Consigna parcial filosofia
Enviado por Juan Martín Poggi • 18 de Diciembre de 2015 • Examen • 1.166 Palabras (5 Páginas) • 121 Visitas
Consigna
Elija uno de los siguientes temas, desarrollando y comparando las posiciones de Nietzsche y Habermas respecto del tema seleccionado.
- El problema del conocimiento y la verdad (cómo entienden cada uno de estos términos los autores, cuáles son para ellos sus condiciones de posibilidad, cuáles sus condiciones de ‘validez’).
- El problema de la moral y de las bases de la ‘vigencia/validez’ de los juicios morales.
2) La filosofía de Nietzsche contempla que no existen valores absolutos ya que el hombre es incapaz de conocer la realidad objetivamente. Nietzsche interpreta que no existe una verdad universal, pues ninguna corresponde a la realidad más que de una forma aparente. El conocimiento es siempre una invención, no refleja nunca la realidad, es decir, las afirmaciones que realizamos (como seres humanos, incluyendo la ética) sobre el mundo real son meras interpretaciones. La existencia de un valor debe ser analizado desde una perspectiva antropocéntrica e individualista, en cuanto a una necesidad de sobrevivencia y desarrollo útil para cada individuo dentro de la especie. Nietzsche entiende a los valores como un punto esencial para la existencia del hombre como animal, concibe a los mismos como un producto de su evolución, y explica que a veces el hombre tiende a olvidar el origen de estos valores como un producto propio de él y los concibe como si fueran absolutos. El hombre desea existir en sociedad y desde aquel momento fija, como necesidad para garantizar su conservación, la consecución y designación de la “verdad”, de lo verdadero. “El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: desea las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que conservan la vida, es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencia, y está hostilmente predispuesto contra las verdades que puedan tener efectos perjudiciales y destructivos” (Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral).
Firedrich Nietzsche se para desde una perspectiva de relativismo individual para presentar el problema de la moral. Descubre y analiza, en su “Genealogía de la moral”, la la inversión de valores en la modernidad a través de la religión (judaísmo y cristianismo), ejemplicando como la relatividad de los valores como creaciones humanas sobre posturas contrapuestas, en este caso, derivadas de la dicotomía “nobles – esclavos”. A modo de ejemplificación y para comprender mejor los motivos y orígenes de los fundamentos de la moral Nietzsche lleva a cabo un análisis del uso de la disyuntiva de los conceptos de “bueno” y “malo”, en su posterior distinción como “bueno” y “malvado”, como la disyuntiva entre la moral de señor y la moral de esclavo. Esta interpretación nos permite entender la determinación de valores morales independientemente de fundamentos predeterminados por la Naturaleza (absolutos) por oposición a valores establecidos sobre fundamentos determinados previamente y no discutidos (relativos a individuos). La moral de la “aristocracia” frente a la moral del “rebaño”, de los esclavos, los oprimidos, y la introducción del concepto del resentimiento como base fundacional de la teoría moral de estos.
En ambos sistemas estos conceptos se basan en la voluntad de poder de los individuos, y es a través de esta dualidad de conceptos que se establece una distinción moral de la realidad.
Nietzsche le otorga a la agencia del individuo la voluntad como poder, allí se concentran los conceptos y principios desde donde se originan las condiciones para la vida y la concepción del mundo. La vida, en este punto de vista, es esencialmente auto-superación, un poder de auto-empoderamiento de lograr más poder para ningún otro fin que la supervivencia. La voluntad de poder se erige de este modo como una condición necesaria para que todos los juicios de valor. Nietzsche insiste en que los principios de la percepción y el juicio evolucionan en dependencia de la conciencia, en respuesta a las necesidades físicas. Esto significa que todos los principios son transformaciones de estímulos e interpretaciones, es decir, la verdad es comprendida como una metáfora de un estímulo externo Nietzsche concibe voluntad de poder como la forma de todas las cosas, y si ella puede ser concebida como una interpretación de la realidad, se podría derivar que todo conocimiento, y por ende todo principio, es una interpretación.
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