Trabajo de Norma y Uso del Español Práctica 2
Enviado por lunamarttin • 9 de Noviembre de 2022 • Ensayo • 668 Palabras (3 Páginas) • 155 Visitas
Trabajo de Norma y Uso del Español Práctica 2
¿QUÉ OPINAS SOBRE LA UTILIZACIÓN DEL PLURAL MASCULINO PARA REFERIRSE A INDIVIDUOS MASCULINOS Y FEMENINOS?
En esta pregunta encontramos uno de los debates más recurridos desde hace unos años. La dificultad de abordarlo reside más en planteamientos políticos o sociales –factores extralingüísticos– que en el verdadero ámbito lingüístico. De hecho, si me preguntaran acerca de él y olvidase cualquier conocimiento de la lengua, mi posición sería que veo necesaria, si bien no una modificación del lenguaje, sí una reflexión que garantice una lengua completamente equitativa e igualitaria en cuestiones de género. Sin embargo, para tratar el tema de forma adecuada, se hace necesario acudir a las fuentes y los recursos propios de la lingüística.
Primeramente, la gramática de la RAE afirma que el masculino es el género no marcado y que el femenino está incluido en este, y además señala que solo es preciso desdoblar o especificar el género en situaciones de ambigüedad significativa. Hay lingüistas que abogan por un cambio del lenguaje, correspondiente a las necesidades de los hablantes, como Victoria Marrero o el periodista Álex Grijelmo. Por otro lado, Mercedes Quilis declara que la cuestión de debate viene con la vinculación del género lingüístico con el sexo biológico y más aún, la acepción sociocultural del género.
Con referencia a las palabras de M. Quilis, es cierto que quizá el error sea que emparejamos la lingüística con temas sociales o biológicos, cuando, a priori, son aspectos separados y delimitados; no obstante, mi pregunta es: ¿cuán limitados están y cuál es la verdadera frontera entre ellos? Esto es, si el proceso de creación de la lengua surgió de la sociedad, o si tal vez se fueron originando leyes y reglas aisladas de los factores extralingüísticos. Es importante revelar hasta qué punto afecta nuestra visión del mundo en nuestra lengua e incluso en el génesis de la misma. Lo que quiero reflejar es que la utilización del género masculino como género no marcado puede ser un espejo de la sociedad y la cultura: el hombre era miembro esencial de cualquier colectivo, el hombre era la representación de la fuerza, la familia, el trabajo…, y, por esto, la mujer era obviada o asumida dentro del conjunto social. De ahí que se decretara el género masculino como género neutro o como plural inclusivo, sobre todo para seres sexuados y animados. Este tipo de pensamientos o argumentos van relacionados con la duda de hasta qué punto el mundo condiciona nuestra lengua o, por otro lado, en qué medida el lenguaje modifica la visión del mundo.
Quizá añadir un género aparte, neutro, sería complicar demasiado la lengua; proponer el plural inclusivo masculino únicamente en objetos inanimados para el desdoblamiento u otros en seres animados supone un excesivo número de palabras; pero, en mi opinión, creo que sí es preciso pararse a pensar, desde la lingüística, si es oportuno mantener el género que se originó en sociedades machistas o si, tal vez, se debería meditar la evolución del lenguaje correspondiente a la evolución del mundo actual y a la concepción de la lengua como herramienta de comunicación al servicio de las necesidades de los hablantes.
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