AGUA CLARA
Enviado por jecc84 • 25 de Abril de 2014 • Trabajo • 1.772 Palabras (8 Páginas) • 342 Visitas
LENGUA CASTELLANA
JOSÉ LUIS PARADA LÓPEZ
CICLO IV B
COLEGIO NARIÑO PRECURSOR
AGUA CLARA
2010
LENGUA CASTELLANA
JOSÉ LUIS PARADA LÓPEZ
CICLO IV B
LICENCIADO ALEX ARAQUE
COLEGIO NARIÑO PRECURSOR
AGUA CLARA
2010
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
1. ARGUMENTO
2. RESUMEN
3. PERSONAJES
3.1 PRINCIPALES
3.2 SECUNDARIOS
4. AMBIENTE
5. CLÍMAX
6. CONCLUSIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
María puede considerarse la obra cumbre de la literatura colombiana romántica, es ejemplo y orgullo que enaltece a las letras colombianas desde el siglo XIX, ha sido traducida amas de 15 idiomas y se han realizado numerosas ediciones de la obra, lo que confirma su importancia capital para la intelectualidad colombiana.
Como dejar de repasarla, saborearla, y estudiar uno a uno sus capítulos, en donde se lee la tragedia, la dulzura y el amor que es perfumado por ese mítico rosal que aun hoy adorna los jardines frontales de la hacienda que queda en pie.
Vale la pena leerla, y adentrarse tanto en la historia del Valle del Cauca colonial, como en el alma de los personajes que nos inspiran muchas pasiones a quienes de una u otra forma hemos vivido algo de ellos.
Al repasarla, nos damos cuenta de nuestra debilidad y de nuestra fortaleza, de que cada uno lleva dentro de si un Efraín y una María.
1. ARGUMENTO
Es más que corto o simple, sugerente, este nombre femenino antiguo, que a la vez evoca dolor, sufrimiento y hasta amor, encarna perfectamente el contenido de la obra, donde más que el personaje masculino, gira alrededor de una mujer frágil, amorosa y bella que seduce sanamente a este Efraín casto. María pudiera ser un título sui generis de cualquier obra, pero no correspondió el honor a este vallecaucano ser quien lo usara sabiamente para titular esta novela idílica.
En fin el titulo habla sencillamente de lo que contiene, de sus desenlaces y de su final.
2. RESUMEN DE LA OBRA MARÍA
Enmarcada por la espléndida geografía del Valle del Cauca, en épocas pasadas floreció la hacienda «El Paraíso». Allí, rodeados por la bondad de sus padres y tíos, crecieron dos jovencitos de nombres Efraín y María, primos hermanos, quienes desde su más tierna infancia se hicieron inseparables compañeros de juego y alegría. Muy pronto, sin embargo, el camino de los dos primos se separó.
Efraín, alcanzada la edad necesaria para emprender una sólida educación, fue enviado por sus padres a la ciudad de Bogotá, en donde, tras seis años de esfuerzo, consiguió coronar sus estudios de bachillerato.
María, entre tanto, lejana ya las delicias de la infancia, se había convertido en una bellísima muchacha, cuyas dotes y hermosura encandelillaron al recién llegado bachiller.
Ciertamente la sorpresa del muchacho fue compartida. También María se sintió vivamente Impresionada ante las maneras y el porte de su primo, y aquella mutua admiración dio tránsito a un vehemente amor que se apoderó de sus corazones, sin que ellos mismos pudieran comprenderlo o sentirlo.
El cariño de los jóvenes progresó dulcificado por las bondades de su medio y muy pronto, a pesar de que ellos quisieron ocultarlo, los ojos de sus mayores recabaron en este mutuo afecto. Entonces, una sombra dolorosa se interpuso entre los dos enamorados. Los padres de Efraín, quienes abrigaban un vivísimo amor por su sobrina, no podrían olvidar una penosa circunstancia .que señalaba indefectiblemente su destino. Tal como su madre, muerta bastante tiempo atrás. Marta daba muestras de padecer una dolorosa enfermedad. Aquella dolencia, que llevara a la muerte a quienes la padecieran, tarde o temprano, empezaba a notarse en el semblante juvenil de la muchacha. Ningún alivio era suficiente, y aunque el ánimo de los buenos señores se inclinara favorablemente al amor de los muchachos, la posibilidad, casi indudable, de la muerte temprana de María, los obligaba a oponerse.
A pesar de ello, sus acciones no revistieron crueldad o torpeza. Todo lo contrario, el padre llamó a Efraín a su lado y sin mostrar señal alguna de su íntima determinación, lo instó a viajar a la lejana Europa a fin de adelantar estudios superiores de medicina. Aquella solicitud conturbó el ánimo de la enamorada, quien veía con profundo pesar la forzosa distancia que entre los dos pudiera interponerse. Sin embargo, la voluntad paterna fue determinante y tras una serie de obstáculos y aplazamientos que llenaron de felicidad el corazón de los amantes, Efraín enderezó sus pasos rumbo a Londres. El dolor de los primeros tiempos de separación fue mitigado por las incontables cartas que los muchachos se enviaban.
Muy pronto, Efraín resintió las dilaciones y tardanzas de su amada. Y cuando esta situación más lo mortificaba y ofendía, supo por boca de un amigo recién llegado a Inglaterra, que la joven María había sido postrada por una dolorosa enfermedad que la amenazaba cruelmente y que requería su presencia. Inauditos fueron entonces los dolores de Efraín tratando de encontrar vías inmediatas para su desplazamiento desde Europa.
Las enormes distancias y la lentitud de los transportes se erigía como otras tantas lanzas que mortificaban su corazón. Días y días se sucedían, sin que la añorada patria asomara en el horizonte. Llegaron después tas penalidades de la travesía de ríos y montañas, los accidentes, las lluvias, la crueldad de la naturaleza que inconmovible asistía a los agónicos esfuerzos del enamorado. Cuando ya Efraín consiguió descabalgar en tierras de «El Paraíso» y saludó emocionado a sus padres, por el semblante de aquellos adivinó la verdad: sus esfuerzos fueron vanos.
La amada no pudo aguardar su llegada
...