podemos encontrar algunas representantes de casi cada grupo mencionado arriva.
El casi de la frase anterior se debe a mi opinión, que muchas de las mujeres en la obra son pasivas. Eso presupone su pasividad en el campo político también. De acuerdo con esto, no puedo sostener que en la obra hubiera ejemplos de una mujer liberal. La única mujer que parece interesarse de la situación político-social en La Joya y de la posición igualada de los sexos en su relación, aunque de una manera poco llamativa, es Orencia. Veamos pruebas de su actividad pública, eso sí, no liberal en absoluto:
[…] era ella (Orencia) constantemente la que llevaba iniciativas con las monjas y los curas en las fiestas religiosas.
[…] Orencia, presidenta, y Purita Salvador, nueva secretaria, con el auxilio de Dulce Marín y del joven cura tuerto don Calixto […] retiráronle los bonos de leche a siete enfermos: cinco hombres, socialistas del Liceo, que no quisieron firmar como católicos, y dos mujeres inmorales.
He aquí también una muestra de que Orencia se da cuenta de la injusticia que hay entre hombres y mujeres y lo expresa en voz alta.
-Sí, mira, Pedro Luis, hijo -tornó a su tema Orencia, dolida, y ciñéndose a los pies la falda, para que no le entrasen más langostos de aquellos sacudidos de las ramas-. Sufro lo indecible. No habíamos hecho más que pasar lo de la herrera, y sé que ahora no dejas a sol ni a sombra a la Isabel. ¿Es esto vivir? ¿Tienes tú derecho a martirizarme de este modo? ¡Oh! […] No eres un chiquillo. Has de cambiar. Te quieren las demás porque te explotan.
En la obra podemos encontrar también un ejemplo claro de la femme fatale que en este caso sería representado por L´Or du Rhin, mujer con la que Octavio se volvió loco mientras estaba en Francia y la que le ayudaba a olvidar las desgracias de La Joya, aunque pasivamente con tan solo poder mirar su perfecto retrato desnudo. Damos su descripción física tal y como la ve Octavio a continuación:
y... ¡con qué vestido, Juan!... […] ... Un vestido, un traje... de emperatriz, y no hay mejor comparación: todo de tisú de oro, desde el escote hasta los pies, y sin más adornos, en la áurea figura escultural, que la diadema de perlas del pelo y el collar de perlas del escote.
Parece que el único papel de la mujer que se ve amenazado es el de la mujer tradicional. Este viene representado en la obra por Isabel y su madre, que pasan muchas horas en su casa para mantener el bienestar de la familia y abastecer de pan a toda La Joya. Parece que este tipo de mujer está predestinado a su desaparición en la vida hipócrita de la España retratada por Trigo.
Ahora bien, hay que decir que todas las mujeres en la obra pretenden ser mujeres tradicionales, casadas, buenas esposas y madres. El hogar de estas mujeres se transforma muchas veces en una cárcel donde ellas dependen económicamente de sus maridos sin poder realizarse fuera de las puertas de sus casas. Hablamos así de una esclavitud de la mujer, y de la libertad absoluta y absurda de los hombres (Zamora Calvo, 1998).
Sin embargo, las mujeres que se ven oprimidas en el matrimonio buscan sus caminos hacia la felicidad fuera de él. Con lo cual nos encontramos delante de la prostitución disimulada (Zamora Calvo, 1998). Parece que esto es el único modelo que funciona bien en la sociedad de La Joya. Es decir, si la mujer es soltera y no guarda las normas, muchas veces es considerada prostituta. Esto se puede ver en el caso de Ernesta:
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