Consideraciones sobre el miedo en la obra de Hobbes

Consideraciones sobre el miedo en la obra de Hobbes

I. Introducción

La historia de la teoría política ha demostrado como los diversos contextos socioculturales imperantes en un determinado momento, motivan respuestas políticas diferentes frente a los problemas y desafíos concretos que la época crea. En el caso de Thomas Hobbes, lo recién dicho es patente, toda vez que su tiempo marcó en gran medida la configuración política que ofrecería a la posteridad. En el presente ensayo, se analizará el relevante papel del miedo en la propuesta contractualista del ideólogo inglés, que constituirá la gran base sobre la cual se cimentó el sistema hobbesiano.

 Thomas Hobbes fue un hijo de su tiempo, el cual estaba marcado por la incertidumbre, el miedo y la violencia política. Todo ello influenciaría en forma radical la manera de entender el mundo en su obra política. Como ha sido bien documentado, Hobbes nació en Westport, Wiltshire, en 1588, justo cuando los rumores de la invasión de la Armada Española estaban en su punto más álgido. El temor al desembarco español motivó que su madre lo pariera en forma prematura. De ahí que nuestro autor señalara que su madre habría dado a luz a dos hijos: a él mismo y al miedo.

 Desde temprano, entonces, el miedo estuvo presente en la vida de Thomas Hobbes. En razón de la finalidad del presente trabajo, no corresponde aquí pronunciarse sobre la entera vida del pensador en cuestión, aunque ello ni implica dejar de lado dos cuestiones, adicionales al episodio ya mencionado, que tendrían una importancia máxima para la creación hobbesiana.

 En primer término, debemos hacer alusión a la Guerra Civil Inglesa, que enfrentó a la causa realista con la de quienes querían limitar el poder monárquico, a través del fortalecimiento del sistema parlamentario. En este contexto, la Gloriosa Revolución significó uno de los más incisivos momentos para el desenvolvimiento de la teoría política anglosajona, puesto que dos de sus principales exponentes - Locke y Hobbes- se verán en gran medida motivados por los sucesos que el movimiento de Oliver Cromwell lideró. La época histórica que Hobbes observaba lo influenció para analizar el problema del poder, que es a fin de cuentas el problema a cuyo análisis apunta la teoría política.

 Adicionalmente, es menester referirse en estas líneas al predominio de la idea monárquica en la Europa del siglo XV, que es obviamente el sistema político al que Hobbes pretende referir toda su obra doctrinaria. Como es sabido, la Europa de Hobbes estaba dividida en una serie de naciones en cuyas cabezas se encontraba un monarca, que estaba dotado de sendos poderes. Sin embargo, estos poderes de los monarcas europeos habían sido empezados a ser controvertidos, con la aparición de ciertos brotes de limitación al poder monárquico, especialmente en la isla anglosajona.  Ahora bien, la idea de monarquía en cuanto al sistema legítimo de gobierno, estaba lejos de ser controvertida.

 Frente a la idea política de Hobbes, previamente al desarrollo de la idea del miedo en sus escritos, es posible apuntar ciertas consideraciones previas. Primeramente, resulta de relevancia tener presente que todo sistema de teoría política es el producto de una necesidad social que requiere una respuesta. En cuanto a Hobbes, esta necesidad es la de obtener la paz y el progreso social en un país azotado por la violencia y el poco respeto a los derechos individuales. Ahora bien, si no fuera por el miedo que predomina en la obra hobbesiana, una respuesta muy diversa a la de Hobbes pudo haber resultado, como se analizará más adelante.

 Adicionalmente, cabe hacer presente que el sistema contractualista de Hobbes mantiene distancias muy bien marcadas en comparación al contractualismo de otros como Locke y Rousseau. En el caso de las autoras, consideramos que el sistema de Locke es el que mejor responde a los ideales de libertad y justicia como pilares de un sistema político moderno y liberal. Sin embargo, comentar la obra de Hobbes en nuestro caso tiene sentido, ya que la absolutización del poder político que es respaldada en su sistema, nos permite reforzar nuestra convicción, como se demostrará en lo sucesivo.

II. El miedo como fundamento de una doctrina política

La conocida afirmación hobbesiana de que "el hombre es un lobo para el hombre" constituye la afirmación basal de la formulación de Hobbes. Bajo esa expresión, se ha querido manifestar que en la etapa precontractual no hay cabida a la convivencia pacífica y ordenada de los individuos en el sistema social. Como es posible apreciar, el concepto de miedo reviste con fuerza esta afirmación: si no se llega al contrato hobbesiano, la vida social siempre estará caracterizada por la continua lucha entre individuos que buscan satisfacer sus propios intereses, sin tener limitaciones en cuantos a los medios para lograr dicha satisfacción.

La falta de límites claros y exigibles conlleva que, frente a una necesidad, cada individuo realice todo lo que considere necesario para obtener lo que desea. Así las cosas, por ejemplo, frente una necesidad alimenticia, no importará ni existirá ningún derecho de propiedad, ya que no existe ningún orden capaz de ser impuesto por la fuerza, al no existir un órgano de poder capaz de aplicar la ley. Lo mismo puede ser predicado respecto de cualquier otra esfera de la vida social previa al contrato social, en la cual incluso los derechos más básicos de los individuos estarán bajo constante amenaza, ya que no habría forma alguna de protegerlos frente al deseo de los otros.

Sería imposible el desarrollo de la vida en sociedad si la absoluta falta de certeza, como la mencionada, se extendiera en el tiempo. La idea que trasciende a esto es que a falta de poder, no es posible concebir un límite final a los derechos, ya que siempre se buscará maximizar el bienestar individual, sin importar si para ello es necesario reducir o eliminar el bienestar ajeno. Hobbes, identificando bien el problema subyacente a toda manifestación política, es decir, que hay un desafío consistente en permitir la vida coordinada y pacífica en el seno social, intentará formular una respuesta.

La propuesta de Hobbes es de corte contractualista y absolutista, en la cual es posible dilucidar la relevancia del miedo en tres aspectos: el poder como respuesta al miedo generalizado, la ley como instrumento de sumisión y la vinculación Estado-Religión como aspecto necesario del primer aspecto.

En lo referido al poder, es conocido que Hobbes intentó dar respuesta al miedo generalizado a través de un contrato social en el cual cada individuo renuncia a sus propios derechos bajo condición de que los otros individuos realicen lo mismo. Ésta renuncia se produce en favor del Estado, quien se convierte en el nuevo titular de los derechos individuales, eliminando la pugna de derechos, este perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte.^[1] existente en la realidad precontractual, donde imperaba el instinto de la propia conservación^[2]. El Estado, representado en el monarca, se convierte en la figura primaria del ordenamiento político y domina el escenario social por medio de su actuar, frente al cual no puede haber vacilaciones por parte de los individuos, puesto que de lo contrario se debilitarían las bases del sistema.

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