UN ENEMIGO DEL PUEBLO...
Enviado por claudioaguileraf • 13 de Abril de 2020 • Resumen • 8.973 Palabras (36 Páginas) • 132 Visitas
UN ENEMIGO DEL
PUEBLO…
Un enemigo del pueblo
PERSONAJES
El DOCTOR STOCKMANN, médico de un balneario.
SEÑORA STOCKMANN, su mujer.
PETRA, su hija, maestra.
EJLIF, hermano de Petra.
MORTEN, ídem.
PEDRO STOCKMANN, hermano mayor del doctor, alcalde, presidente de la Sociedad del Balneario.
HOVSTAD, director de La Voz del Pueblo.
BILLING, redactor de1 mismo periódico.
ASLAKSEN, impresor.
Gentes del pueblo, Hombres de todas las clases sociales, Mujeres, Escolares.
La acción transcurre en un pueblo costero del sur.
ACTO PRIMERO
La escena va ir construyéndose de manera coreográfica, mientras un sonido que asemeja el mar está de fondo. Trabajo de imagen proyectada.
Narrador: Vivir en la oscuridad, es una gran pena, pero más terrible es negarle la visión al mundo. Beneficiarse producto de la mentira es el pecado, es la miseria del hombre. ¿Ser o no ser? ¿Cómo luchar contra el engaño?, ¿cuánto estamos dispuestos a arriesgar? Coherencia, servicio, entrega, mirar más allá de uno mismo. Ese es el reto que ponemos en juego cuando pesamos el bien y el mal y actuamos según la mezquindad del cálculo. Mucho negociamos el bien común, mucho miramos para el lado, mucho nos engañamos para no actuar. Los verdaderos hombres y mujeres se ven por sus actos, por sus valores. Poca transparencia, opacidad social, mucha falta de amor y de coraje. El mundo requiere luz, necesita enderezar su sentido. Hay hombres que luchan por ello y merecen admiración y respeto. Ellos deben ser el futuro.
Salón del doctor Stockmann, modestamente amueblado, pero atractivo.
SEÑORA STOCKMANN.
- Como ha llegado con una hora de retraso, señor Billing, tendrá que aceptar la comida
fría.
BILLING. (Comiendo.)
- ¡Mejor! Esto está exquisito.
SEÑORA STOCKMANN.
- Ya sabe usted lo puntual que es mi marido siempre, y...
BILLING.
- Si quiere que le diga la verdad, no me importa. Al contrario, casi prefiero comer solo. Así estoy más tranquilo.
SEÑORA STOCKMANN.
- Bien; si come usted más a gusto.....
(Entra el ALCALDE PEDRO STOCKMANN, con abrigo, gorra de uniforme y bastón.)
EL ALCALDE.
- Buenas noches Catalina.
SEÑORA STOCKMANN. (Pasando al salón.)
- Buenas noches Pedro. ¡Qué bueno verlo!
EL ALCALDE.
- Pasaba por aquí... (Mira hacia el comedor.) ¡Ah! ¿Tiene usted invitados, según veo?
SEÑORA STOCKMANN. (Algo confusa.)
- Es que ha dado la casualidad... (Con precipitación.) ¿No quiere usted tomar algo?
EL ALCALDE.
- ¿Yo? No, muchas gracias. Yo me limito a mi té y mi pan con mantequilla. Es más sano... y más económico.
SEÑORA STOCKMANN. (Sonriente.)
- ¿No irá usted a decir que Tomás y yo somos unos derrochadores?
EL ALCALDE.
- ¡Por Dios, Catalina! no; (Señala al despacho del doctor.) ¿Está en casa?
SEÑORA STOCKMANN.
- No; ha salido a dar una vuelta con los chicos después de cenar.
(SE ESCUCHAN GOLPES EN LA PUERTA.)
SEÑORA STOCKMANN.
- ¡Adelante! (Entra el periodista HOVSTAD.) ¡Ah! Es usted, Hovstad ...
HOVSTAD.
- Sí, tiene usted que perdonarme... Buenas noches, señor alcalde.
EL ALCALDE. (Saluda y se muestra algo inquieto.)
- señor Hovstad Viene por algún asunto importante, ¿no?
HOVSTAD.
- Se trata de un artículo para el periódico.
EL ALCALDE.
- Me lo imaginé; he oído que mi hermano está dando buen resultado como
colaborador de la Voz del Pueblo.
HOVSTAD.
- es una gran ayuda, escribe cada vez que tiene que decir una verdad.
EL ALCALDE.
- Por supuesto, al fin y al cabo, en nuestra ciudad reina un loable espíritu de tolerancia.
Y eso gracias a que nos une un interés común, un interés que compartimos todos los ciudadanos honrados...
HOVSTAD.
- ¿Se refiere al balneario?
EL ALCALDE.
- ¡Exacto! El establecimiento es algo magnífico. Estoy seguro de que estos baños
constituirán una riqueza vital para la ciudad.
SEÑORA STOCKMANN.
- Lo mismo afirma Tomás.
EL ALCALDE.
- Y es un hecho. Mire el gran desarrollo que ha experimentado la ciudad en no
más que los dos últimos años. Se nota que hay gente, vida, movimiento.
Además, las contribuciones han disminuido también, gracias a los turistas y a
una creciente cantidad de enfermos que ven con buenos ojos la fama de los baños.
HOVSTAD.
- Entonces el artículo del doctor viene muy a tiempo.
EL ALCALDE.
- ¡Ah! ¿Con qué ha escrito algo más?
HOVSTAD.
- Sí; lo escribió este invierno. Es un artículo en que recomienda el balneario, y hace un
resumen de sus excelentes condiciones sanitarias. Entonces no se lo publiqué, porque...
EL ALCALDE.
- Diría algo inconveniente, y no me extraña.
HOVSTAD.
- No, nada de eso. Es que creí preferible aguardar hasta la primavera.
EL ALCALDE.
- Claro. muy acertado, señor Hovstad.
SEÑORA STOCKMANN.
- Tomás es incansable si se trata del balneario.
HOVSTAD.
- Tampoco olvidemos que, en realidad, fue él quien lo fundó.
EL ALCALDE.
...