Apologia Socrates. Sócrates ha sido llevado a juicio, acusado de no creer en ningún Dios y de haber corrompido a la juventud.
Enviado por Vale Vazquez • 1 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 1.099 Palabras (5 Páginas) • 550 Visitas
Diálogo
Mediador: Sócrates ha sido llevado a juicio, acusado de no creer en ningún Dios y de haber corrompido a la juventud.
Sócrates: Buenos días, queridos ciudadanos, permítanme asegurar que ignoro de lo que se me ha acusado, y si es posible permítanme desmentir aquello que no pertenece a la realidad. Permítanme aclarar que no pienso utilizar palabras difíciles de comprender en mi discurso ni que apelará a la misericordia, con el fin de defender toda la verdad y la justicia.
Mediador: Iniciaremos con la primera acusación por la cual este hombre se presenta ante este jurado
Anito: Señor Sócrates, usted está aquí debido a que a diferencia del resto usted posee una habilidad la cual pone en desventaja a los demás, mostrándolos como seres ignorantes y haciéndose notar a usted como el único digno de conocimiento. ¿Acaso no es egoísta dejar en desventaja a los demás? ¿Qué es lo que usted tiene que decir a su favor, para desmentir aquellas acusaciones de las cuales usted se jacta que son mentiras?
Sócrates: Si bien es cierto, soy capaz de convertir el argumento más débil en uno fuerte, tampoco es que yo sepa absolutamente todo pero a la vez no ignoro nada. Pero ahora me cuestiono. ¿Es qué acaso yo tengo el conocimiento absoluto siendo que yo, un ateniense, como todos ustedes llegue a este mundo sin saber nada? Si no me creen, ustedes mejor que nadie saben que mis conocimientos se basan en el apoyo de otras personas que son tan normales como nosotros.
Anito: Si bien el acusado no niega su crimen, también nos está dando razón para enjuiciarlo, al estar aceptando indirectamente su culpa. Además, usted menosprecia el conocimiento del resto, ¿acaso no recuerda aquella discusión con
Menón sobre si la virtud puede ser enseñada o no? ¡Claramente se burlo de Pericles y Tucídides!
Sócrates: Objeto ante eso, mi intención aquella vez no fue ofender a nadie, sino que buscaba ejemplificar mis argumentos. El tema a tratar en aquella ocasión era si la virtud podía ser enseñada, pero eso no es cierto. La virtud depende de cada uno de nosotros y de la voluntad que tengamos para ejercerla, por mucho que se enseñe sin voluntad nada se puede hacer.
Litón: Puede que sea un gran orador pero usted se burla de la gente e incluso la menosprecia sin siquiera buscar ponerle valor a su conocimiento. Sin valor alguno no hay garantía de que sea cierto.
Sócrates: Si bien he admitido que soy un orador, la diferencia radica en que yo no deambuló por las calles con la intención de educar a las personas, ni cobrar por mis conocimientos, aunque he de admito que la profesión de enseñar es digna de reconocerse a quienes la ejercen.
Litón: Si ese es el caso, entonces no tiene razones suficientes para andar por la calle hablándole a quien quiera de invenciones suyas, si no busca educar entonces prefiere que el resto viva en la ignorancia, eso no es digno del ser humano, al contrario, ¡es una ofensa al conocimiento puro!
Sócrates: Pero a diferencia de algunas personas, mi sabiduría, que es causa de mi supuesta condena, es completamente humana. Permítanme relatarles la ocasión en la que mi querido amigo, Querefonte, fue a consultar el Oráculo de Delfos, deseando saber quien era el hombre más sabio del mundo y para su sorpresa, el Oráculo le respondió que el hombre más sabio era yo. Al enterarme de aquello quise saber a que se refería y comencé a investigar por todas partes, llegando a la conclusión de que mucho se presume de lo que se carece.
Hablé con un sin fin de personas: políticos, artesanos, poetas pero por desgracia el resultado siempre era el mismo. Solo por creer que hacían bien su oficio se dignaban a llamarse hombres sabios, algo terrible y bastante ególatra.
Eso me ganó un sin fin de enemigos pero comprendí que el dios tenía razón, yo soy el más sabio porque yo solo se que no se nada.
Moderador: Bastante interesante su defensa pero aquí hay otra acusación. Usted ha sido el corruptor de la juventud de nuestra época. Para explicar esto, le cedo la palabra a Meletos.
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