Valoración crítica: Bodas de sangre

Valoración crítica: Bodas de Sangre.

Bodas de sangre es una tragedia rural del autor Federico García Lorca en su etapa de madurez,

concretamente, fue escrita en 1931 y, posteriormente, estrenada en el Teatro Beatriz de Madrid en 1933.

Esta obra es un ejemplo del teatro renovador que surge a principios del siglo XX en España, por lo que

se encuentra incluída en el tema del teatro anterior a 1939.

La obra se divide en tres actos y siete cuadros, mientras que el contenido se ve distribuido en

planteamiento; se evidencia la tragedia y se explica el conflicto entre la familia del Novio y la de

Leonardo quién es la expareja de la Novia, el nudo; Leonardo y la Novia se reencuentran antes de la

boda pero, aun así, esta se celebra y, posteriormente, los amantes huyen, y desenlace; el Novio para

proteger su honra va en busca de la Novia y Leonardo pero finalmente muere junto a Leonardo dejando

a la Novia como superviviente, en los respectivos actos. Bodas de sangre gira en torno al panel que

cada personaje cumple en la sociedad. A raíz de este conflicto se generan distintos temas como la

muerte, la honra, la pureza, la infidelidad y el amor.

Todos los personajes, menos Leonardo, carecen de nombre ya que todos menos él cumplen el papel

que su pseudónimo representa (Madre, Novio, Novia...). Además, los personajes pueden dividirse en

personajes corales; aquellos que cantan, tradicionales; la madre, el padre, el novio, y pasionales; la

Novia que es la heroína trágica y Leonardo. Asimismo, la obra posee una característica simbología que

comprende desde la representación de la muerte mediante armas blancas, el color verde y amarillo, la

luna y su personificación, la Mendiga, hasta el reflejo de la virilidad, con el caballo, y la pureza de la

novia con el azahar. Hay un lenguaje muy literario y connotativo, unido a un lenguaje muy tradicional y

muy cotidiano. Lenguaje muy expresivo que une prosa y verso, utilizado para destacar momentos

especialmente dramáticos.

Federico García Lorca hace un gran trabajo a la hora de reflejar la realidad rural de la Andalucía de

comienzos de siglo haciendo una profunda crítica del papel que los personajes cumplen en la sociedad

y la anticuada mentalidad presente en los pueblos del sur. Esta obra, al igual que otros dramas y

tragedias del autor; Yerma y La casa de Bernarda Alba, son muy trascendentales en la literatura

castellana debido a su calidad literaria y universalidad.

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