ANÁLISIS DE LA OBRA DE GRAMSCI: LA FORMACIÓN DE LOS INTELECTUALES
Enviado por Jorge Luis Chiri Espinoza • 30 de Septiembre de 2017 • Ensayo • 2.015 Palabras (9 Páginas) • 289 Visitas
ANÁLISIS DE LA OBRA DE GRAMSCI:
LA FORMACIÓN DE LOS INTELECTUALES
«La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos formas, como “dominación” y como “dirección intelectual y moral”. Un grupo social es dominante con respecto a los adversarios que tiende a “liquidar” o a someter, con la fuerza de las armas si es preciso, y dirigente de los grupos afines y aislados.» (24)
Esta obra perteneciente a los escritos de los cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci, explica el origen, el desarrollo (la formación como tal) y las implicaciones que mantienen los intelectuales en los procesos sociales, culturales y políticos dentro del sistema hegemónico , caracterizado por la relación antagónica entre el proletariado y la burguesía.
El texto como tal, para su estudio, lo hemos dividido en tres partes, que responden a su relación y afinidad teórica (a pesar de que el texto sugiere la división de cuatro capítulos). El primero pertenece al capítulo que se refiere a la Historia y formación de los intelectuales que es la explicación del tema central; la segunda parte vinculada al segundo capítulo corresponde a la Función Cosmopolitana de los intelectuales italianos, donde ofrece fundamentos particulares congruentes al contexto italiano en relación de la formación de los intelectuales (que omitimos parcialmente por contener datos muy contextuales y propios de la sociedad italiana); y por último, la tercera parte se constituye en el tercer y cuarto apartado: La organización de la cultura y Problemas escolares y organización de la cultura, que giran en torno al eje de la problemática de la educación y la creación de una escuela unitaria.
Gramsci empieza el análisis de la formación de los intelectuales en analogía a dos puntos claves: 1) De que cada grupo social desde su estado primitivo vinculado a la producción económica se estructura conjunta y orgánicamente niveles de intelectualidad que le dan homogeneidad y conciencia a la propia función tanto social, económica y política. De todas las clases, se destaca el empresario (al menos una elite de ellos) que representa un producto social superior a los demás por su capacidad dirigente y técnica, que en algún momento se ve en la necesidad de seleccionar “encargados” para la actividad organizativa de la empresa; es así que se surgen los intelectuales orgánicos que crea cada clase y que son meras “especializaciones” de la actividad primitiva. Pero cada grupo social también recurre a intelectuales tradicionales y modernos. Al contrario de esta situación, los campesinos, subestructura dominada y función esencial de la producción, no generan sus propios intelectuales ni asimila ningún grupo de intelectuales tradicionales, empero otros grupos sociales, extraen de ellos muchos de sus intelectuales y que además muchos de los intelectuales tradicionales son de origen campesino ¿Qué quiere decir esto? Que los campesinos en el sistema dominante en el cual están inmersos, anhelarán por lo menos, tener algunos logros académicos (por los menos los hijos) movidos por el guía de la misma ideología dominante; esa formación es netamente tradicional. Y es justamente, en ese momento que ese mismo sistema opresor extrae (“compra”) a ese intelectual tradicional de clase campesina para ir en contra de su misma clase o al menos confundirlo y contener sus posibles reacciones contra el sistema.
2) cada grupo social en su desarrollo (desde lo primitivo) ha encontrado en la historia categorías preexistentes que aparecen como continuidad histórica no interrumpida a pesar de cambios sociopolíticos. Tal es el caso de los eclesiásticos (monopolizadores en nombre de lo sagrado). Estos intelectuales de orden dogmático están ligados a la oligarquía terrateniente y al igual que otros intelectuales orgánicos de la clase dominante se conservan como autónomas e independientes del mismo grupo social dominante y gracias a él se consolidan en la ideología hegemónica afianzada y acrecentada y que además corresponde al mecanismo de subyugación ideológica . Precisamente la filosofía idealista se relaciona perfectamente con este fenómeno social de independización de los intelectuales en el régimen monopólico.
Los grupos sociales dominantes crean sus intelectuales a partir de la a asimilación y conquista ideológica de los intelectuales tradicionales, que se construyen a partir del cosmopolitismo que les antecede y que son referencia absoluta para cristalizar el domino y es así que la escuela ha servido como medio para consolidar esa intelectualidad al margen de la clase dominada, promoviendo así la llamada “alta cultura”. De esa manera se ha formado grupos de intelectuales quienes se encargan del monopolio desde los diferentes estratos de la burguesía.
Para Gramsci todos los hombres hacen y piensan, por eso son intelectuales, aunque no todos tengan en la sociedad la función específica de intelectuales: argumentaba que no se puede separar el homo Faber del homo Sapiens, es una unidad indivisible propia del ser humano, Gramsci decía que para poder ganar la conciencia popular es fundamental ganar a los intelectuales. Ellos fabrican el cemento ideológico que sostiene la sociedad. Y para esto el sostenía que el ser del modo intelectual nuevo debería ser una plena participación activa en la vida practica que se realiza a través de la construcción, organización y persuasión. Establece etapas progresivas que empiezan de la técnica-trabajo, técnica ciencia, especialista, hasta llegar a dirigente que es un especialista político. Al respecto podemos encontrar que Gramsci le daba muchísima importancia a la cultura y a la técnica superior como un estructura democrática sin inconvenientes.
Gramsci desarrolla esta teoría (inicialmente) a partir de su estado problemático regional que se suscitaba en Italia. En ese entonces el contexto italiano era geopolíticamente bipartita: la meridional (sur) y la septentrional (norte): el lado meridional de Italia se caracterizaba por contener una pequeña burguesía de la ciudad enmarcada de gran manera por la masa de campesinos compuestos de funcionarios públicos (en su mayoría tradicionales) que vinculaba sociopolíticamente al campesino con la administración estatal. Estos intelectuales tenían un nivel superior al del campesino por lo que se convertían en los modelos sociales que aspiraba alcanzar el campesino. En el lado septentrional se ubicaba la burguesía ciudadana donde proliferaban los técnicos (ya que Italia había desarrollado la industria automotriz). Estos intelectuales tenían
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