Capítulo: Relación de las mentes con otras cosas
Enviado por Teresa Alcalde M • 29 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.367 Palabras (6 Páginas) • 277 Visitas
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Informe de lectura Nº6:
Principios de la Psicología
Capítulo VIII: Relación de las mentes con otras cosas
William James
Teresa Alcalde Manríquez
Sección 1
24. 06.2015
Ayudante: Enzo Cáceres
En el capítulo VIII del libro “Principios de la psicología” James nos presenta la mente como un objeto que se relaciona con otros objetos. Así nos muestra tres formas de relación. Primero nos plantea una mente con una existencia temporal, que se instala en el presente relacionándose en un tiempo común, es decir, se establece una conciencia. De esta manera hay dos ideas que se contraponen para comprender las interrupciones que puede tener la conciencia, la primera nos señala que la mente puede dormir -así como la hace el cuerpo- que se entenderá como un lapsus de tiempo que no existió; y la otra propone que la mente esta activa aún cuando la persona descansa y lo que hace la conciencia en su desarrollo es insensibilizarse, desconectándose de aquellas percepciones. Desde este punto el autor nos siembra la idea de multiplicidad de conciencias, donde hay una conciencia superior- comandante y otras secundarias opacadas, esto lo representará con los experimentos de Janet en Histéricos. La segunda relación es de la mente con el espacio, en este sentido el autor se hace la pregunta sobre la sede del alma. Si entendemos el alma como extendida tendrá una sede, la cual todavía no sabemos el paradero exacto. En cambio si la concebimos como inextendida, la podemos comprender de manera dinámica, es decir, produciendo efectos sobre otro objeto; o de forma cognoscitiva, donde es percibida pero no produce efecto sobre otro. Como tercer punto relaciona la mente con otros objetos exteriores al cerebro, este proceso se basa en un dualismo completo, una mente que conoce y una cosa conocida, que permitirá relacionarse exclusivamente cognoscitiva y emocionalmente. Así nos presenta dos tipos de conocimiento: de relación y de interiorización. El primero se da cuando sólo sabemos de la presencia del objeto y comenzamos desde la sensación a conocer mediante las emociones, mientras que el segundo consiste en someter al objeto dado a nuestros pensamientos. De esta forma el autor nos introduce los principios para entrar en la psicología: desde la conciencia y el conocimiento del mundo exterior.
Desde el texto podemos deducir que el hombre tiene constitutivamente múltiples conciencias que le permiten desenvolverse en el mundo exterior, y de esta forma crearse una idea de la realidad que esta individualmente percibiendo. En este sentido la tesis que planteo es que: La multiplicidad de conciencias es lo que permite que la mente tenga una facultad cognoscitiva, pues sólo así la mente puede relacionarse con otros objetos y concebir la realidad que se le presenta. Para poder entender este planteamiento primero es necesario analizarlo desde funcionamiento de la mente, podemos darnos cuenta entonces que: aunque es más notorio en personas que poseen un defecto en la facultad coordinadora de la mente, como lo son los histéricos, un sujeto perfectamente estable esta en continuo flujo de desconexión y conexión que permite unificar los yoes subordinados hacia una conciencia total de lo que es la realidad para él (Pag.170,párr.4) es decir, posee una conciencia primaria que unifica las secundarias, capaz de organizar la realidad que el sujeto está percibiendo en espacio temporal determinado, que en este caso se ubica en el presente. De esta forma las múltiples conciencias captan todo lo que se encuentra en nuestro entorno, pongamos o no atención a ello, pues no estar consciente del objeto no quiere decir que no lo percibamos. El autor nos dice que “nunca debemos tomar como testimonio de una persona, por sincera que sea, de que no ha sentido nada, como prueba positiva de que no ha habido sensación ahí”(pág.171,párr.2), podemos deducir, que la sensación está y ha sido captada, pero por una conciencia que no es la que predominante en el momento dado. En este sentido, las conciencias secundarias se “encargan” de algunos estímulos, dejando libre a la conciencia coordinadora, la cual así puede concentrarse en aquel objeto con que se quiere relacionar. De la misma forma, si entendemos que la mente se desarrolla en un espacio temporal y a esto le sumamos que, lo que conoce el yo superior lo desconoce el yo inferior, y viceversa (pág. 167, párr.3) podemos darnos cuenta que el sujeto concibe su realidad presente en base a lo que percibe su realidad primaria y aquello de lo que no es consiente la conciencia primaria será cubierto por las secundarias. Entonces sabemos cómo funciona la mente, pero, ¿Qué es necesario para conocer? La simple existencia de un objeto no es suficiente para que lo conozcamos, se necesita una experiencia de encuentro entre ambos, el objeto debe dar señales nerviosas en nuestro cerebro para que este lo capte, es decir, que nuestra conciencia este activa y lo guarde, esta relación permitirá llegar a un conocimiento del objeto, ya que ponerle atención permitirá que lo pensemos y nos presentemos en él, como sería en el caso de el conocimiento de interiorización. De esta forma, para percibir el universo debemos construirlo en pensamiento (pág.177, párr.2), es decir, relacionándonos desde el pensar el objeto. Si tuviéramos solo una conciencia seriamos como Funes el memorioso con su memoria - conscientes de todo- incapaces de poner atención a relacionarnos con un solo objeto a la vez y por lo tanto perderíamos la capacidad conocerlo, pensarlo y analizarlo como único.
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