Acto De Abla
Enviado por 2459 • 26 de Noviembre de 2013 • 2.229 Palabras (9 Páginas) • 390 Visitas
Actos de habla[editar • editar código]
Un acto de habla es un tipo de acción que involucra el uso de la lengua natural y está sujeto a cierto número de reglas convencionales generales y/o principios pragmáticos de pertinencia.
La escuela de Oxford y la pragmática siguen a Peter Strawson y John Searle en tanto que consideran que "acto de habla" se refiere usualmente a lo mismo que se designa con "acto ilocutivo", término a su vez acuñado por John L. Austin en ¿Cómo hacer cosas con palabras?, publicado póstumamente en 1962.
De acuerdo con Austin, el "acto ilocutivo" se da en la medida en que la enunciación constituye, por sí misma, cierto acto, entendido como transformación de las relaciones entre los interlocutores o con los referentes. Un ejemplo clásico es que al decir "lo prometo" o "sí, acepto" (en una ceremonia matrimonial) estamos, a la vez que hablando, realizando el acto. En este sentido, el "acto de habla", es decir, la emisión del enunciado puede realizarse en forma oral o escrita, siempre y cuando se lleve a cabo la realización de una acción mediante palabras.
El efectuar un acto de habla, expresando una oración correcta gramaticalmente y con sentido, implica un compromiso con el entorno. Un acto de habla puede ser solicitar información, ofrecer, disculparse, expresar indiferencia, expresar agrado o desagrado, amenazar, invitar, rogar, etc.
El acto de habla consta de tres niveles elementales:
• Acto locutivo: Es un acto consistente en decir algo.
• Acto ilocutivo: Es un acto que se realiza al decir algo.
• Acto perlocutivo: Perlocutivos son los efectos o consecuencias que producen los actos ilocutivos.
También, los actos de habla se pueden dividir en dos tipos:
• Actos directos: son aquellos enunciados en los que el aspecto locutivo e ilocutivo coinciden, es decir, se expresa directamente la intención.
• Actos indirectos: son aquellas frases en las que el aspecto locutivo e ilocutivo no coinciden, por lo tanto la finalidad de la oración es distinta a lo que se expresa directamente.
Searle, quien siguió el análisis de Austin sobre los enunciados de acción o "performativos" y se centró en lo que aquél había llamadoactos ilocucionarios (actos que se realizan diciendo algo), desarrolló la idea de que diversas oraciones con el mismo contenido proposicional pueden diferir en su fuerza ilocucional, según se presenten como una aseveración, una pregunta, una orden o una expresión de deseo.
Según Searle, las fuerzas ilocucionales de un acto de habla pueden describirse siguiendo reglas o condiciones especificables, dadas tanto por las circunstancias como por el propósito que se sigue en diferentes actos ilocucionarios.
Clasificación[editar • editar código]
Los actos de habla pueden ser clasificados según su intención o finalidad a que se refiera.
• Actos asertivos o representativos: el hablante niega, asevera o corrige algo, con diferente nivel de certeza. Ejemplo: "Si, por supuesto que pienso así".
• Actos directivos: el hablante intenta obligar al oyente a ejecutar una acción. Ejemplo: "Deben terminar sus tareas para mañana".
• Actos compromisorios: el hablante asume un compromiso, una obligación o un propósito. Ejemplo: "no voy a fallarte".
• Actos declarativos: el hablante pretende cambiar el estado en que se encuentra alguna cosa. Ejemplo: "Los declaro marido y mujer". Este dictamen sólo será válido cuando el hablante es una autoridad pertinente. En el caso del ejemplo, la declaración sólo será válida cuando el hablante sea un juez del registro civil o una entidad religiosa.
• Actos expresivos: el hablante expresa su estado anímico, el de los asuntos de la vida. Ejemplo: "Hoy, la verdad, no me siento bien".
La teoría especial[editar • editar código]
La distinción constatativo-realizativa[editar • editar código]
La falacia descriptiva[editar • editar código]
Austin llega a la teoría general partiendo de una teoría especial que se funda en la distinción entre lo constatativo y lo realizativo operformativo. Según él, durante mucho tiempo se había supuesto que el único fin de las emisiones era la de constatar hechos. En razón de ello, sólo podían ser verdaderos o falsos. Sin embargo Austin afirma que no todo enunciado es verdadero o falso. Una emisión lingüística es cualquier cosa que se diga:
«El gato está sobre la alfombra.»
«Cierra la puerta.»
«Las ideas verdes descoloridas duermen furiosamente.»
«Prometo que te devolveré el libro.»
Lo que resulta para Austin interesante de las emisiones lingüísticas es su valor de verdad. Aristóteles en "De interpretatione", analiza los componentes de las oraciones: para él son verbos y nombres. De la complementación de nombres y verbos surge el logos (λόγος), que es una emisión lingüística compleja compuesta de nombre y verbo. No a todo tipo de emisión le conviene el valor de verdad, sino sólo al λόγος αποφαντικός o apofánsis (αποφανσις). De las emisiones que no son apofánticas no se ocupa la lógica, sino la retórica. Esa actitud persistió a lo largo de la historia. Hay que distinguir las apofánticas (emisiones constatativas o enunciados) porque la función propia de estas emisiones es constatar un hecho. Austin parte del hecho de que lo único que vale la pena estudiar es el λόγος αποφαντικός, que él llama la "falacia descriptiva". Por falacia descriptiva se entiende lo que hace suponer que toda oración que tiene una función importante funciona como enunciado, lo que no es cierto, pues hay oraciones importantes que no constatan hechos. La concepción de la falacia descriptiva ha sufrido dos tipos de ataque: el del movimiento verificacionista y el del movimiento que estudia los usos del lenguaje (ordinario).
El movimiento verificacionista, asociados sobre los años 1920-1930 en el Círculo de Viena en torno a la figura de Moritz Schlick, y vieron como el movimiento quedaba abortado en 1933 por la conquista de Austria por Adolf Hitler. Los verificacionistas sometieron a crítica la postura de la falacia descriptiva en base a preguntar acerca de lo que es "ser verdadero" o "ser falso". Es algo que hay que averiguar. Para que un enunciado tenga sentido es necesario que sea verificable. Ellos hacen, pues, una división tripartita: los enunciados pueden ser verdaderos, falsos o sin sentido:
«El universo entero duplicó su tamaño ayer por la tarde.»
Lo que no es ni verdadero ni falso, carece de sentido. Y es que, para que un enunciado
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